jueves, 28 de marzo de 2024
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Tipología en el ejercicio

Tipología del alumnado de educación secundaria en las clases de educación física. Intervención del profesorado.
Oscar García Busto
Licenciado en Educación Física. Facultad de León
Profesor de Educación Física en el IES "Valle de Aller?. Moreda-Asturias.

Tipología del alumnado de educación secundaria en las clases de educación física. Intervención del profesorado.

Oscar García Busto

Licenciado en Educación Física. Facultad de León
Profesor de Educación Física en el
IES "Valle de Aller?. Moreda-Asturias.
Preparador de opositores en la academia Nortesport.

Introducción

El proceso de enseñanza-aprendizaje (PEA) gira en torno al profesor, los alumnos, la materia y la metodología (PAMM). Resumiendo podemos afirmar que la metodología es el vehículo que lleva la materia a los alumnos y lo conduce el profesor.

De estos cuatro elementos hay suficiente información sobre tres de ellos: profesor, materia y metodología, faltando, sorprendentemente información sobre los alumnos, más allá de los estereotipados análisis de las características del adolescente.

La tipología de alumnos en la clase de Educación Física en secundaria que se presenta en este artículo, busca un análisis grupal en función de la combinación de aptitud y actitud de los alumnos.

Antes debemos denunciar la "hipocresía social" en materia de deporte y educación física consistente en valorar mucho el deporte y desconsiderar también mucho la educación física empezando por el apelativo "gimnasia" que desgraciadamente aún nos acompaña a pesar del cambio de milenio. En palabras de Alberto Piñera (1998) la "inercia negativa del área" provoca en el alumnado ciertas actitudes y tópicos respecto a la propia materia y en muchos casos desconsideración hacia algunos contenidos. La concepción que se tenga del área y de los contenidos evidentemente influye en la actitud de los alumnos hacia el propio área.

La Educación Física moderna basada en la no instrumentalización (la EF no sirve a ningún fin más que a si misma y en primera y última instancia a los alumnos) se mueve buscando el equilibrio entre la aptitud y la actitud, ambas necesarias para lograr el objetivo de crear hábitos vitalicios de ejercicio físico. Ponemos un ejemplo: para jugar al tenis (deporte de fácil introducción en nuestras clases pues en prácticamente todas las casas hay una raqueta que los alumnos, incluso podrían aportar), es necesario el dominio básico de la técnica; aptitud (nadie se aficiona a practicar lo que no domina) y para alcanzar ese dominio es necesario una determinada actitud de atención, concentración y esfuerzo, durante su aprendizaje.

No descubrimos nada al reconocer que en los últimos años la conflictividad por un lado y la pasividad por otro en mayor o menor medida han hecho su aparición en muchos centros de enseñanza secundaria. Una de las motivaciones de la LOCE (Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza, 2000) fue precisamente eso, frenar el deterioro del clima de enseñanza. Así pues al nivel de actitud nos encontramos con problemas.

En cuanto a la aptitud, el número de practicantes de ejercicio físico se ha estancado y son muchos los alumnos que reconocen que no practican ejercicio físico con asiduidad, algunos incluso confiesan que el único ejercicio que practican son las clases de Educación Física. El problema de la obesidad infantil (en España hemos pasado de una tasa del 6 al 16% en apenas diez años), motivada principalmente por la falta de ejercicio físico ha saltado recientemente a todos los medios de comunicación. Por otro lado tenemos alumnos, menos, que compiten en diferentes deportes y entrenan sistemáticamente. Por tanto en aptitud, diversidad.

Veamos ya la tipología:


1. La tipología de alumnos de secundaria en EF

La combinación del nivel de APTITUD- capacidad- y del nivel de ACTITUD-voluntad-, hace que podamos establecer la siguiente tipología.

Interpretamos aptitud cómo buenas capacidades físicas básicas (CFB) y nivel coordinativo (cualidades motrices, CM) alto.

Interpretamos actitud, cómo la suma de normas, comportamiento y esfuerzo.

Tipología de los alumnos de secundaria en EF

1. DT. Deportista y trabajador" . Son alumnos con muy buenas condiciones "se les dan bien los deportes" y generalmente compiten en alguno de ellos. Su actitud también acompaña. Son, como es lógico, los alumnos perfectos. Pueden tener ciertas inhibiciones en temas de Ritmo y Expresión.

2. "ST. Sedentario. Trabajador" . Son alumnos con bajas prestaciones pero muy buena disposición. Consiguen mejorar, en mayor o menor medida, gracias a su trabajo.

3. "DD Deportista displicente" . Suelen ser deportistas que infravaloran la Educación Física frente a su deporte y consecuentemente al profesor frente a su entrenador. Nadie entiende que suspendan, para ellos incluso es una ofensa.

4. "SM/P. Sedentario. Molesto o Pasivo" . Son alumnos-as con bajas prestaciones y que su actitud no acompaña habría que distinguir:

4-1 : nivel de comportamiento. No cumple normas.

En este grupo a su vez distinguimos:

4-1-1: Los que les interesa aprobar

4-1-2: Los que les da igual aprobar que suspender.

4-2: nivel de esfuerzo (son los alumnos que no se portan mal pero que su nivel de implicación es escaso, suelen tener un bajo autoconcepto y se etiquetan como "malos", "no se me da". Buscan en muchos casos un aprobado por "compasión".

5. NHC. "No hace la clase" . Son los alumnos que no hacen la clase:

5-1: ANEE (alumnos con necesidades educativas especiales): no hacen la parte práctica por estar lesionados permanentemente o temporalmente.

5-2: No quieren hacer la clase. Podemos aspirar a que no perjudiquen el clima de la clase, aunque su sola presencia pasiva ya es un obstáculo en la dinámica de la clase.

Tras la presentación de la tipología y antes de pasar a ver la intervención del profesor, es importante destacar cuatro aspectos:

1. Que los grupos no son estancos. No vamos a descubrir ahora la importancia del factor de relación entre iguales en la dinámica de las clases. Los alumnos son más sensibles a la influencia de sus compañeros que a la de los profesores, incluso a la de sus padres según Harris, citado por José Antonio Marina (2004). También todos sabemos la diferencia de comportamiento que se puede dar entre dos grupos del mismo nivel en función de estas relaciones. Sin embargo Marina añade que: "afortunadamente el porvenir de un niño no depende de una sola influencia". Aquí entramos padres, profesores incluso la sociedad en su conjunto, hecho este que se atestigua en el proverbio africano citado igualmente por Marina: "Para educar a un niño hace falta la tribu entera". Pero volviendo a la relación entre compañeros diremos que a nivel actitudinal unos influencian a otros en las dos direcciones aunque mayoritariamente suele ocurrir en sentido negativo, porque, digamos, que estos alumnos "imponen su ley" . En cuanto a las aptitudes como es lógico se pueden adquirir y las tendencias cooperativas hacen que igualmente puedan influir positivamente unos compañeros en los aprendizajes de otros.

2. Que en las actividades de Ritmo y Expresión suele haber un "vuelco" entre alumnos D- deportistas y alumnas S. Sedentarias, cambiándose los papeles.

3. Los grupos se van fraguando a medida que avanza la estancia en la educación secundaria, siendo menos perceptibles en primer curso y evidenciándose año a año en los cursos sucesivos.

4. En función del contexto del centro y en consecuencia del tipo de alumnos y la extracción social de los mismos pueden no darse algunos grupos o predominar más otros.


2. El derecho a mejorar y cambiar de grupo en la tipología

Aunque parezca un contrasentido, la tipología esta hecha para ser rota. Me explico; tanto el alumno como el profesor deben aspirar a la mejora actitudinal y aptitudinal.

Los profesores debemos aspirar (por idílico que parezca) a tener a todos los alumnos en los dos primeros grupos en primer lugar y en el primer grupo como objetivo final (adhesión inquebrantable al ejercicio físico) incluso el grupo 5 de los dispuestos a hacer, con la adaptación pertinente debe entrar en los grupos 1 y 2.

En cuanto a las aptitudes, los alumnos con bajo autoconcepto se autocatalogan, se etiquetan como "malos" para las actividades físico deportivas. A lo largo de las clases se puede: 1- hacerles ver que mejoran con la práctica, 2-que el nivel de aptitud no es absoluto: "soy malo en todo, o se me da mal la educación física" sino que depende de la habilidad pudiendo tener dificultades con el baloncesto, por ejemplo, pero no con los bailes de salón, siendo ambos contenidos, hoy por hoy, de igual peso curricular.

A nivel actitudinal, diremos aquello de "odia el delito y ama al delincuente". Una actitud es una elección, no es un rasgo del carácter y las intervenciones represoras suelen reafirmar la mala acción y las intervenciones afectuosas o de reconocimientos suelen generar ó reafirmar las buenas acciones.

Analicemos a continuación más detenidamente que podemos hacer los profesores.


3. Intervención del profesorado

Distinguimos una serie de pautas generales y otras más concretas de cada grupo.


Generales

1. Exponer claramente las características de nuestra área ó materia y recordarlas.

2. Exponer claramente los criterios de calificación y los mínimos y recordarlos. Recomendamos en esta misma revista el artículo: "El ordenador de bolsillo (PDA-Pocket PC) en la Educación Física y el entrenamiento deportivo" Gª Busto (2004).

3. Alternancia metodológica y de contenidos.

4. Refuerzo positivo en proporción abrumadora frente al negativo.

5. Organización. La voluntad aunque parezca imposible se puede inducir por medio de la organización. Por ejemplo en una clase de aeróbic, o en un trabajo en "plateau"-dos filas trabajando longitudinalmente en la pista y regresando caminando y recuperando- la organización favorece el trabajo y el ritmo de clase.


De grupo

1. DT. Deportista trabajador: Son como dijimos los alumnos ideales. La intervención del profesor no obstante ha de ser cautelosa pues se debe mover entre el reconocimiento de su trabajo y prestaciones sin que ello suponga un favoritismo desmesurado a ojos de sus compañeros. En función de la ascendencia que presenten en la clase pueden ejercer de "líderes positivos" y en momentos determinados posibilitar aplicar estilo de enseñanza como la microenseñanza, Delgado Noguera, (1991), donde hace el papel de monitores de sus compañeros. En unidades didácticas de deportes donde su especialización los pone en un peldaño superior es una opción muy valida.

2. ST. Sedentario trabajador: Este grupo de alumnos también proporciona satisfacciones al profesor pues su fuerza de voluntad les hace conseguir importantes aprendizajes salvando su inicial falta de habilidad o condición física. Es el camino hacia el hábito y es producto del esfuerzo. El profesor debe recompensar el esfuerzo e informar claramente del valor de ese esfuerzo tanto en el aprendizaje, cosa evidente, como en la calificación. Pero no debemos quedarnos en incentivar el esfuerzo. Las propuestas, aclaraciones, explicaciones, refuerzos y en definitiva toda intervención directa tiene que resultar eficaz para el logro del aprendizaje por parte del alumno. Perseguir el aprendizaje de un equilibrio invertido en los alumnos sin las medidas de seguridad, ayudas y explicaciones apropiadas no sólo no favorecerá el aprendizaje sino que resultará peligroso.

El afán de superación, las ganas y la fuerza de voluntad de los alumnos ST (sedentarios-trabajadores) han de ser alimentados por el éxito de su trabajo de forma que puedan dar el salto al grupo 1 de deportistas trabajadores.

3. DD. Deportista displicente: Son alumnos que presentan un ego muy marcado producto de su pertenencia a tal o cual club y de sus resultados deportivos. Por tanto reconocer su "tarjeta de presentación" es un buen primer paso para el acercamiento profesor-alumno. Alabar públicamente su nivel de capacidad física y su nivel de habilidad es un, digamos, "prerrefuerzo" a la hora de trabajar otros contenidos que a priori estos alumnos desconsideran. Pedirles su opinión sobre los ejercicios de calentamiento, utilizarlos de ejemplo son otras soluciones. Tampoco se trata de "hacerles la pelota" constantemente, se puede en un momento determinado evidenciar su desconocimiento sobre cualquier contenido: aeróbic, rugby, relajación? que no domine, pero esto se debe hacer cuando ya haya cierta confianza y sentimiento de autoridad del alumno hacia el profesor.

En resumen estos alumnos se tienen que ver considerados. Después ineludiblemente tendrán un compromiso tácito sino con la materia si con el profesor para intentar con fe otros contenidos que pueden resultarle igualmente atractivos.

4. SP/M. Sedentario. Pasivo ó Molesto. Este es un grupo en crecimiento. Buscamos romper el "círculo vicioso": "no practico y como consecuencia no progreso; como no progreso no me estimula a practicar". Por tanto hay que conseguir que progresen para que se queden sin "coartada".

Para que progresen podemos en función del alumno, optar por ejercicios concretos y sencillos, analíticos si se trata de alumnos dependientes y por ejercicios reto: "Estoy seguro que eres capaz de saltar 1,20 (altura)?" en alumnos menos dependientes.

Esto para alumnos que no se esfuerzan, para los alumnos con problemas de comportamiento, sirve igualmente lo dicho pero hay que hacer el esfuerzo, nosotros ahora, de recordarle las tres o cuatro normas claras que debe observar (por ejemplo: atención en las explicaciones, no molestar a los compañeros y no maltratar o utilizar indebidamente el material). Si es por escrito, tipo contrato mucho mejor, primero sin la firma de los padres y si reincide con la colaboración de las familias.

Falta hablar de los alumnos que no tiene interés por aprobar. Puede que no tengan interés por aprobar pero más o menos todos tenemos amor propio. Apelemos a él y al refuerzo positivo. Frases del tipo: "No sé lo que sacarás en las otras áreas pero en EF eres de notable o sobresaliente. Para conseguirlo tienes que hacer?" pueden causar el efecto buscado.

5. NHC. No hace la clase. En primer lugar decir que es un grupo que según la legislación no se debe dar. Pero se da. Decimos que no se debe dar porque la figura del exento ha desaparecido oficialmente (Orden Ministerial,1995). Ahora hablamos de alumnos con adaptación curricular. Sin embargo debemos afinar más en esta adaptación porque, por ejemplo, tener al alumno copiando la clase en un papel, en la práctica es un alumno NHC.

Recordamos que en su origen Per Henrik Ling entendió la EF como rehabilitación, por tanto y aunque se debe integrar al alumno lesionado en la clase normal no se entiende que un alumno esté copiando, por ejemplo, la lección de voleibol si puede estar haciendo, por ejemplo una tabla de flexibilidad. Para eso el currículo es abierto y flexible.

Estos eran los alumnos que no hacían la clase porque no podían; pasamos ahora al grupo de los que no quieren hacer la clase. Son esos que llegan sin indumentaria deportiva y se sientan en el banco sueco, incluso amenazan con ponerse los walkman, discman, mp3 o el reproductor musical de turno. Otra variante, a veces incluso compatible es el teléfono móvil. También hay alumnos que dicen estar lesionados como excusa para librarse de la clase.

Son estos alumnos un reto para cualquiera de nosotros, y de momento debemos dar gracias porque los tenemos en clase ya que un séptimo tipo de alumnos que no he querido recoger son los alumnos que no van a clase, que "piran".

Su actitud es de rechazo a la autoridad y generalmente a la institución escolar es decir extiende esa pasividad a todas las áreas. Ante la tesitura de perder el tiempo y de perder al alumno la riña y las órdenes no van a funcionar más bien al contrario lo refuerzan en su postura. Ante el enfrentamiento se hace necesario "pactar" llegar a acuerdos y abiertamente recomiendo halagar a estos alumnos. Están demasiado acostumbrados a las broncas; una palabra de ánimo, interesarse por él un "¿Cómo estas?. ¿No te apetece jugar con nosotros?, ¿Nos ayudas tu que eres fuerte? puede causar una sorprendente reacción. De todos modos ya lo teníamos perdido, con lo que todo lo que hagamos no va a empeorar las cosas y si puede servir para que mejoren.

Por otro lado puede querer en un momento dado participar. Aquí podemos comportarnos según Pérez Pueyo (2004) de forma infantil, "como no quisiste correr la resistencia ahora no participas en floorball", o como adulto entendiendo que es una oportunidad para recuperarlo.

Se dan casos de alumnos que reaccionan en nuestras clases, convirtiéndose en su reducto de actividad y normalidad, bien es cierto que entendiendo que en nuestras clases la teoría "pura y dura", que no los conceptos y la reflexión tiene una importancia secundaria.

Concluimos, subrayando la importancia de conocer a los alumnos y ser conscientes de sus posibilidades, creyendo firmemente que tanto aptitud como actitud son absolutamente modificables en los alumnos...y en los profesores.

La aptitud se modifica con la práctica, (es la base del aprendizaje), la actitud sin embargo es más una elección y su cambio puede ser instantáneo. Los motivos por los que un alumno elige trabajar y otro no, son variados (concepto negativo del área, problemas en casa o con los compañeros, ganas de llamar la atención...), sobre algunos podremos actuar y sobre otros no pero debemos tener presentes que la actitud es una elección y en función de lo que se dé a elegir la actitud puede variar. No podemos cambiar a los alumnos, pero si podemos cambiar las circunstancias, las relaciones, los agrupamientos y hasta la forma de explicar para provocar que el alumno elija cambiar. En definitiva los que podemos cambiar somos nosotros.

Finalizamos citando a Daryl Siedentop (1998) en su acertadísima frase que resume la misión del maestro o profesor de Educación Física:

"Ayudar a los estudiantes a tener mejores experiencias en EF (que sean más positivas más exitosas y que proporcionen más habilidades, así como el deseo de utilizarlas (crear hábitos))".

Bibliografía

?         Delgado Noguera, M.A.(1992) "Los estilos de enseñanza en la E.F. Propuesta para una reforma de la enseñanza" . I.C.E. Universidad de Granada. Granada.

?         García Busto, Oscar (2004) "El ordenador de bolsillo (PDA-POCKET PC) en la clase de educación física y en el entrenamiento deportivo”. Lecturas de Educación Física. Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 75. http://www.efdeportes.com/efd75/pda.htm

?         Marina, José Antonio (2004) "Aprender a vivir". Editorial Ariel. Barcelona.

?         Orden Ministerial de 10 de julio de (1995) por la que se regula la adaptación del currículo de la Educación Física para los alumnos con necesidades educativas especiales. BOE 168. 15/7/1995.

?         Pérez Pueyo, Ángel. (2004). Documentación del curso: "Anímate a enseñar actitudes en Educación Física: montajes finales con cuerdas y acrobacias". XII Cursos de verano. INEFC. Barcelona.

?         Piñera Piñera, Alberto (1998) "Apuntes de Educación Física". I.E.S. Universidad Laboral. Gijón.

?         Siedentop, Daryl (1998) " Aprender a enseñar al Educación Física". Inde Publicaciones. Barcelona.

Preparador de opositores en la academia Nortesport.
Introducción
El proceso de enseñanza-aprendizaje (PEA) gira en torno al profesor, los alumnos, la materia y la metodología (PAMM). Resumiendo podemos afirmar que la metodología es el vehículo que lleva la materia a los alumnos y lo conduce el profesor.
De estos cuatro elementos hay suficiente información sobre tres de ellos: profesor, materia y metodología, faltando, sorprendentemente información sobre los alumnos, más allá de los estereotipados análisis de las características del adolescente.
La tipología de alumnos en la clase de Educación Física en secundaria que se presenta en este artículo, busca un análisis grupal en función de la combinación de aptitud y actitud de los alumnos.
Antes debemos denunciar la "hipocresía social" en materia de deporte y educación física consistente en valorar mucho el deporte y desconsiderar también mucho la educación física empezando por el apelativo "gimnasia" que desgraciadamente aún nos acompaña a pesar del cambio de milenio. En palabras de Alberto Piñera (1998) la "inercia negativa del área" provoca en el alumnado ciertas actitudes y tópicos respecto a la propia materia y en muchos casos desconsideración hacia algunos contenidos. La concepción que se tenga del área y de los contenidos evidentemente influye en la actitud de los alumnos hacia el propio área.
La Educación Física moderna basada en la no instrumentalización (la EF no sirve a ningún fin más que a si misma y en primera y última instancia a los alumnos) se mueve buscando el equilibrio entre la aptitud y la actitud, ambas necesarias para lograr el objetivo de crear hábitos vitalicios de ejercicio físico. Ponemos un ejemplo: para jugar al tenis (deporte de fácil introducción en nuestras clases pues en prácticamente todas las casas hay una raqueta que los alumnos, incluso podrían aportar), es necesario el dominio básico de la técnica; aptitud (nadie se aficiona a practicar lo que no domina) y para alcanzar ese dominio es necesario una determinada actitud de atención, concentración y esfuerzo, durante su aprendizaje.
No descubrimos nada al reconocer que en los últimos años la conflictividad por un lado y la pasividad por otro en mayor o menor medida han hecho su aparición en muchos centros de enseñanza secundaria. Una de las motivaciones de la LOCE (Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza, 2000) fue precisamente eso, frenar el deterioro del clima de enseñanza. Así pues al nivel de actitud nos encontramos con problemas.
En cuanto a la aptitud, el número de practicantes de ejercicio físico se ha estancado y son muchos los alumnos que reconocen que no practican ejercicio físico con asiduidad, algunos incluso confiesan que el único ejercicio que practican son las clases de Educación Física. El problema de la obesidad infantil (en España hemos pasado de una tasa del 6 al 16% en apenas diez años), motivada principalmente por la falta de ejercicio físico ha saltado recientemente a todos los medios de comunicación. Por otro lado tenemos alumnos, menos, que compiten en diferentes deportes y entrenan sistemáticamente. Por tanto en aptitud, diversidad.
Veamos ya la tipología:

1. La tipología de alumnos de secundaria en EF
La combinación del nivel de APTITUD- capacidad- y del nivel de ACTITUD-voluntad-, hace que podamos establecer la siguiente tipología.
Interpretamos aptitud cómo buenas capacidades físicas básicas (CFB) y nivel coordinativo (cualidades motrices, CM) alto.
Interpretamos actitud, cómo la suma de normas, comportamiento y esfuerzo.
Tipología de los alumnos de secundaria en EF

1.    DT. Deportista y trabajador" . Son alumnos con muy buenas condiciones "se les dan bien los deportes" y generalmente compiten en alguno de ellos. Su actitud también acompaña. Son, como es lógico, los alumnos perfectos. Pueden tener ciertas inhibiciones en temas de Ritmo y Expresión.
2.    "ST. Sedentario. Trabajador" . Son alumnos con bajas prestaciones pero muy buena disposición. Consiguen mejorar, en mayor o menor medida, gracias a su trabajo.
3.    "DD Deportista displicente" . Suelen ser deportistas que infravaloran la Educación Física frente a su deporte y consecuentemente al profesor frente a su entrenador. Nadie entiende que suspendan, para ellos incluso es una ofensa.
4.    "SM/P. Sedentario. Molesto o Pasivo" . Son alumnos-as con bajas prestaciones y que su actitud no acompaña habría que distinguir:
4-1 : nivel de comportamiento. No cumple normas.
En este grupo a su vez distinguimos:
4-1-1: Los que les interesa aprobar
4-1-2: Los que les da igual aprobar que suspender.
4-2: nivel de esfuerzo (son los alumnos que no se portan mal pero que su nivel de implicación es escaso, suelen tener un bajo autoconcepto y se etiquetan como "malos", "no se me da". Buscan en muchos casos un aprobado por "compasión".
5.    NHC. "No hace la clase" . Son los alumnos que no hacen la clase:
5-1: ANEE (alumnos con necesidades educativas especiales): no hacen la parte práctica por estar lesionados permanentemente o temporalmente.
5-2: No quieren hacer la clase. Podemos aspirar a que no perjudiquen el clima de la clase, aunque su sola presencia pasiva ya es un obstáculo en la dinámica de la clase.
Tras la presentación de la tipología y antes de pasar a ver la intervención del profesor, es importante destacar cuatro aspectos:
1.    Que los grupos no son estancos. No vamos a descubrir ahora la importancia del factor de relación entre iguales en la dinámica de las clases. Los alumnos son más sensibles a la influencia de sus compañeros que a la de los profesores, incluso a la de sus padres según Harris, citado por José Antonio Marina (2004). También todos sabemos la diferencia de comportamiento que se puede dar entre dos grupos del mismo nivel en función de estas relaciones. Sin embargo Marina añade que: "afortunadamente el porvenir de un niño no depende de una sola influencia". Aquí entramos padres, profesores incluso la sociedad en su conjunto, hecho este que se atestigua en el proverbio africano citado igualmente por Marina: "Para educar a un niño hace falta la tribu entera". Pero volviendo a la relación entre compañeros diremos que a nivel actitudinal unos influencian a otros en las dos direcciones aunque mayoritariamente suele ocurrir en sentido negativo, porque, digamos, que estos alumnos "imponen su ley" . En cuanto a las aptitudes como es lógico se pueden adquirir y las tendencias cooperativas hacen que igualmente puedan influir positivamente unos compañeros en los aprendizajes de otros.
2.    Que en las actividades de Ritmo y Expresión suele haber un "vuelco" entre alumnos D- deportistas y alumnas S. Sedentarias, cambiándose los papeles.
3.    Los grupos se van fraguando a medida que avanza la estancia en la educación secundaria, siendo menos perceptibles en primer curso y evidenciándose año a año en los cursos sucesivos.
4.    En función del contexto del centro y en consecuencia del tipo de alumnos y la extracción social de los mismos pueden no darse algunos grupos o predominar más otros.

2. El derecho a mejorar y cambiar de grupo en la tipología
Aunque parezca un contrasentido, la tipología esta hecha para ser rota. Me explico; tanto el alumno como el profesor deben aspirar a la mejora actitudinal y aptitudinal.
Los profesores debemos aspirar (por idílico que parezca) a tener a todos los alumnos en los dos primeros grupos en primer lugar y en el primer grupo como objetivo final (adhesión inquebrantable al ejercicio físico) incluso el grupo 5 de los dispuestos a hacer, con la adaptación pertinente debe entrar en los grupos 1 y 2.
En cuanto a las aptitudes, los alumnos con bajo autoconcepto se autocatalogan, se etiquetan como "malos" para las actividades físico deportivas. A lo largo de las clases se puede: 1- hacerles ver que mejoran con la práctica, 2-que el nivel de aptitud no es absoluto: "soy malo en todo, o se me da mal la educación física" sino que depende de la habilidad pudiendo tener dificultades con el baloncesto, por ejemplo, pero no con los bailes de salón, siendo ambos contenidos, hoy por hoy, de igual peso curricular.
A nivel actitudinal, diremos aquello de "odia el delito y ama al delincuente". Una actitud es una elección, no es un rasgo del carácter y las intervenciones represoras suelen reafirmar la mala acción y las intervenciones afectuosas o de reconocimientos suelen generar ó reafirmar las buenas acciones.
Analicemos a continuación más detenidamente que podemos hacer los profesores.

3. Intervención del profesorado
Distinguimos una serie de pautas generales y otras más concretas de cada grupo.

Generales
1.    Exponer claramente las características de nuestra área ó materia y recordarlas.
2.    Exponer claramente los criterios de calificación y los mínimos y recordarlos. Recomendamos en esta misma revista el artículo: "El ordenador de bolsillo (PDA-Pocket PC) en la Educación Física y el entrenamiento deportivo" Gª Busto (2004).
3.    Alternancia metodológica y de contenidos.
4.    Refuerzo positivo en proporción abrumadora frente al negativo.
5.    Organización. La voluntad aunque parezca imposible se puede inducir por medio de la organización. Por ejemplo en una clase de aeróbic, o en un trabajo en "plateau"-dos filas trabajando longitudinalmente en la pista y regresando caminando y recuperando- la organización favorece el trabajo y el ritmo de clase.

De grupo
1. DT. Deportista trabajador: Son como dijimos los alumnos ideales. La intervención del profesor no obstante ha de ser cautelosa pues se debe mover entre el reconocimiento de su trabajo y prestaciones sin que ello suponga un favoritismo desmesurado a ojos de sus compañeros. En función de la ascendencia que presenten en la clase pueden ejercer de "líderes positivos" y en momentos determinados posibilitar aplicar estilo de enseñanza como la microenseñanza, Delgado Noguera, (1991), donde hace el papel de monitores de sus compañeros. En unidades didácticas de deportes donde su especialización los pone en un peldaño superior es una opción muy valida.
2. ST. Sedentario trabajador: Este grupo de alumnos también proporciona satisfacciones al profesor pues su fuerza de voluntad les hace conseguir importantes aprendizajes salvando su inicial falta de habilidad o condición física. Es el camino hacia el hábito y es producto del esfuerzo. El profesor debe recompensar el esfuerzo e informar claramente del valor de ese esfuerzo tanto en el aprendizaje, cosa evidente, como en la calificación. Pero no debemos quedarnos en incentivar el esfuerzo. Las propuestas, aclaraciones, explicaciones, refuerzos y en definitiva toda intervención directa tiene que resultar eficaz para el logro del aprendizaje por parte del alumno. Perseguir el aprendizaje de un equilibrio invertido en los alumnos sin las medidas de seguridad, ayudas y explicaciones apropiadas no sólo no favorecerá el aprendizaje sino que resultará peligroso.
El afán de superación, las ganas y la fuerza de voluntad de los alumnos ST (sedentarios-trabajadores) han de ser alimentados por el éxito de su trabajo de forma que puedan dar el salto al grupo 1 de deportistas trabajadores.
3. DD. Deportista displicente: Son alumnos que presentan un ego muy marcado producto de su pertenencia a tal o cual club y de sus resultados deportivos. Por tanto reconocer su "tarjeta de presentación" es un buen primer paso para el acercamiento profesor-alumno. Alabar públicamente su nivel de capacidad física y su nivel de habilidad es un, digamos, "prerrefuerzo" a la hora de trabajar otros contenidos que a priori estos alumnos desconsideran. Pedirles su opinión sobre los ejercicios de calentamiento, utilizarlos de ejemplo son otras soluciones. Tampoco se trata de "hacerles la pelota" constantemente, se puede en un momento determinado evidenciar su desconocimiento sobre cualquier contenido: aeróbic, rugby, relajación? que no domine, pero esto se debe hacer cuando ya haya cierta confianza y sentimiento de autoridad del alumno hacia el profesor.
En resumen estos alumnos se tienen que ver considerados. Después ineludiblemente tendrán un compromiso tácito sino con la materia si con el profesor para intentar con fe otros contenidos que pueden resultarle igualmente atractivos.
4. SP/M. Sedentario. Pasivo ó Molesto. Este es un grupo en crecimiento. Buscamos romper el "círculo vicioso": "no practico y como consecuencia no progreso; como no progreso no me estimula a practicar". Por tanto hay que conseguir que progresen para que se queden sin "coartada".
Para que progresen podemos en función del alumno, optar por ejercicios concretos y sencillos, analíticos si se trata de alumnos dependientes y por ejercicios reto: "Estoy seguro que eres capaz de saltar 1,20 (altura)?" en alumnos menos dependientes.
Esto para alumnos que no se esfuerzan, para los alumnos con problemas de comportamiento, sirve igualmente lo dicho pero hay que hacer el esfuerzo, nosotros ahora, de recordarle las tres o cuatro normas claras que debe observar (por ejemplo: atención en las explicaciones, no molestar a los compañeros y no maltratar o utilizar indebidamente el material). Si es por escrito, tipo contrato mucho mejor, primero sin la firma de los padres y si reincide con la colaboración de las familias.
Falta hablar de los alumnos que no tiene interés por aprobar. Puede que no tengan interés por aprobar pero más o menos todos tenemos amor propio. Apelemos a él y al refuerzo positivo. Frases del tipo: "No sé lo que sacarás en las otras áreas pero en EF eres de notable o sobresaliente. Para conseguirlo tienes que hacer?" pueden causar el efecto buscado.
5. NHC. No hace la clase. En primer lugar decir que es un grupo que según la legislación no se debe dar. Pero se da. Decimos que no se debe dar porque la figura del exento ha desaparecido oficialmente (Orden Ministerial,1995). Ahora hablamos de alumnos con adaptación curricular. Sin embargo debemos afinar más en esta adaptación porque, por ejemplo, tener al alumno copiando la clase en un papel, en la práctica es un alumno NHC.
Recordamos que en su origen Per Henrik Ling entendió la EF como rehabilitación, por tanto y aunque se debe integrar al alumno lesionado en la clase normal no se entiende que un alumno esté copiando, por ejemplo, la lección de voleibol si puede estar haciendo, por ejemplo una tabla de flexibilidad. Para eso el currículo es abierto y flexible.
Estos eran los alumnos que no hacían la clase porque no podían; pasamos ahora al grupo de los que no quieren hacer la clase. Son esos que llegan sin indumentaria deportiva y se sientan en el banco sueco, incluso amenazan con ponerse los walkman, discman, mp3 o el reproductor musical de turno. Otra variante, a veces incluso compatible es el teléfono móvil. También hay alumnos que dicen estar lesionados como excusa para librarse de la clase.
Son estos alumnos un reto para cualquiera de nosotros, y de momento debemos dar gracias porque los tenemos en clase ya que un séptimo tipo de alumnos que no he querido recoger son los alumnos que no van a clase, que "piran".
Su actitud es de rechazo a la autoridad y generalmente a la institución escolar es decir extiende esa pasividad a todas las áreas. Ante la tesitura de perder el tiempo y de perder al alumno la riña y las órdenes no van a funcionar más bien al contrario lo refuerzan en su postura. Ante el enfrentamiento se hace necesario "pactar" llegar a acuerdos y abiertamente recomiendo halagar a estos alumnos. Están demasiado acostumbrados a las broncas; una palabra de ánimo, interesarse por él un "¿Cómo estas?. ¿No te apetece jugar con nosotros?, ¿Nos ayudas tu que eres fuerte? puede causar una sorprendente reacción. De todos modos ya lo teníamos perdido, con lo que todo lo que hagamos no va a empeorar las cosas y si puede servir para que mejoren.
Por otro lado puede querer en un momento dado participar. Aquí podemos comportarnos según Pérez Pueyo (2004) de forma infantil, "como no quisiste correr la resistencia ahora no participas en floorball", o como adulto entendiendo que es una oportunidad para recuperarlo.
Se dan casos de alumnos que reaccionan en nuestras clases, convirtiéndose en su reducto de actividad y normalidad, bien es cierto que entendiendo que en nuestras clases la teoría "pura y dura", que no los conceptos y la reflexión tiene una importancia secundaria.
Concluimos, subrayando la importancia de conocer a los alumnos y ser conscientes de sus posibilidades, creyendo firmemente que tanto aptitud como actitud son absolutamente modificables en los alumnos...y en los profesores.
La aptitud se modifica con la práctica, (es la base del aprendizaje), la actitud sin embargo es más una elección y su cambio puede ser instantáneo. Los motivos por los que un alumno elige trabajar y otro no, son variados (concepto negativo del área, problemas en casa o con los compañeros, ganas de llamar la atención...), sobre algunos podremos actuar y sobre otros no pero debemos tener presentes que la actitud es una elección y en función de lo que se dé a elegir la actitud puede variar. No podemos cambiar a los alumnos, pero si podemos cambiar las circunstancias, las relaciones, los agrupamientos y hasta la forma de explicar para provocar que el alumno elija cambiar. En definitiva los que podemos cambiar somos nosotros.
Finalizamos citando a Daryl Siedentop (1998) en su acertadísima frase que resume la misión del maestro o profesor de Educación Física:
"Ayudar a los estudiantes a tener mejores experiencias en EF (que sean más positivas más exitosas y que proporcionen más habilidades, así como el deseo de utilizarlas (crear hábitos))".
Bibliografía
?         Delgado Noguera, M.A.(1992) "Los estilos de enseñanza en la E.F. Propuesta para una reforma de la enseñanza" . I.C.E. Universidad de Granada. Granada.
?         García Busto, Oscar (2004) "El ordenador de bolsillo (PDA-POCKET PC) en la clase de educación física y en el entrenamiento deportivo”. Lecturas de Educación Física. Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 75. http://www.efdeportes.com/efd75/pda.htm
?         Marina, José Antonio (2004) "Aprender a vivir". Editorial Ariel. Barcelona.
?         Orden Ministerial de 10 de julio de (1995) por la que se regula la adaptación del currículo de la Educación Física para los alumnos con necesidades educativas especiales. BOE 168. 15/7/1995.
?         Pérez Pueyo, Ángel. (2004). Documentación del curso: "Anímate a enseñar actitudes en Educación Física: montajes finales con cuerdas y acrobacias". XII Cursos de verano. INEFC. Barcelona.
?         Piñera Piñera, Alberto (1998) "Apuntes de Educación Física". I.E.S. Universidad Laboral. Gijón.
?         Siedentop, Daryl (1998) " Aprender a enseñar al Educación Física". Inde Publicaciones. Barcelona.

 
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