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miércoles, 7 de mayo de 2025 |
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Puericultura
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Desarrollo Psicológico Desarrollo Psicomotor (I Parte)
Dra. Rodríguez Méndez Ovidia. Especialista de II grado en Psiquiatría Infantil, Profesor Auxiliar, Diplomada en Atención Integral al niño.
El desarrollo psíquico implica variaciones cuantitativas y cualitativas. La presencia de las variaciones cualitativas depende de cómo las variaciones cuantitativas preparan el cambio de los procesos de diferenciación, que conduce al surgimiento de lo nuevo. Existen períodos de aceleración y de inhibición en las diferentes funciones psíquicas. Para delimitar los períodos del desarrollo psíquico es preciso distinguir las formaciones nuevas que determinan lo esencial en cada período. Durante el proceso de formación y desarrollo del psiquismo el niño entra en relaciones particulares con el mundo circundante. El niño no se adapta pasivamente al medio, sino que se apropia, hace suyo y domina de manera activa, los objetos y fenómenos humanos que lo rodean. Estas relaciones que se establecen con el mundo son sociales, las cuales se mediatizan a través de la comunicación y la actividad conjunta con los adultos. a) Desarrollo psicomotor del niño 0-5 años Al nacer los niños nacen con un grupo de reflejos que los ayudan a adaptarse al medio. Entre estos reflejos encontramos el de succión, reflejo de hociqueo, reflejo de aferramiento, reflejo de Moro, andar automático, entre otros. A continuación describiremos los mismos: · Reflejo de succión: Necesita poca descripción, pues es el que se pone en marcha cunado un objeto (usualmente, el pezón de la madre, la tetina del biberón, o la mano del bebe) entra en contacto con los labios del niño. · Reflejo del hociqueo: Si se estimula con un objeto la mejilla del bebe, este tiende a girar la cabeza, llevando la boca a la fuente de la estimulación · Reflejo de aferramiento (en inglés, grasping): Si se pone un objeto en contacto con la palma de la mano del niño, este la cierra con fuerza aforrándose al objeto del que se trate. · Reflejo de Moro: Es el resultado de un cambio brusco de estimulación que produce sobresalto (por ejemplo, un golpe fuerte sobre la mesa, en la que el niño esta tumbado) y se manifiesta por una reacción como de susto (abrir los brazos echándolo hacia atrás y luego cerrarlos sobre si mismo, como si se tratara de un abrazo). · Andar automático: tomamos un bebe por las axilas y ponemos las plantas de sus pies en contacto con una superficie como la de una mesa o el suelo, el niño empieza a flexionar y estirar alternativamente sus piernas como si estuviera andando sin moverse del sitio. La mayor parte de estos reflejos desaparecen en el curso de los seis primeros meses aproximadamente. El recién nacido tiene también un rico equipo sensorial que le permite ver, oír, ser sensible al dolor y la temperatura, reaccionar diferencialmente entre lo dulce y lo amargo y lo diferentes olores. El desarrollo psicomotor incluye implicaciones psicológicas del movimiento y de la actividad corporal en la relación entre el organismo y el medio en que se desenvuelve. En la psicomotricidad intervienen componentes madurativos del cerebro y componentes relacionales que se manifiestan en el contacto que se establece entre los movimientos y acciones que realiza el niño y las personas y objetos. La psicomotricidad es, a la vez, fuente de conocimiento y expresión de los conocimientos que ya se tienen, medio de generar vivencias y emociones a través de la relación y expresión de ellas. La meta del desarrollo psicomotor es el control del propio cuerpo hasta ser capaz de sacar de él todas las posibilidades de acción y expresión que a cada niño le sea posible. finales de la primera infancia el niño ha dado un salto cualitativamente superior al descrito en los primeros días del nacimiento. En esa etapa los movimientos son más voluntarios y coordinados, hay mayor control de la posición del cuerpo y de los segmentos corporales más importantes (piernas, brazos y troncos), es capaz de andar y corretear. El paso a los logros que se dan en cada etapa se explica por la ley céfalo-caudal y la ley próximo-distal. Según la ley céfalo-caudal del desarrollo, se controlan antes las partes del cuerpo que están más próximas a la cabeza, extendiéndose luego el control hacia abajo. Es por eso que el control del cuello es antes que el del tronco y el control de los brazos es anterior al de las piernas. El niño sostiene la cabeza antes de sostener el tronco, (antes de sentarse) y es capaz de utilizar y adquirir habilidades con las extremidades superiores antes que con las inferiores. La ley próximo-distal plantea que se controlan antes las partes que están más cerca del eje corporal que aquellas otras que están más alejadas del eje. Es por eso que la articulación del hombro se controla antes que la del codo, que a su vez se controla antes que la muñeca, que a su vez se controla antes que la de los dedos. a ley próximo distal explica porqué el dominio de la psicomotricidad fina es posterior al dominio de la motricidad gruesa. El desarrollo del control postural de los niños tiene lugar progresivamente y sobre la base de las leyes explicadasanteriormente. Este control postural puede variar de un niño a otro según las características individuales y la estimulación social que recibe. · Control de la cabeza: los niños tienen desde el principio un cierto control sobre su cabeza, tratan de levantar la cabeza cuando están acostados boca abajo o tratan de girarla hacia un lado u otro cuando están boca arriba. La sustentación de la cabeza en línea de prolongación con el tronco, se da sobre los tres-cuatro meses. · Coordinación ojo-mano: al principio movimientos groseros y poco afinados dirigido a objetos ubicados dentro de su campo visual y le son atractivos. Esta coordinación se va afinando posteriormente y estará bien establecida sobre los tres-cuatro meses. · Posición sentada: los bebés de cuatro a cinco meses se mantienen sentados con apoyo. Hacia los seis-siete meses se mantienen sentados sin ayuda. · Locomoción antes de andar: los bebés se desplazan de un sitio a otro antes de ser capaces de andar: estando sentado utilizan las manos como remos y deslizan sobre el suelo las extremidades inferiores, se desplazan también a través del gateo, apoyándose en manos, rodillas y pies. Estos movimientos y desplazamientos se dan sobre los ocho meses. · Sostenerse de pie y caminar: sobre los nueve-diez meses el niño es capaz de sostenerse de pie apoyándose en objetos y puede sostenerse de pie sin ayuda a los doce meses. Camina con ayuda y sostenido por dos puntos de apoyo sobre los diez-once meses y con un solo punto de apoyo sobre los once-doce meses. Camina solo en torno a los doce-catorce meses. Hacia los dieciocho meses corretea. Dos o tres meses después es capaz de dar pequeños saltos. Además de la maduración del niño es necesario como habíamos dicho anteriormente que son imprescindibles situaciones que estimulen el aprendizaje de determinadas habilidades y su práctica posterior, el niño necesita de guías, modelos, motivación, ser reforzado por sus logros y recibir, a la vez, exigencia, afecto y apoyo cuando fracasa en uno de sus intentos en la solución de los problemas de acción. En la edad temprana se conquista la noción o representación de los objetos, indicador importante del desarrollo psicológico del niño. Con esta adquisición el niño comienza a percibir con mayor dimensión la realidad y se inician en él las premisas para la capacidad de pensar, se convierte además en sujeto de la acción, actúa con más seguridad y estabilidad en el medio, experimenta en la realidad y flexibiliza sus estrategias de enfrentamiento individual en la solución de los problemas que el medio le plantea. En las edades tempranas ocurre una intensa apropiación de las relaciones sociales y de las acciones y formas de utilización social de los objetos. A través de la comunicación y de la colaboración con el adulto, el niño adquiere el conocimiento, se orienta en la realidad y domina las primeras formas de conducta social propias del hombre. Durante los primeros meses de vida la comunicación del niño con el adulto es bipersonal y en extremo dependiente, el bebé es parte esencial de una relación diádica con su madre. Durante el primer año de vida, la comunicación se caracteriza por ser emocional. Se expresa la comunicación a través de los contactos físicos, los cambios tónicos, las tonalidades de la voz, de la mímica y de los intercambios de las miradas. Mientras que en el primer semestre de vida la comunicación es más dirigida por el adulto hacia el niño, en el segundo semestre es el niño quien más se dirige al adulto, en este período se desarrolla un lenguaje mímico-expresivo que sirve de base para el futuro lenguaje oral. Con el desarrollo de la relación íntima y personal madre-hijo, ocurre el vínculo afectivo o la relación de apego, la cual expresa el desarrollo del carácter diferenciado y selectivo de la comunicación del niño con el adulto. Alrededor del quinto mes el niño comienza a diferenciar de la madre o a las personas más allegadas a él. Las vocalizaciones y reacciones emocionales son más intensas con la madre que con las demás personas. Un papel fundamental en la comunicación del niño con los adultos y otros niños lo desempeña el juego. El juego además capacita al niño para practicar la coordinación neuromuscular y aprender a lidiar con el espacio y los objetos que observa en su ambiente. El juego le permite estimular la coordinación visual y motora y explorar nuevos objetos. Desarrolla su imaginación y la fantasía, y la expresión de sentimientos mediante mensajes verbales y no verbales. Al final de la edad temprana se originan actividades de nuevo tipo que alcanzan su mayor expresión pasado este período de edad. El juego de roles, modelado, dibujo y construcción. Las premisas del juego de rol surgen en el transcurso de esta etapa. Desde el principio de la edad temprana los niños asimilan algunas operaciones con los juguetes en la actividad conjunta con los adultos y luego la reproducen solos. Luego se transfiere a los juguetes una acción que se observó en la realidad, lo que enriquece el contenido de la actividad infantil. Surgen muchos juegos nuevos, se representan muchas acciones que no se realizan en la realidad. A pesar de que en los juegos de los niños de edad temprana no hay papeles desplegados, se puede observar la formación paulatina de las premisas para el juego con personajes. Simultáneamente con la aparición en los juegos de los objetos sustitutos, los niños comienzan a representar la actuación de los adultos concretos. En la edad temprana aparecen también las premisas para la asimilación de la habilidad para dibujar. El niño en esta edad aprende a rayar el papel con el lápiz, hacer los llamados garabatos y asimila la función representativa del dibujo, comienza a comprender que el dibujo puede representar a unos y otros objetos. El desarrollo del lenguaje en esta etapa de la vida del niño es decisivo, se forman las bases del oído fonemático, se perfecciona la pronunciación de los sonidos verbales y se llega a la comprensión y a la pronunciación de las primeras palabras, lo cual amplía sus posibilidades de comunicación con los adultos. El niño arriba a la etapa preescolar con adquisiciones psicológicas que lo ubican en una posición social cualitativamente superior. El niño de la edad escolar tiene un amplio y articulado conocimiento del mundo, del que se ha apropiado gracias al contacto con las actividades cotidianas, la interacción permanente con los objetos y especialmente con las personas. El funcionamiento cognitivo influye muy positivamente en el aprendizaje. El niño de la edad preescolar es un activo elaborador de estrategias de aprendizaje que es capaz de aplicar sistemáticamente en la resolución de problemas, reglas y principios que conoce implícitamente. Características del Desarrollo Emocional de
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