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La pioglitazona, del grupo de las tiazolidinedionas parece estar asociada a un riesgo creciente del cáncer de la vejiga, no obstante nuevos datos sugieren un riesgo creciente posible para el cáncer de próstata y del cáncer pancreático.
Los nuevos resultados de diez años, a partir de tres amplios análisis de la base de datos, fueron publicados recientemente en JAMA por James D. Lewis y colaboradores, del centro para la epidemiología y la bioestadística clínicas, de la universidad de Pennsylvania, de Philadelphia.
La pioglitazona es utilizado actualmente por un cuarto de los pacientes con diabetes tipo 2 en los Estados Unidos. En un estudio grande, de diez años, no encontramos ninguna asociación estadístico significativa entre el uso de la pioglitazona y el riesgo creciente del cáncer de la vejiga, que debe tranquilizar a los clínicos y a los pacientes
Balance en el riesgo
Los nuevos hallazgos salen de un estudio de seguimiento observacional durante 10 años por la FDA(Food and Drug Administration in US) y la EMA(European Medicines Agency). Un análisis de cinco años interino había demostrado un pequeño riesgo relativo en 1.4 significativo para el cáncer de la vejiga entre los pacientes que recibían la pioglitazona por más de 2 años. En respuesta, la FDA y EMA revisaron la etiqueta de la droga pero permitieron la comercialización continuada, hasta que finalizaran los resultados actuales. En uno de los dos editoriales acompañantes a la publicación, Joshua M Sharfstein, MD, del Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health, Baltimore, Maryland, y Aaron S Kesselheim, MD, JD, de la Division of Pharmacoepidemiology and Pharmacoeconomics, Brigham y Women's Hospital and Harvard Medical School, Boston, Massachusetts, señalan que el caso de la pioglitazona es uno de los ejemplos de la necesidad de la FDA a desarrollar un marco estandardizado para las decisiones reguladoras sobre seguridad de la droga en situaciones de incertidumbre. " Puede no ser factible para que la FDA reconcilie todos los intereses y opiniones competentes sobre cuestiones complejas de la seguridad de la droga. Una meta más realista es un marco riguroso, justo, y transparente que exprese seguridad de la droga y menos una crisis recurrente y otra tarea difícil que hacen frente a una agencia muy importante," señalan en el editorial Sharfstein y Kesselheim .
En un segundo editorial de JAMA el editor diputado ejecutivo Phil B Fontanarosa y otros dos editores declaran que la revista " continuará repasando los estudios que evalúan la relación potencial entre las drogas, los dispositivos, o los resultados del medicamento y los eventos adversos. Cada manuscrito será considerado y basado en su validez científica, así como la importancia de los resultados y de los méritos del mensaje principal del estudio." Publicando los resultados de estos estudios, los editores expresan, "JAMA continuará proporcionando a médicos la información que puede utilizar en discusiones con los pacientes y los cuerpos reguladores pueden utilizar en decisiones de política sobre las ventajas y los riesgos de varias terapias."
Los resultados a los 10 años son tranquilizantes, aunque el riesgo no puede ser eleiminado. Los tres estudios fueron un análisis de cohorte de 193,099 personas con diabetes en edades a partir de los 40 años, un estudio jerarquizado de 464 pacientes con cáncer de la vejiga comparados con 464 controles, y un estudio de cohorte separado de 236,507 individuos con diabetes, eso analizaba el riesgo de 10 cánceres adicionales basados en uso contra el no use de la pioglitazona. Todos los datos fueron de Kaiser Permanente Northern California.
De los 193,099 adultos con diabetes, 34,181 habían recibido pioglitazona durante el seguimiento y 1261 (0.65%) recibió un diagnóstico de cáncer de la vejiga.
La incidencia cruda del cáncer de la vejiga era 89.8 y 75.9 por 100.000 personas-años en usuarios y no usuarios de la pioglitazona, respectivamente. La etapa del cáncer no se diferenció entre los usuarios de la pioglitazona y los no usuarios. Después de ajustar según los factores de confusión potenciales, no había asociación entre siempre-utiliza pioglitazona y cáncer de la vejiga, con un cociente del peligro (hora) de 1.06. El uso de otras medicaciones para la diabetes tampoco estuvo asociado con el riesgo de cáncer de la vejiga. Los resultados fueron similares en el estudio de casos y controles los cuales incluyeron ajustes autoreportados para historia de hábito de fumar, raza/etnicidad y ocupaciones asociadas a cáncer de vejiga, frecuencia de infecciones urinarias y hemoglobina A1c. En este análisis el riesgo relativo para el uso-siempre de pioglitazona no fue significativo con 1.18 (95% intervalo de confiancia [CI], 0.78 - 1.80).
En un tercer análisis 38,190 individuos(16%) de 236, 507 habían usado siempre poglitazona y 15, 992(6,8%) habían recibido el diagnóstico de algún tipo de cáncer. El uso del pioglitazona estuvo asociado a un incremento en el riesgo de cáncer de próstata, con incidencia cruda de 453 vs 449 por 100,000 personas-años(HR, 1,13; 95% CI,1,02-1,26) y de cáncer pancreático(81 vs 48 por 100,000 personas-año; HR, 1,41; 95% CI, 1,16-1,71). Otros tipos de cáncer no estuvieron significativamente relacionados con el uso de la pioglitazona.
Sin embargo, los autores observan que otras medicaciones de la diabetes también fueron asociadas al cáncer pancreático, que sugiere causalidad reversa porque la hiperglucemia es una manifestación temprana del cáncer pancreático. Esta explicación es apoyada por la observación de que el cáncer pancreático disminuía con el tiempo desde el inicio de la enfermedad. ?El incremento de los riesgos de cancer de prostate y de pancreas asociado con el uso de pioglitazona amerita otras investigaciones para analizar si las asociaciones observadas son causales o debido a la ocasión, confusión residual, o causalidad reversa?, concluyeron Lewis y cols.
JAMA. 2015;314(3):265-277. Abstract
JAMA. 2015;314(3):233-234. Sharfstein Editorial
JAMA. 2015;314(3):235-236. Fontanarosa Editorial
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