Vigencia del ideario de Jose Marti en la salud publica cubana

José Martí (1853-1895), con su genial verbo y ejemplar actuación revolucionaria, nos enseñó lo que significa el logro de la plena dignidad humana y la necesidad de la liberación de nuestra América. Su prédica independentista y de racional transformación social, es un legado que nos acompaña y materializa con la triunfante Revolución cubana.

La medicina que preserva y educa al ser humano frente a la práctica comercial neoliberal que impone el capitalismo salvaje en muchos países, es una realidad en la mayor de las Antillas. La medicina preventiva ha ganado conciencia y espacio en nuestro medio y hoy nadie rebaja su valor social. Recordemos las palabras del médico guerrillero y comandante rebelde, Ernesto Che Guevara, cuando el 19 de agosto de 1960 abordaba tempranamente estas ideas:

El trabajo que está encomendado hoy al Ministerio de Salubridad, a todos los organismos de ese tipo, es organizar la salud pública de tal manera que sirva para dar asistencia al mayor número posible de personas y sirva para prevenir todo lo previsible en cuanto a enfermedades y para orientar al pueblo.

En años difíciles por la desaparición del campo socialista europeo y el recrudecimiento del bloqueo económico de los Estados Unidos, el compañero Fidel afirmaba en el V Congreso del Partido Comunista de Cuba, el día 10 de octubre de 1997:

Nuestro pueblo preservará las cosas que más ama y los intereses que le son más sagrados.

Los hechos corroboran la veracidad de estas palabras con la elevación de los diferentes indicadores de salud en los últimos años. Especial sensibilidad tiene para nuestro pueblo la disminución de la mortalidad infantil, que era en 1959 de 60 por 1000 nacidos vivos, según estimados y que en el 2004 terminó con una tasa de 5,8 por 1000 nacidos vivos, lo que significa una reducción de más del 90% y la salvación de medio millón de niños en este período. Qué satisfacción mayor para la pareja y la familia cubana, junto a un sistema de vacunación infantil gratuita y universal, que previene contra 13 enfermedades y que los niños cubanos no necesitan del ofrecimiento farisaico del Sr. Bush.

Es importante abundar en algunos datos que ilustran el avance del sistema de salud pública en nuestro país, cuando la población cubana se ha duplicado desde 1959, ha crecido casi 11 veces el número de médicos, y la expectativa de vida llega hasta los 76 años de edad, sin diferencias significativas entre las distintas regiones del país.

Tales resultados son posibles gracias al capital humano con que se cuenta y a la infraestructura sanitaria que hoy abarca 14 671 consultorios médicos y 444 policlínicos para la atención comunitaria que conforman la red primaria, 267 hospitales, 272 hogares maternos, 313 para ancianos y 37 de impedidos físicos, así como 164 clínicas estomatológicas, entre otras instituciones que ofrecen cobertura gratuita a todos los cubanos.

El establecimiento del sistema único de salud, proceso iniciado con la misma Revolución, ha transitado por la creación de la atención rural, la construcción de policlínicos y clínicas estomatológicas, la desconcentración, diversificación y multiplicación de la docencia, el surgimiento del programa materno infantil, la fundación de nuevas instituciones científicas para el sector, el establecimiento de un modelo de medicina familiar, el desarrollo de especialidades médicas, la introducción de tecnología de avanzada, la revitalización general del sector a partir del 2000 con costosas inversiones en varios frentes, y el desarrollo de amplios programas de colaboración médica internacional en el exterior, y con la formación de más de diez mil estudiantes latinoamericanos, africanos y estadounidenses en nuestras universidades y facultades médicas.

Un ejemplo local del impacto social de la salud pública cubana lo representa la Facultad de Ciencias Médicas «Finlay-Albarrán», que en sus cinco lustros de creada, ha formado 4,910 médicos, 971 licenciados en Enfermería, 74 licenciados en Tecnología de la Salud y 3742 especialistas. En su ámbito docente participan actualmente reconocidas instituciones de atención secundaria y terciaria, junto a  quince de atención primaria en los municipios Marianao, Playa y La Lisa, de la capital habanera. Entre los méritos del claustro se destacan 62 docentes con categorías científicas de Doctores en Ciencias y Doctores en Ciencias Médicas.

Por la concepción de la medicina preventiva que Martí defendió, se trabaja en diferentes direcciones en el sector, y a modo de ejemplo significativo se encuentra la  inauguración de 217 salas de fisioterapia en los últimos meses, un servicio que llegará a todos los policlínicos durante el presente año 2005.

Para mantener los logros en la salud y respaldar los nuevos programas del sector, se prevé la asignación de 2355 millones de pesos en el año 2005: un 9,4% superior a lo calculado para el año anterior.

La concepción martiana de que Patria es Humanidad brilla hoy más que nunca con luz propia en el corazón de nuestro pueblo. Las misiones de colaboración internacionalista iniciadas en 1963, en Argelia, con la primera brigada médica cubana, se extienden actualmente a más de 64 países, con una cifra superior a 15 000 médicos y otros trabajadores de la salud, que generalmente laboran en las regiones más apartadas y difíciles, sin ánimo de lucro personal. Algo realmente posible solo con una sociedad socialista.

En el acto central por el 45 aniversario del triunfo de la Revolución cubana, el Comandante en Jefe, Fidel Castro, ratificaba una vez más nuestra convicción internacionalista, cuando señalaba:

Nadie podrá impedir la conducta solidaria de nuestro pueblo y la valentía de sus hijos.

Lo analizado en este trabajo es una expresión suficiente de que Martí nos acompaña con sus ideas en el campo de la dignidad y el bienestar humanos; ellas florecen con singular vitalidad en el sector de la salud para beneficio de los cubanos y de toda la humanidad.

Sentir la presencia martiana en las concepciones y realizaciones de la salud pública cubana durante más de cuatro décadas, y que hoy se irradia a otras naciones, es apreciar uno de los principales aportes de la mayor de las Antillas para el logro de esa dignidad y bienestar humanos proclamados por el Maestro, análisis que constituye objeto y propósito del presente trabajo, a partir de la revisión bibliográfica de documentos, artículos especializados e intervenciones de la dirección política del país en aras de contribuir a la formación humanista de los estudiantes en Ciencias Médicas.

En sus diversos artículos y apuntes sobre los servicios de salud, José Martí adelantaba una idea que es paradigma de la medicina socialista cubana: la concepción de la prevención de la mente y el cuerpo del ser humano:

Mejor es evitar la enfermedad que curarla. La medicina verdadera es la que precave? La higiene es la verdadera medicina. Más que recomponer los miembros desechos del que cae rebotando por un despeñadero, vale indicar el modo de apartarse de él. (OC. T. 8. pp. 298-302.)

Con el triunfo de la Revolución cubana, la salud pasó a convertirse en un sistema único nacional que se extendió a las zonas rurales carentes de atención médica. Y el acceso a estos servicios fue posible de manera creciente, gratuita y cualitativamente superior con la formación de miles de nuevos trabajadores de la salud cubana en las más diversas especialidades y técnicas. Ello adquirió una dimensión superior a partir de 1984, con la introducción del programa del médico y la enfermera de la familia.

Autores: Profesor Nicolás Garófalo Fernández y doctora Ana María Gómez García. Facultad de Ciencias Médicas «Finlay-Albarrán». (2005)

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