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viernes, 19 de abril de 2024

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Policlínico Docente Dr. Mario Muñoz Monroy



Dejar de fumar

Dejar de fumar: todo lo que se pregunta o le preocupa

    

¿Por qué es tan difícil dejar de fumar?

 

Dejar de fumar

Guía prática para
dejar de fumar

  • Porque existe dependencia física. Los fumadores son adictos a la nicotina, de forma que cuando al organismo le falta la cantidad diaria necesaria, reacciona apareciendo unos síntomas denominados síndrome de abstinencia.
  • Porque existe dependencia psicológica y social. El tabaco forma parte de las actividades cotidianas de los fumadores, sin el cual notan que les falta algo. Muchas actividades pueden asociarse al hecho de fumar (tomar un café, hablar por teléfono, hacer un descanso en el trabajo, relacionarse con los amigos, las preocupaciones o el estrés, o simplemente tener algo en la mano).
  • Porque las consecuencias graves sobre la salud suelen aparecer a largo plazo. Efectivamente, los problemas más graves no se observan hasta varios años después, por lo que no se tiene la sensación de riesgo o perjuicio, muchas veces hasta que ya es demasiado tarde.
¿Por qué necesita dejar de fumar?
  1. Por su salud. Se ha demostrado en numerosos estudios que el tabaco es la principal causa de enfermedad y mortalidad en los países desarrollados, por problemas cardiacos, cáncer y enfermedades respiratorias crónicas. En el tabaco se han detectado cerca de 4.000 sustancias, muchas de las cuales son perjudiciales para la salud, entre las cuales destacan:
    • NICOTINA: favorece la liberación de adrenalina, aumenta la tensión arterial y las contracciones cardiacas, pudiendo causar infarto de miocardio.
    • ALQUITRÁN: daña los pulmones, pudiendo originar insuficiencia respiratoria crónica, enfisema e incluso cáncer de pulmón.
    • MONÓXIDO DE CARBONO: reduce la capacidad respiratoria de los pulmones y la cantidad de oxígeno que pueden transferir a la sangre.
    • Otras sustancias nocivas, como DDT, arsénico, formaldehido, etc.
  2. Por su calidad de vida. Además de evitar enfermedades, cuando deje de fumar mejorará la salud en general, respirará mejor, se cansará menos, se encontrará más ágil, mejorará su sentido del gusto y del olfato, el aspecto de su piel y de sus dientes y desaparecerá el mal aliento de su boca.
  3. Por los "fumadores pasivos". El tabaco no es sólo perjudicial para la persona que lo fuma, sino también para las que conviven con ella. El humo del tabaco puede dañar a familiares, compañeros de trabajo y a otros que lo respiran, sobre todo enfermos respiratorios, niños y mujeres embarazadas. Se sabe que los niños cuyos padres fuman habitualmente tienen más probabilidades de padecer catarros y afecciones de garganta, y que los hijos de madres embarazadas fumadoras tienen menos peso al nacimiento y más riesgo de nacer prematuros.
  4. Por la economía. No fumar ahorra dinero. Un fumador de un paquete diario puede gastar aproximadamente 60 euros al mes en tabaco, lo que representa unas 700 euros al año. Con este dinero podría permitirse muchas cosas, incluidos otros hábitos menos nocivos.
ALGUNAS PREGUNTAS FRECUENTES:
 
“No merece la pena dejar de fumar siendo joven si no te sientes mal”
Nunca es demasiado pronto para dejar de fumar. Aun siendo joven, dejar de fumar mejora el funcionamiento del corazón y de los pulmones. Así puede rendir mejor ante cualquier esfuerzo, tendrá mejores sensaciones, mejor olfato, disfrute de sabores y comidas, etc., y en definitiva estará más satisfecho consigo mismo.
 
“Es demasiado tarde, llevo fumando toda la vida”
En cualquier momento que se deje de fumar, es posible mejorar las alteraciones respiratorias y disminuir el riesgo de padecer enfermedades. Se ha demostrado que 3 años después de dejar de fumar, el riesgo de padecer un infarto de miocardio o un accidente vascular cerebral es similar al de una persona que no ha fumado nunca.
 
“¿Es posible que después de dejarlo pueda fumar ocasionalmente algún cigarrillo?”
Categóricamente no. Recuerde que la dependencia del tabaco que acaba de superar empezó por una calada o un solo cigarro. No corra el riesgo de engancharse otra vez.
 
“No creo que el tabaco sea tan malo. Mi abuelo ha fumado toda la vida y está perfectamente”
Estos casos son la excepción que confirma la regla. Se ha demostrado científicamente que el tabaco acorta la esperanza de vida en 8-10 años y deteriora la calidad de vida. Estadísticamente, los fumadores viven menos que los no fumadores, aunque evidentemente algunos fumadores viven más que algunos no fumadores.
 
“De algo hay que morirse; hasta entonces quiero vivir feliz”
Es un mito pensar que fumar mata rápidamente. Las enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco provocan años de sufrimiento, dolor e invalidez.
 
“¿Qué se gana viviendo unos años más de viejo pensionista?”
No se trata de vivir unos años más. Quienes fuman pierden una media de 10 años de vida y la viven con menos enfermedades y problemas.
 
“Es más peligroso el humo de la contaminación ambiental que el humo del tabaco”
El humo del tabaco tiene una concentración 400 veces mayor en algunos productos tóxicos que los niveles máximos permitidos en el medio ambiente.
 
“Fumar me estimula y ayuda a rendir más”
Los primeros días después de dejar el tabaco, es posible que tenga dificultades para concentrarse, es un síntoma normal, pero suele durar pocos días. Después, se ha demostrado que sucede justamente lo contrario: los no fumadores rinden más y mejor en el trabajo.
 
“Perderé el único placer de la vida”
Después de acabar con el tabaco, la vida será mucho más estimulante. Disfrutará más de su mejor estado físico y también, por ejemplo de las comidas, ya que se potencian el gusto y el olfato. Seguro que encuentra otros placeres menos nocivos para su salud.
 
“Fumar me ayuda a relajarme”
Fumar puede parecer que le relaja, pero en realidad no es así. Aunque se sienta más relajado, ello se debe básicamente a que tiene dependencia de la nicotina. Después de un rato de haber fumado, aparece el síndrome de abstinencia y se sentirá más tenso y nervioso. Mire a su alrededor. Los no fumadores no son más nerviosos que los fumadores.
 
“Fumo cigarrillos con bajo contenido en nicotina”
Los cigarrillos “light” contienen las mismas sustancias peligrosas que el tabaco normal, aunque la cantidad de nicotina y alquitranes es menor. Muchos fumadores, para compensar los bajos niveles de nicotina, fuman más cantidad, apuran más los cigarrillos o inhalan el humo con más intensidad. En consecuencia, la ingestión de nicotina y otros tóxicos es la misma.
 
“Sí, lo dejaré algún día”
Déjelo ya. Cuanto más tiempo siga fumando, más daño se hará a sí mismo y más difícil le resultará dejarlo.
 
“Ahora es un mal momento para dejarlo”
Es verdad que hay momentos malos para dejar de fumar, por ejemplo, en una época en que tenga alguna preocupación importante. Intente escoger el momento adecuado, pero hágalo pronto, ya que es muy fácil encontrar excusas para no hacerlo nunca.
 
“No tengo la suficiente fuerza de voluntad”
Para algunas personas puede ser difícil dejar el tabaco, pero para otras es más fácil de lo que cree. Piense que hay otras cosas relacionadas con la salud que son mucho más difíciles, como seguir una dieta para rebajar peso o reducir el colesterol, porque requieren un esfuerzo mucho más continuado. Dejar de fumar sólo requiere unos días o semanas de esfuerzo.
 
“Si intento dejarlo me pongo de mal humor y convivir conmigo resulta imposible”
Usted sin quererlo está molestando ya a su familia con el humo del tabaco. Es importante que las personas que conviven con usted le apoyen y comprendan para dejar de fumar. Una vida más saludable para toda su familia compensa con creces unas cuantas semanas de mal humor.
 
“Si dejo de fumar, engordaré”
No todas las personas que dejan de fumar engordan, y quien engorda lo hace pocos kilos, pero el peso inicial se puede recuperar en unos pocos meses. El riesgo para la salud que supone el tabaco es mucho más alto que el riesgo de un pequeño aumento de peso. Aunque tenga tendencia a engordar, en principio no es necesario hacer una dieta estricta, simplemente evite comer alimentos con muchas calorías y coma preferentemente verduras y hortalizas. El ejercicio es una buena técnica para evitar ganar peso.
 
“Fumar me ayuda a hacer cosas”

Los fumadores habituales necesitan el tabaco para realizar algunas actividades, pero no hay motivo para no poder hacer las mismas actividades sin fumar. Más aún, muchas actividades, sobre todo las que implican esfuerzo físico, son más fáciles de realizar sin tabaco.

 
“Ya fumo menos que antes y con eso es suficiente”
Reducir el consumo de tabaco es un buen comienzo pero no resuelve el problema. Muchos fumadores han reducido la dosis pero apuran más los cigarrillos y dan caladas más frecuentes e intensas, por lo que mantienen la dependencia de la nicotina. Es mejor dejar de fumar completamente.
 
“Lo intenté pero recaí. Ahora puede pasarme lo mismo”
Hay personas que consiguen dejar de fumar la primera vez que se lo proponen, pero lo normal es tener que intentarlo varias veces. Quizá no lo intentó en el momento adecuado o los motivos para dejarlo no eran lo bastante fuertes. Elija mejor el momento en el próximo intento.
 
“Mi pareja fuma”

¿Le gustaría a ella dejarlo? Si no es así, puede crear en su casa una “zona de fumadores” aislada del resto (una habitación determinada, el balcón, la cocina, etc.). Quien fume, sólo podrá hacerlo en esta zona y todos los cigarrillos y ceniceros estarán en ella.

Si su pareja quiere dejarlo también, es importante que lo intenten ambos a la vez como forma de motivación y apoyo. Además, dejar de fumar puede mejorar la vida sexual de la pareja.

 

Decálogo para dejar de fumar

 1. Busque un buen motivo para dejarlo. Estar motivado es fundamental.
 2. Solicite la colaboración de las personas que conviven con usted.
 3. Elija un día concreto, preferiblemente uno que vaya a estar especialmente activo u ocupado.
 4. Tire a la basura todos los cigarrillos, ceniceros, encendedores, y todo lo relacionado con el tabaco.
 5. Evite en la medida de lo posible los lugares y situaciones que le recuerdan o le den deseos de fumar.
 6. Pida a las personas que están a su alrededor que no fumen en su presencia.
 7. Durante los primeros días, dedíquese a alguna actividad que le mantenga ocupado mucho tiempo.
 8. Cuando le ofrezcan tabaco conteste "no gracias, no fumo". Pronto se verá como una persona no fumadora.
 9. Gratifíquese por no fumar. Calcule cuánto se ahorra al no comprar tabaco y cómprese algo o vaya al cine.
10. Sea optimista. Si recae y se fuma un cigarrillo no se desanime, y recuerde los motivos que le impulsaron a intentarlo.

Recuerde que dejar de fumar es un bien para su salud y para la salud de los demás.

Fuente: Web fisterra.com
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