Pedro Antonio López Saura (1947-2016)

Pedro-Lopez-SauraLa Ciencias Médicas, las Ciencias Biológicas y la Biotecnología cubanas perdieron el 17 de junio del 2016 a uno de sus más brillantes exponentes, Pedro Antonio López Saura.

López Saura nació en La Habana, el 26 de septiembre de 1947. En 1961 participó en la Campaña de Alfabetización como alfabetizador ?Conrado Benítez? Cursó los estudios de medicina en La Habana donde se graduó en 1969. Desde sus inicios en la carrera de medicina Pedro se vinculó a la investigación y a la docencia.

Al graduarse, fue ubicado en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas, CENIC. Tuvo una ininterrumpida e intensa formación posgraduada, de modo que a los dos años de egresado de la Universidad, Pedro era especialista de primer grado en Bioquímica Clínica y en 1973, maestro en ciencias mediante su tesis "Estudio Bioquímico de los Organelos Subcelulares de células de Hepatoma de Rata en Cultivo de Tejidos".

Su formación continúa con el Premio Nobel Prof. Christian de Duve durante 1971-1972, en el Instituto de Química Fisiológica, Universidad Católica de Lovaina, Bélgica en el campo del fraccionamiento subcelular, y prosigue en los campos de purificación y cinética enzimáticas, con el Prof. Anton Horn en la Universidad "Friedrich Schiller" de Jena y con el Prof. Klaus Thielmann en el campo de Sistemas Ultramicroanalíticos en Bioquímica Clínica, en la Academia Médica de Erfurt, ambos en la República Democrática Alemana.

Cuando en 1978 Pedro obtenía su doctorado en ciencias biológicas en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas en Cuba, con el trabajo "Diagnóstico de las enfermedades lisosomales en Cuba. Caracterización de un caso de deficiencia de N-acetil-beta-D-Hexosaminidasa mediante el empleo de un sistema ultramicroanalítico", nada le hacía suponer que muy pronto su vida daría un giro laboral inesperado y le llevaría a asumir tareas de excepción para un joven investigador: en 1981 fue uno de los seis compañeros seleccionados para integrar el grupo fundador de la Biotecnología Cubana, trabajando directamente bajo la orientación del Comandante en Jefe Fidel Castro.

Esa etapa fundacional se inicia con un corto entrenamiento con el Prof. Kari Cantell en el Laboratorio Central de Salud Pública en Helsinki, Finlandia, en la producción de interferón alfa, producto pionero de la incipiente biotecnología mundial, cuya técnica de obtención solo era dominada por pocos laboratorios del mundo. A su regreso de esta misión, el pequeño grupo recién entrenado se instala en una casa de viviendas, que debió ser adaptada rápidamente para transformarla en un laboratorio. El grupo trabajó a tiempo completo, lo que en el estilo de trabajo del Comandante en Jefe significa 24 horas, todos los días de la semana, bajo su diaria supervisión, y el 28 de mayo de 1981 el grupo obtuvo el interferón natural leucocitario, cuya calidad y efecto prueban en ellos mismos. Es el primer producto biotecnológico cubano, marcando el nacimiento de la industria biotecnológica nacional.

El pequeño laboratorio da lugar a un nuevo centro, el Centro de Investigaciones Biológicas, inaugurado en enero de 1982 por el Comandante en Jefe.

Pedro ocupó responsabilidades de dirección durante toda su vida profesional, entre ellas, fue Jefe del Departamento de Bioquímica y de Bioquímica Clínica, y Jefe del Departamento de Postgrado en el CENIC (1979-1981). Al crearse el Centro de Investigaciones Biológicas fue su Subdirector de Producción desde 1982 hasta 1986 y luego su Director, responsabilidad que ocupa con rango de Subdirector del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), inaugurado en julio de 1986.

El desarrollo de nuevos productos, ahora en el CIGB, a partir de las tecnologías de recombinación de ADN, hizo necesario el desarrollo de los registros sanitarios de productos biotecnológicos, campo lleno de especificidades, en el que no existían antecedentes ni experiencia en nuestro país. Para esta tarea se requieren características humanas particulares: un extraordinario sentido de la disciplina y la organización, un rigor inviolable, y profundos conocimientos en los campos de las ciencias biológicas y médicas, pero a la vez en los campos de la producción de productos biotecnológicos.

Fue sin dudas un privilegio para el CIGB y para nuestro país haber contado con Pedro, que excepcionalmente reúne en una sola personalidad todas estas características. López Saura asume la responsabilidad de iniciar el sistema de registros sanitarios de los productos del CIGB, asume la dirección de estudios clínicos y preclínicos, y deviene director de asuntos regulatorios y ensayos clínicos del CIGB.

Ya dentro del sector biotecnológico sus investigaciones abordaron la producción de interferones, (1981-1989), los estudios relacionados con el sistema interferón en pacientes tratados y mecanismo de acción de interferones; la producción y caracterización de factor de transferencia de leucocitos. (1985-1989), la aplicación clínica de interferones y otros productos biotecnológicos; la coordinación y evaluación de ensayos clínicos y el desarrollo clínico de los siguientes productos: estreptoquinasa recombinante, supositorios de estreptoquinasa, interferón alfa-2b recombinante, interferón alfa-2b recombinante líquido sin albúmina y liofilizado sin albúmina, interferón alfa-2b recombinante peguilado, interferón gamma recombinante, factor de crecimiento de colonias de granulocitos, eritropoyetina recombinante, factor de crecimiento epidérmico recombinante tópico para quemaduras y heridas agudas e intralesional para úlceras de pie diabético, y vacunas recombinantes.

Académico de Mérito de la Academia de Ciencias de Cuba, y Miembro de Honor de la Sociedad Cubana de Inmunología, fue autor de 258 artículos científicos en revistas arbitradas internacionales.

Una anécdota ilustra el sentido de disciplina y rigor de su trabajo: no le bastaba saber que sus artículos habían aparecido publicados internacionalmente, él verificaba si cada uno había sido citado adecuadamente en MEDLINE. Y en más de una ocasión detectó omisiones que pudo enmendar por su perspicacia.

Recibió 17 premios nacionales de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC), fue autor de 59 logros institucionales del CIGB, 14 premios en Fórum de Ciencia y Técnica. Los miembros de la Academia de Ciencias siempre recordarán sus intervenciones equilibradas, objetivas, caracterizadas por la sólida sustentación en datos que lo convertían en un referente obligado, por ejemplo, durante los análisis de los premios anuales de ciencias y los premios anuales del MINSAP.

Su currículo -que es reflejo de su extraordinaria organización y disciplina-, recoge los títulos de 305 conferencias impartidas en Cuba y en el exterior, y su papel fundamental en la organización de talleres y congresos nacionales. Fue autor de 7 patentes de productos farmacéuticos y biotecnológicos y en 9 ocasiones recibió el Premio del Concurso Anual de Salud del MINSAP.

Pedro López Saura cumplió 94 misiones oficiales en el extranjero, en el campo de la biotecnología. Entre ellas, se destacan su labor como miembro del Comité Preparatorio para el Establecimiento del Centro Internacional de Ingeniería Genética y Biotecnología, organizado por la ONUDI, su actividad en el Comité Directivo Regional del Programa de Biotecnología para América Latina y el Caribe, PNUD/ONUDI/UNESCO, y las numerosas misiones para el registro, la coordinación de ensayos clínicos y la comercialización de productos del CIGB en el exterior.

Fue un permanente formador de jóvenes científicos, dirigió 37 tesis de maestría o doctorado, impartió sistemáticamente docencia a médicos y biotecnólogos en instituciones del sistema nacional de salud, del Polo Científico y de educación médica. López Saura es considerado un pionero en la realización de ensayos clínicos de productos biotecnológicos cubanos y de la preparación de los registros tanto para Cuba como para autoridades regulatorias en el exterior, y es reconocido como una autoridad nacional en ese campo.

En el 2014 se jubiló y es contratado como Profesor Principal de Morfofisiología I y IV en el Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana y en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) en los cursos 2013-14, 14-15 y 15-16.

Su extraordinaria modestia, la sencilla forma en que mesuradamente defendía sus criterios mediante una solidez argumental difícilmente rebatible y ajena a cualquier apasionamiento, su devoción por sembrar entre sus subordinados con su ejemplo, siempre con su ejemplo y nunca con la imposición, el sentido de disciplina y el compromiso ante las tareas, nos conmueven profundamente y nos hacen más dolorosa la muy injusta y abrupta pérdida.

Para Pedro, no hubo tarea pequeña o menor: todas las abordó con igual rigor.

Para Pedro, el compromiso no estaba en acometer la tarea, sino en lograr su éxito.

Gracias, Pedro, por todo lo que nos enseñaste y por lo que nos permitiste aprender de ti.

Curriculum Vitae

Fuente: Colaboración personal. Nelia Marín Olazabal (esposa).

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