Enfermedad
y Transmisión
La fiebre amarilla es una enfermedad infecciosa aguda que representa
una gran amenaza pública a la salud en zonas endémicas
de África, donde el virus continúa reapareciendo aún
después de largos periodos de reposo.
El virus de la fiebre amarilla ha causado epidemias importantes
en el continente americano, africano y europeo.
En América Central la fiebre amarilla entre los mayas se
debía a la constante convivencia con los monos y la llamaban
"xekik" (vómito de sangre) presente entre los años
de 1480 a 1485. así estuvo presente en nuestro continente
hasta hace relativamente poco tiempo, aún se reporta la presencia
de la forma selvática de la enfermedad.
COMO SE TRANSMITE
El agente causante de la fiebre amarilla es un virus transportado
por un mosquito de la familia Flaviviridae- en especial Aedes Aegypti.
Se mantiene en un ciclo de transmisión por medio de mosquitos
moradores de bosques y de primates no humanos, a menudo se conoce
como el ciclo "selvático". Ocasionalmente, el humano
adquiere fiebre amarilla en la jungla y después se muda a
la aldea o zona urbana en donde pueden ser picados por mosquitos
domésticos, en especial al Aedes Aegypti, el cual también
es un transportador del virus. Esto puede disparar la fiebre amarilla
"urbana", con efectos potencialmente devastadores.
SÍNTOMAS
Periodo de invasión es de 2-5 días, con inicio súbito
de fiebre 39-40ºC, pulso rápido, al 2do DIA esta lento,
el rostro y los ojos adquieren color rojo, la lengua es saburral,
con bordes rojos, cefalea, dolor epigástrico, dolores musculares.
Periodo de remisión donde la crisis febril cede por 2-5 días
Periodo de intoxicación es de 3-9 días con fiebre
recurrente y pulso rápido.
La fiebre amarilla se caracteriza por ataques repentinos de fiebre,
escalofríos, dolor de cabeza, dolor de espalda, con dolor
muscular generalizado, postración, nauseas y vómitos.
Se presenta de inmediato la leucopenia junto con posibles síntomas
de hemorragia sobre todo hematemesis. De principio, la ictericia
es moderada pero se intensifica más tarde. A medida que la
enfermedad avanza el pulso se vuelve más lento y débil,
en ocasiones con presencia de anuria
INCIDENCIA Y DISTRIBUCIÓN
La incidencia de fiebre amarilla es muy alta identificándose
en regiones endémicas/enzoonoticas de África del Este,
especialmente en Liberia, Ghana, Nigeria y países vecinos.
Anualmente se reportan desde cientos hasta miles de casos. Las poblaciones
rurales son las de mayor riesgo, donde la mayoría de los
casos se dan en adultos sobre todo en hombres jóvenes que
trabajan en los bosques. Los casos en hombres sobrepasan en número
a las mujeres en aproximadamente 2:1.
DIAGNOSTICO
Diagnóstico clínico
De acuerdo a los criterios de la OPS: Se considera sospechosa de
fiebre amarilla a aquella enfermedad de comienzo brusco seguido
de ictericia luego de 2 semanas de iniciados los primeros síntomas
más uno de los siguientes criterios:
a) sangramiento nasal, encías,
tracto gastrointestinal o piel.
b) muerte en 3 semanas luego
de la instalación de la enfermedad.
Estos criterios requieren el antecedente de exposición en
zona de riesgo.
Diagnóstico de laboratorio
Diagnóstico Indirecto
Serología. El diagnóstico
se hace mediante la identificación de anticuerpos específicos
para fiebre amarilla, IgM e IgG. Se han desarrollado diferentes
técnicas de ELISA de captura. La IgM aparece después
de la primera semana de iniciado los síntomas y su presencia
constituye diagnóstico definitivo de enfermedad. El diagnóstico
mediante IgG requiere del aumento de cuatro veces los títulos
en dos muestras de sangre consecutiva, especialmente válido
en aquellas personas que viven en zonas endémicas.
Estos anticuerpos presentan reacción cruzada con otros flavivirus
como dengue y encefalitis japonesa.
Otros métodos de diagnóstico serológicos incluyen
fijación de complemento, inhibición de la hemoaglutinación
y anticuerpos neutralizantes.
Diagnóstico directo
Aislamiento viral. El virus de fiebre amarilla puede ser cultivado
en líneas celulares específicas o en cerebro de ratón
lactante. Puede ser aislado desde la sangre durante la primera semana
de la enfermedad después de la cual disminuye considerablemente
la viremia, en coincidencia con la aparición de IgM específica.
Reacción de polimerasa en cadena. Este método de diagnóstico
amplifica el genoma viral en sangre y tejidos. Su máximo
rendimiento en sangre es durante la primera semana de síntomas,
coincidente con una mayor viremia.
TRATAMIENTO
El tratamiento es sintomático. El manejo de pacientes graves
debe realizarse en unidades de cuidados intensivos con monitoreo
estricto y medidas de apoyo general que incluyen aporte de fluidos,
fármacos vasoactivos, oxígeno, prevención de
hipoglicemia, corrección de acidosis metabólica, manejo
de la coagulopatía y soporte renal.
No existe tratamiento antiviral específico disponible.
PREVENCION
Protección contra picadura de mosquito. En países
endémicos el vector se encuentra en áreas urbanas
dentro y fuera de las viviendas. Para personas que viajan a zonas
endémicas se sugiere el uso de insecticidas como permetrina
en la ropa, cuyo efecto es de larga duración resistiendo
4 a 5 lavados y repelentes de uso tópico. Debe ser aplicado
en la piel expuesta con la precaución de evitar contacto
con conjuntiva y otras mucosas debido a su toxicidad.
Inmunización activa.
La vacunación es el método más práctico
y seguro para prevenir la fiebre amarilla en personas con riesgo.
En 1939, el médico surafricano Max Theiler desarrolló
una vacuna que confiere inmunidad ante la enfermedad. La vacunación
en muchos países se lleva a cabo tanto rutinariamente, como
en campañas masivas en el caso que se presenten brotes de
fiebre amarilla
La vacuna 17D es una de las vacunas atenuadas de mayor éxito
que se hayan desarrollado, es inmunogénica y altamente protectora.
Una dosis de 0.5 ml induce una inmunidad duradera en más
del 95% de los casos a partir del décimo día de su
aplicación y es aceptada internacionalmente como prevención
de enfermedad por un período de 10 años (certificación
internacional) aunque probablemente deje inmunidad de por vida.
Rara vez se observan reacciones adversas serias siendo lo más
frecuente fiebre moderada, decaimiento y dolor en el sitio de inoculación.
Estos síntomas aparecen entre 5 a 10 días después
de la vacunación.
Se recomienda a toda persona mayor de 9 meses de edad que viaja
a zonas donde existe el riesgo de transmisión de la enfermedad
o a aquellas provenientes de zonas endémicas que ingresan
a países donde existe el vector, según la normativa
de regulación internacional de salud de la OMS.
|