viernes, 29 de marzo de 2024
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Red de la Sociedad Cubana de Cirugía



Muestra de su poesía

LOS MUDOS DÍAS DE ENERO

Los iniciados se fragmentan en las posibilidades del comienzo,
el año abre sus puertas donde se incineran quejidos y monosílabos
los mudos días de enero fueron los presagios y testigos
al prolongado susto de los participantes, capricho de las insistencias,
más otra osadía ha abierto lo aparente de una herida,
la puerta clausurada a ese otro espacio que te era desconocido,
para compartir los sagrados líquidos y el silencio
que ahora es de tu pertenencia, luego que nos visito la tristeza
ausente de lluvia, pero trayendo la humedad, escondida en tus cercanos ojos,
quiero, no hablar del encuentro, por que las lágrimas  fueron tu aporte
y continúo perdido en un punto fijo
alrededor de tus pechos donde depósito las oscuras frases del poema,
perfección de un largo, tortuoso camino, que me conduce
a la búsqueda de los animales sagrados de la noche que te habitan,
la demencia es la absoluta dueña de todo lo que nos circunda
en este breve espacio en que nos hemos apropiado de todo el tiempo.
Personaje desvestido de la sorpresa y el acertijo caprichoso
del calendario, hendidura del tiempo,
en que repetido queda grabado sobre la antigua ánfora griega
se negara a realizar su viaje de retorno,
yo soy el que digo adiós, él que me toca fabricar el partir, la partición,
la participación,
también el mito de tantas sorpresas y lo reiterado de una ignorada senda
a la que temes concurrir para que no descubran un verdadero disfraz,
es muy temprano, el alba no se asoma, no te acompañan los atributos
para que te vuelvas a perder en el bosque
donde  una nueva ocasión podía tener el riesgo para ser definitiva.
Ahora te entrego también un poco de lo que yo intenté apoderarme
y  hasta creí estaba dentro de los limites de mis pertenencias,
de lo conquistado en una prolongada batalla contra pesadillas e insomnios,
cuando te marches, abandonaras la nostalgia sobre esta ciudad
que te habita como un atrevido animal de tus confesiones
mas no regresaras por no repetir el milagro de caminar sobre las aguas
y las mismas cenizas.

Hotel Pernik
Enero 3, 2005
 
 
CONFESIONES, MONÓLOGOS

                                                                          Los mudos hablan
                                                         un extraño lenguaje de gestos.
                                                                                    Delfín Prats
Excesivo soy, por naturaleza,
el sueño, la pesadilla,
de la insistencia en estos días
se encuentran incesantemente
entre todos los pecados
de un espacio que no debo habitar,
una vez más me obligan
ha encontrarte, entre las alucinaciones y la soledad,
sitio al cual recurro,
múltiples caminos
y el agua arrastra con la herida del tiempo
otra vez curada al sol,
historias, viejas, de amor
vuelven a revelarse
en ese extraño vaticinio de tu mirada
y la desesperación.
Eres algo más que aparece y desaparece
en la repetición de la mañana,
amanece en el punto exacto del horizonte
donde oculta se encuentra tu edad.
Como única incógnita
de lo que te ha tocado vivir
 los peces que te habitan
desde el adentro deseado
remolino que aún no puedes compartir.
Todo arrastrado en un silencio absoluto
y la angustia jadeante
de la blancura de tu piel.
Solo aspiro
a un breve lugar en la repartición
de tu vida
efímera mirada y sonrisa
al fragmento de ese instante
que cierra los párpados
cuando la temerosa timidez
nos muestra el leve sonrojo.


LEJANÍA DEL INVIERNO

Sentado en la angustia del tiempo
con un pasaporte falso y ajeno
lugar remoto, no buscado.
Por las grietas de la ciudad
aparece como el inicio del fuego,
caminos por donde en ocasión
frecuenta el hastío
—dentro de los iconos de mi piel
se esconde el inventar—
el arte de hacer y deshacer
arcanos que intentan descubrir
habitar, la casa vacía
se descubre el invierno
al pasar las manos sobre el quieto presagio,
el rojo de la tarde se acerca
a otro calor más preciso
pero las lágrimas en ocasiones sirven también
para fabricar la mueca de una risa
con que se amparan los recuerdos
y la monotonía de que cada veintiuno de marzo
comienza cada año la primavera
aun sin la presencia enclaustrada de la lluvia
esta no la darán, lo que se acumula entre
ciertas páginas de aparente olvido,
el polvo, el polen, el hollín o la nieve
se agolpan para el juicio de Dios,
la conversión del ángel caído
mientras sigo esperando que algún día en mi país
o en el trópico
caigan las hojas de amarillo
poder estrenar un octubre, o un noviembre
donde ciertos árboles queden inmóviles
en la cercanía del canto o el aullido
de agonizantes sirenas
y otros habitantes del mar
separan las vigilias
del mismo cielo compartido,
el gris y un chisporroteo de frío
abusan de la impaciencia.
Solo el desdeño y lo que sobra de un tinte fugaz y amargo
me hacen responder,
repetir 
--Violeta ya no vive aquí --
y la noche que siempre suele acompañarme
en el intento o en el invento de repetir y repartir la fábula,
el monólogo de la soledad,
el recuerdo, la nostalgia
y la abstinencia
toman forma en la reiteración
de clausurar el crepúsculo
con que fabrico la ceniza
de donde suelo regresar.
 
Diciembre y 1999
 

NO SOY UN HOMBRE DE CIRCO

No soy un hombre de circo
ni domador,
ni fiera,
ni payaso,
no soy acróbata o malabarista.
Sólo un pequeño cachorro
dócil y domesticable
que al menor acto de cariño
lo único que puedo hacer es mover el rabo.
 
 
CONTRADICCIÓN

Hay que cerrarlo todo
cerremos todas las puertas,
todos los cerrojos,
todas las ventanas,
todas las habitaciones,
para que nada se escape
para que nada salga
y se quede todo encerrado
en el feroz descubrimiento del vacío
recoger la quebrada noche.

Cerremos todas las puertas, las ventanas,
las gavetas, los armarios
aunque crujan sus viejas maderas
cerremos todo,
pero, por favor, no cierres las piernas.
 
 
PASEO SOBRE LA RAMPA

Me gusta el invierno
sobre La Rampa
para ver
como brotan los pezones
de las muchachas en flor.

Enero 2000

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Editor principal, Especialista I Grado en MGI y en Cirugía General | Hospital “Cmdte. Manuel Fajardo” - MINSAP|
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