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domingo, 4 de mayo de 2025 |
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Red de la Sociedad Cubana de Cirugía
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Historia del Hospital: "Hermanos Ameijeiras"
Este acontecimiento significó para el proceso revolucionario un hito en el desarrollo del Sistema Nacional de Salud y la evidencia de una probada voluntad política para el sector, materializada a través de programas integrales dirigidos a reducir o erradicar enfermedades y elevar la calidad de vida de nuestra población. Más que eso, se trataba de una política científica nacional a partir de las realidades objetivas, necesidades y posibilidades.
Estos acontecimientos tienen su raíz histórica. La república neocolonial condicionaba un cuadro de salud alarmante, cuyo objetivo fundamental era únicamente preservar la subsistencia de la clase dirigente y asegurar el orden social, en una sociedad mercantilista donde la ganancia era lo primero y el servicio médico se transformaba en mercancía. Los tuberculosos, los desnutridos, los prematuros, las enfermedades diarreicas no motivaban a las clases dominantes en el poder. Precisamente, en su histórico alegato "La historia me absolverá", durante el juicio contra los asaltantes al Cuartel Moncada, Fidel se refiere a los problemas de salud del pueblo y da a conocer el programa popular y avanzado del movimiento.
A fines de la década de los 50 la dictadura batistiana concibió la idea de construir el edificio para el Banco Nacional de Cuba, precisamente en los terrenos donde se encontraba desde 1852 la Casa de Beneficencia y Maternidad, hospicio religioso construido con iguales fines a la Institución caritativa que desde el año 1705 se ocupaba de criar y educar a niños desvalidos o recién nacidos abandonados por sus padres por razones económicas o sociales propias de esa época ya lejana. La idea respondía a toda una estrategia de consolidar a La Habana como una capital típica de la sociedad de consumo, con sus hoteles, sus casinos, casas bancarias, que respondieran a los intereses de la oligarquía y el capital norteamericano, y toda su secuela de podredumbre e ignominia.
En este momento surge la idea de crear un hospital en el otrora proyecto de la dictadura, lo que demuestra la alta sensibilidad de nuestros dirigentes revolucionarios. Los proyectos arquitectónicos para la conversión en hospital comienzan a finales de 1966. La ejecución de la transformación de la obra fue lenta por la complejidad constructiva y por el alto costo de la inversión. En su puesta en marcha el esfuerzo principal se dirigió a establecer las bases del desarrollo científico y técnico en función de la calidad de la atención médica que lo hicieran acreedor como centro de referencia nacional. El Hospital C.Q. "Hermanos Ameijeiras" reflejó fielmente la aplicación de la política de salud cubana. Durante los primeros diez años se caracterizó por un avance ascendente con la incorporación de las tecnologías más modernas y un nivel científico-técnico en pleno desarrollo, además de una limpieza y cuidado de sus instalaciones, de un mantenimiento de primera clase, con la atención y preservación de todo el equipamiento y con un espíritu creador por parte de ingenieros y técnicos junto a los cuadros científicos para la solución de los problemas tecnológicos más complejos. Tal complejidad, verdadero desafío para el mantenimiento del hospital, fue reconocida por Fidel desde el día de la inauguración en justo reconocimiento a la labor de los constructores. Obtener una atención médica de excelencia y enfrentar la introducción y asimilación de la tecnología más avanzada ha sido la divisa principal de la institución. El nivel alcanzado y los éxitos cosechados se reflejan en los indicadores hospitalarios obtenidos de la atención de pacientes con grandes complejidades diagnósticas y terapéuticas. Entre los éxitos más meritorios pueden mencionarse: los transplantes de órganos y tejidos, la endoscopía intervencionista, la microcirugía, la imagenologia de punta, la litroticia extracorpórea, la oxigenación hiperbárica, las técnicas de avanzada en el diagnóstico histológico y citológico, las técnicas quirúrgicas de grandes complejidades y la cirugía mínimamente invasiva. Existen dos parámetros, entre otros, que permiten medir la calidad en la atención médica: la elevada satisfacción de los pacientes y familiares por los servicios recibidos, reflejadas en encuestas realizadas sistemáticamente, y en el aumento de la demanda, tanto nacional como extranjera por los servicios que ofrece el Hospital para la recuperación de la salud.
La formación de especialistas a través del régimen de residencias ha contado con un promedio anual de más de 200 médicos residentes, graduándose hasta la fecha más de mil especialistas, entre los cuales hay un grupo importante de extranjeros. También la docencia de perfeccionamiento se ha destacado mediante la ejecución de cursos y entrenamientos a profesionales y técnicos de la salud, tanto nacionales como extranjeros. Desde 1984 el Hospital es sede de una filial de Licenciatura en Enfermería del Instituto Superior de Ciencias Médicas de la Habana. Por otra parte, la Institución ha trazado una política de preparación de cuadros científicos, profesionales, personal de enfermería y técnicos a través de un plan de becas en diversos países y la asesoría de científicos extranjeros, así como la asistencia a congresos cursos e intercambios científicos en otros países. El plan de investigaciones del Hospital aborda una temática general de la institución y particular de cada servicio, contenida fundamentalmente dentro de las líneas priorizadas del Ministerio de Salud Pública. Las líneas principales de investigación y desarrollo son: el trasplante de órganos y tejidos, las enfermedades malignas, la cirugía mínimamente invasiva, la integración de las ciencias básicas a la clínica y la computación aplicada a la medicina. Tampoco se ha descuidado el apoyo necesario a las áreas de salud. De las 43 especialidades existentes en el Hospital, 19 de ellas han prestado servicios en policlínicos de los municipios de Habana Vieja Centro Habana. Además de consultas el Hospital ofrece amplios servicios en exámenes diagnósticos y en tratamientos especiales. Este apoyo requirió del establecimiento de un vínculo hospital-policlínico para analizar periódicamente las necesidades y demandas de las áreas de salud y al mismo tiempo las posibilidades del Hospital. Desde la incorporación de los Médicos de Familia se confeccionó un programa para respaldar su formación y para facilitar su trabajo. No podemos olvidar la importante afectación que provocó el "período especial" al Hospital. En esta etapa alcanza dimensiones dramáticas la respuesta al reto de sostener la revolución científico-técnica en un país como el nuestro que enfrenta una importante limitación de recursos materiales derivados del injusto orden económico internacional actual, las consecuencias del derrumbe del campo socialista europeo y en particular de la Unión Soviética y la intensificación de las agresiones y el bloqueo criminal del gobierno yanqui en contubernio con la derecha norteamericana y sobre todo, con la mafia "cubano-norteamericana". Estos factores han impactado negativamente la economía, las finanzas y el comercio de nuestro país, y por ende, han afectado el desarrollo de nuestras instituciones, incluyendo las del sector salud. Para enfrentar el "período especial", como un estímulo a la creatividad, se tomaron importantes medidas de organización y racionalización, como el incremento de la cirugía ambulatoria, la reducción de la estadía hospitalaria, la disminución racional de las indicaciones de exámenes diagnósticos y la reducción de un consumo excesivo de medicamentos y otras medidas dirigidas a disminuir el impacto negativo de dicha situación. Es obligado destacar el papel de los trabajadores del Hospital, héroes anónimos y fieles representantes del pueblo revolucionario. Este espíritu de lucha ha sido el factor decisivo para mantener la vitalidad del Hospital y la calidad en las acciones técnicas y profesionales. No ha habido dificultad de este tiempo que los trabajadores no hayan enfrentado con sacrificio y dignidad para seguir prestando la atención que el pueblo cubano se merece, sin más incentivo que el reconocimiento al deber cumplido. Nuestro futuro es de optimismo, de esperanza y de trabajo para alcanzar los más altos logros en función del objetivo principal de la institución: brindar una atención médica de alta calidad técnica, científica y humana, y contribuir al desarrollo de la salud pública cubana. Cortesía: Dr. Lázaro Quevedo Guanche
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Dr.
Juan Carlos
García Sierra:
Editor principal, Especialista I Grado en MGI y en Cirugía General | Hospital “Cmdte. Manuel Fajardo” - MINSAP|
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