jueves, 25 de abril de 2024
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Medicina de Rehabilitación BIOMECÁNICA


Factores Biomecánicos en el dolor de espalda.

 

 

 Una de las afecciones del aparato locomotor que más frecuentemente se observa en la práctica médica es el dolor de espalda en todas sus variantes: sacrolumbar, dorsal o cervical. Son precisamente las patologías de la columna vertebral, la causa más común de ausentismo laboral en nuestro país y, muchas veces, es desde tempranas edades que el paciente comienza con sus padecimientos.  La coincidencia no es casual, los requerimientos de la vida moderna, el incremento del sedentarismo, la incorporación de la mujer a todo tipo de trabajo, y muchos otros factores que harían interminable esta lista, se unen al hecho biológico-evolutivo de la adopción de la posición bípeda.

 

 La posición bípeda fue alcanzada por el hombre como refinamiento sublime que le diferencia de los demás seres y le coloca verticalmente en la senda que lo conduciría a la dominación del mundo animal, pero que también le obsequió, gratuitamente, el dolor de espalda.

 

 Es sabido que simplemente manteniéndonos erguidos se concentran aproximadamente unos 45 Kgs de presión sobre el área lumbar de la columna vertebral. La acción de levantarse, solamente, ejerce  aun más presión sobre la parte más baja de la columna. Por otra parte, nuestra columna soporta normalmente un extraordinario estrés y tensión muscular que la hacen muy susceptible a las afecciones dolorosas. Todos estos factores se suman para hacer de la región espinal (columna), un lugar susceptible de dolencias y padecimientos a cualquier edad de la vida, y es preciso conocer como protegerla y evitar o amilanar los estragos que la vida moderna le acarrea. Es ese, precisamente, el objetivo fundamental de este modesto trabajo

 

 Hay un viejo refrán que dice: ‘hay que aprender a vivir, a morir todo el mundo sabe...’ Pudiéramos añadir que en ese aprendizaje de la vida, hay también que aprender a cuidar de nuestro cuerpo, a no violentar las leyes naturales ni forzar innecesariamente el proceso armónico de la existencia. Es sabido que la salud es el equilibrio funcional del cuerpo, la mente y el espíritu, y que en el mantenimiento y conservación de este equilibrio, intervienen muchos aspectos, siendo el principal la prevención a tiempo de los factores predisponentes que la agreden.

 

 “Estamos convencidos de las bondades que tiene para el ser humano un cambio en sus hábitos de vida cotidianos” me dijo, hace algún tiempo, una profesora colombiana de medicina natural, pero es innegable, agregó, que la disciplina y el firme propósito son imprescindibles para lograr ese cambio.

 

 Nuestro objetivo fundamental en esta exposición, es analizar las causas, el tratamiento actual y la prevención de los diversos tipos, más frecuentes, de dolor de espalda. Para ello es imprescindible hacer un breve recorrido por la anátomo-fisiología de la columna vertebral, es decir, las características y funcionamiento normal de ese importante segmento de nuestro cuerpo, para poder comprender mejor su patología.

 

 Por supuesto, es preciso aclarar que este folleto solo pretende ser un volumen de referencia, no un manual médico ni terapéutico. Si sospechara alguna lesión o enfermedad de su columna, debe buscar ayuda facultativa. Aquí encontrará solamente una guía práctica de profilaxis y algunos consejos de auto-ayuda sobre como conservar la salud de su columna vertebral. Recordemos el principio naturista: ‘la enfermedad no se cura combatiendo el mal, sino creando salud’.

¿CÓMO ES SU ESPALDA?

 

ESQUELETO DE SOSTÉN:

 

 Trataré de explicarle, lo más breve y claro posible, como está estructurada su espalda, cuales son sus elementos fundamentales y como sé interrelacionan y conectan para realizar sus funciones.

 

 La columna vertebral sirve de sostén al cuerpo y está compuesta de 33-34 vértebras y sus uniones. En ella se distinguen cinco porciones: cervical (7 vértebras), dorsal o torácica (12 vértebras), lumbar (5 vértebras), sacra (5 vértebras) y coxígea (4 o 5 vértebras)(Fig. 1) En el adulto, las vértebras sacras y coxígeas se encuentran fusionadas, constituyendo los huesos sacro y coxis (Fig. 2).

 

 Las vértebras cervicales se unen desde el cráneo hasta los hombros, haciéndose progresivamente más grandes según vamos descendiendo. La porción dorsal o torácica se extiende a partir de las vértebras cervicales, desde los hombros hasta el final de la caja torácica. El tórax es la parte del tronco que se encuentra enmarcado por las costillas. Las vértebras lumbares comienzan desde la parte inferior de las costillas hasta las caderas. Lumbar significa perteneciente al lomo, son las vértebras más pesadas de la columna y las que  más anomalías presentan por lo general.

 

   La columna vertebral nos proporciona tres servicios:

 

1-  Soporta la cabeza.

2-  Permite movimientos como doblarse, girar, etc.

3-  Protege la médula espinal (ese conjunto de fibras nerviosas que conectan el cerebro con el cuerpo).

 

 Las vértebras están compuestas del cuerpo y los arcos, y presentan 7 procesos: uno espinoso, dos transversos y cuatro articulares (dos superiores y dos inferiores) (Fig. 3). El cuerpo de la vértebra está dirigido hacia delante y el proceso espinoso hacia atrás. El cuerpo y los arcos limitan el agujero vertebral. Los agujeros vertebrales de todas las vértebras forman el conducto vertebral en el cual se aloja la médula espinal.

 

 El hueso sacro está compuesto de 5 vértebras fusionadas entre sí. La cara  anterior es cóncava y presenta 4 pares de agujeros anteriores. La cara posterior es convexa y en ella se observan unos salientes óseos, las crestas, y cuatro pares de agujeros posteriores (Fig. 2). A través de los agujeros sacros pasan los nervios. En el lugar de unión del sacro con la quinta vértebra lumbar se forma, por delante, un saliente o promontorio. Es precisamente en esta zona donde se produce la inquietante sacrolumbalgia, a la que dedicaremos una parte considerable de este manual.

 

SISTEMA MUSCULAR DE APOYO:

 

 Existen músculos específicos que estabilizan la columna y la apoyan en sus movimientos. El movimiento hacia adelante o atrás de la columna es limitado en la región torácica o dorsal, pero en cambio, en la región lumbar, sobre todo a nivel de la cuarta o quinta vértebras lumbares, el movimiento es libre.

 

 En primer lugar debemos mencionar los músculos sacroespinales (Fig. 4) que se extienden a lo largo de toda la columna desde el sacro y los huesos de la pelvis hasta la base del cráneo, yendo sus fibras más pequeñas de una vértebra a la siguiente, recorriendo las más largas toda la longitud de la espalda. Existen otros grupos importantes de músculos que interactúan con los sacroespinales para permitir movimientos como flexión, hiperextensión, sentarse, levantarse, cargar pesos, etc. Entre estos grupos musculares pudiéramos citar a los psoas (Fig. 5) que intervienen en gran parte de los movimientos de las piernas y que tienen  sus puntos de inserción a lo largo de la columna vertebral, y los glúteos, que también actúan en los movimientos de los miembros inferiores (Fig. 6).

 

 Por otra parte, otros músculos del cuerpo contribuyen con su apoyo a reducir el estrés de los músculos espinales y coadyuvan a mantener el equilibrio, adaptando automáticamente las necesidades de cualquier actividad que estemos desarrollando. Por ejemplo, los músculos del tórax o del abdomen, pueden reducir la tensión de la columna en un 30%.

 

 Con este equilibrio muscular la columna se mantiene libre de tensiones provocadas por focos de presión. Cualquier anomalía existente en estas coordinaciones musculares, redundaría, inevitablemente, en perjuicios considerables para el buen funcionamiento del ráquis (columna).

 

 Según plantean algunos autores, parece seguro que como consecuencia de la vida arbórea primitiva, al suspender directamente la parte superior del cuerpo se produjeron migraciones musculares, modificaciones de la posición del cuerpo y otros cambios cuya consecuencia fue una debilidad de la parte inferior de la espalda. Esta distorsión  muscular de origen mecánico ha contribuido al origen de varios tipos de trastornos dolorosos de la parte baja de la espalda, la más corriente de los cuales se describe como fatiga muscular o lumbago.

 

 La espalda está estabilizada y controlada en la posición erecta por los músculos y ligamentos que mantienen las articulaciones que toman parte en los movimientos de la columna vertebral. Según el Dr. T.A. Willis, estas estructuras funcionan  mecánicamente con gran desventaja debido a que las palancas óseas a las que se insertan son cortas en relación con aquellas sobre las que se aplica la carga, semejando en cierto modo a una grúa, con la gran diferencia que la espalda humana no es una columna rígida, sino una estructura multiarticular, en la que cada articulación debe estabilizarse individualmente.

 

 Las fibras musculares ejercen su poder máximo cuando se encuentran tensas y parcialmente estiradas. Si la tensión disminuye, el músculo se acorta y pierde parte de su poder y elasticidad. Si por cualquier razón las fibras musculares se debilitan, el músculo se alarga y pierde su fuerza. De ahí que las deformidades habituales de la columna (escoliosis, cifosis, lordosis, hombros caídos, etc.) se deban, en ocasiones, a un desequilibrio en el tono de los músculos que sostienen la espalda.

 

 Muchas espaldas duelen porque es imposible que puedan soportar las exigencias funcionales de la lucha cotidiana. Por otra parte, estas incapacidades funcionales están, frecuentemente, asociadas con perturbaciones psíquicas y nutritivas que coadyuvan para agravar la lesión existente. De ahí que desde hace más de 2000 años, la medicina tradicional asiática se preocupara en mantener el equilibrio mente-cuerpo-espíritu, mediante la instrospección, el ejercicio sistemático y la dieta.

 

 

EL DISCO INTERVERTEBRAL:

 

 Algunas articulaciones, entre las que se encuentran las intervertebrales, cuentan con  fibrocartílagos o discos que unen los huesos entre sí y mantienen la flexibilidad articular necesaria.  El disco intervertebral presenta en su centro  una masa blanda que se denomina núcleo pulposo. En algunas ocasiones, pueden llegar a formarse hernias de este núcleo pulposo dentro del canal raquídeo, que puede comprimir e irritar las raíces nerviosas provocando intensos dolores (Fig. 7).

 

 

 Normalmente existen 23 discos en la columna vertebral, faltando solamente a nivel de la articulación de la primera y segunda vértebra cervical. Son más delgados en la región dorsal y más gruesos en la lumbar. Cada disco está interpuesto entre los cuerpos de dos vértebras y actúa como una articulación que proporciona movilidad y amortiguamiento a la columna vertebral.

 

 Cada disco está compuesto de una porción central semilíquida, el núcleo pulposo; dos placas de cartílago que separan el núcleo de los cuerpos de las vértebras superior e inferior y un grueso anillo fibroso.

 

 La placa cartilaginosa actúa como barrera entre la presión activa del núcleo pulposo y el cuerpo vertebral. Como ocurre en los cartílagos de otras localizaciones, degenera con el avance de la edad, el núcleo se abomba y produce un característico cuerpo vertebral en forma de lente bicóncavo, visible en las placas radiográficas.

 

 El núcleo está sometido a una tensión  constante. Si se desgarra la placa terminal ósea, parte del material del núcleo semilíquido es impulsado al interior del hueso esponjoso del cuerpo vertebral, en donde es absorbido o queda rodeado por hueso reactivo y se convierte en un nódulo, también visible en las placas.

 

 En el interior del disco existe una considerable presión interna o turgencia. Esta tiende a propagarse a las vértebras a causa de la presión de la carga en posición erecta. Y, cosa curiosa, por este motivo una persona puede ser 12 a 16 mm más alto al levantarse por la mañana que hacia el final del día.

 

 El disco intervertebral está sometido a alteraciones degenerativas continuas y progresivas en  el  transcurso de la vida. Estos procesos de uso y desgaste, como plantea el Dr. Turek, se manifiestan  más tempranamente en el caso de sobrecargas funcionales excesivas. Las alteraciones más tempranas aparecen en el núcleo, que hacia la tercera década de la vida se vuelve tumefacto y granular. La degeneración del disco va aumentando progresivamente con la edad favoreciendo la posibilidad de hernia con la consecuente compresión de la raíz nerviosa (Fig. 7).

 

 Exponemos estos datos sobre el disco intervertebral  debido al frecuente diagnóstico de posible hernia discal ante todo dolor de espalda más o menos intenso. La columna vertebral, como todo nuestro organismo, es susceptible de enfermedad y desgaste, pero lo es también de protección y cuidados. Una vida sana, física y psíquicamente, es el mejor cuidado que podemos brindar a nuestra columna vertebral.  La dieta correcta y el hábito del ejercicio sistemático, son los pilares fundamentales de esa protección. 

 

¿QUÉ PUDIERA LASTIMAR NUESTRA ESPALDA?

 

 La columna vertebral puede ser dañada por lesiones físicas, tales como fracturas, esguinces (torceduras), contusiones (golpes), etc. ; por trastornos posturales,  relacionados con hábitos incorrectos que a la larga provocan una restricción de la flexibilidad muscular, o por lesiones degenerativas producto del envejecimiento natural de los tejidos.

 

 Para poder realizar sus actividades, el cuerpo necesita músculos adecuados y un equilibrio físico dentro de todo su sistema de trabajo. Puede ocurrir que un grupo de músculos sea incapaz de funcionar debido a su flexibilidad restringida, entonces otro grupo de músculos intenta ocupar su lugar y sobreviene un desequilibrio en el flujo de movimiento que afecta desfavorablemente la columna vertebral.

 

 Si analizamos el estado de salud, se asemeja a una balanza cuyos platos se hallan en perpetua subida y bajada: es cuestión de un átomo de más o de menos en una alternancia ligada al movimiento mismo. Pero a cada oscilación, pasa por un estado de equilibrio, y este estado es la salud. Si sobreviene un exceso o una privación durables en uno de los platos, aparece el sufrimiento y la enfermedad.

 

 En la espalda ocurre algo similar, cualquier alteración, incluyendo el sobrepeso, puede acarrear un desequilibrio en la balanza que provoque la enfermedad y el dolor. Recordemos que el mecanismo del dolor es útil por cuanto avisa e identifica una zona u órgano sobre el cual actúa un proceso perjudicial, es un pedido de ayuda que nos hace el organismo y que debemos atender.

 

 Cuando tratamos de mover un objeto excesivamente pesado, podemos provocar una de las causas más frecuentes de dolor de espalda en el adulto. Se ha dicho que más del 85% de las personas ha sufrido un dolor agudo de espalda alguna vez en su vida. Estas frecuentes lesiones son, por lo general, un lastre económico para la sociedad debido a las ausencias laborales y al incremento de las certificaciones médicas. Es por ello, que la prevención de estas afecciones no solo es una medida individual de salud, sino un beneficio social considerable.

 

 Aproximadamente el 10% de los trastornos de la espalda están relacionados con problemas del disco intervertebral, casi siempre provocados por esfuerzos que van más allá de nuestras posibilidades reales. No obstante, aun este pequeño porcentaje es evitable si se toman medidas preventivas o se instauran terapéuticas conservadoras efectivas.

 

 Las hernias discales eran diagnosticadas, antiguamente, como la causa principal de todos los problemas de la parte inferior de la espalda. Desde 1930, cuando fue identificada por vez primera, hasta la década pasada, se utilizaba el bisturí como prácticamente único medio de solución. El número de estas operaciones, aun en la actualidad, es enorme. Independientemente de las molestias ocasionadas por la operación y el postoperatorio, las posibles complicaciones que pudieran ocurrir y la afectación económica que provoca al paciente y a la sociedad, está el riesgo de que sea una intervención inútil que pudiera haberse resuelto por medios conservadores.

 

  Afortunadamente, el resurgimiento de la medicina natural y tradicional, así como el incremento de la actividad física, la kiropráctica y otras medidas conservadoras de tratamiento, ha traído un nuevo hálito de esperanza a los innumerables condenados a la mesa de operaciones.

 

 Dr. Sosa Salina.

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: Editor Principal. Especialista de I Grado en Medicina Física y Rehabilitación | Hospital Provincial "Manuel Ascunce Domenech", MINSAP| calle e/ . municipio, Camagüey, CP, Cuba | Teléfs.: , Horario de atención: 8:30 a.m. a 5:00 p.m., de Lunes a Viernes


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