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SALUD OCUPACIONAL EN CUBA

Etapa Prerrevolucionaria
Antes del triunfo de la Revolución, las actividades de protección e higiene del trabajo eran prácticamente inexistentes en el país a pesar de que la legislación en esta materia data de 1930 y establecía ciertos servicios médicos curativos para los centros de trabajo con más de 200 trabajadores, lo cual cumplían sólo algunas grandes empresas.

Los servicios médicos en las industrias se caracterizaron por un escaso número de profesionales y personal de enfermería que eran contratados por algunas horas en algunas industrias del país, generalmente y de forma paradójica, las pertenecientes a las compañías transnacionales norteamericanas.

La situación de la seguridad social era muy semejante, reflejo de ello era el panorama de los seguros sociales de invalidez y la práctica de las cajas de seguro con la consiguiente desigualdad de derechos de los trabajadores asegurados y desigualdad de obligaciones de estos y los patrones, con la de que importantes sectores laborales quedaban al margen del seguro social.

En Cuba no existía un plan para el desarrollo de la protección e higiene, ni condiciones de trabajo entre los Ministerios de Salubridad y Trabajo, responsables de estas tareas, aunque cada ministerio poseía un cuerpo de inspectores, éstos no estaban capacitados para ello y su único objetivo era extorsionar a los patrones, no existían estadísticas sobre la Salud de los Trabajadores, ni en las Universidades se impartía esta materia.

 

Etapa posterior al Triunfo de la Revolución
En enero de 1959 el gobierno revolucionario triunfante se encuentra con una situación deprimente en todo el sistema de Salud cubano, denunciada con anterioridad en el manifiesto "La Historia me Absolverá" del Dr. Fidel Castro Ruz.

 

¿Qué situación tenía nuestro país al producirse el triunfo de la Revolución en 1959 en el campo de la Salud?

ü     6 000 médicos, la mayoría de ellos (algunos autores llegan a plantear que hasta un 65 %) ubicados en la capital del país y el resto en las grandes ciudades del interior, y un escaso número de ellos en las áreas rurales, la gran mayoría de ellos dedicados al ejercicio privado de la profesión, y sólo en actividades curativas, de ellos, más del 50 % emigró a los Estados Unidos en los tres primeros años posteriores al Triunfo de la Revolución

ü     La tasa de mortalidad infantil se encontraba por encima de 60/1000 nacidos vivos

ü     La expectativa de vida era inferior a los 60 años

ü     El cuadro higiénico sanitario estaba dominado por las enfermedades inmunoprevenibles

ü     Existía una sola Escuela de Medicina, ubicada en la capital del país

A partir de estas realidades, el Estado define la plena y total responsabilidad del mismo con la Salud y la Seguridad en el trabajo de todo el pueblo, establece de forma clara y precisa que la Salud es un derecho de todos los ciudadanos y una responsabilidad estatal, concretándose en las acciones siguientes:

 

1959: Se crea el Ministerio de Salud Pública. Todos los componentes relacionados con la Salud, antes dispersos, se comienzan a organizar bajo la égida de dicho Ministerio y con los principios básicos de:

ü     Alcance universal y carácter gratuito para todos los ciudadanos

ü     Sistema estatal, planificado

ü     Los servicios de Salud tendrán un carácter preventivo, aunque también realizarán acciones curativas

 

1961: Se dio inicio en el país a la creación de una red de unidades de atención primaria (policlínicos y hospitales rurales) que diera cobertura asistencial a toda la población (incluyendo las áreas de montaña) las acciones curativas a los Trabajadores se garantizaban en estas unidades, a la vez que se comienzan a realizar acciones de prevención con las primeras campañas de vacunación contra el tétano.

Se crea el Departamento de Higiene del Trabajo y la Sección de Atención Médica al Trabajador, estas estructuras tenían responsabilidades de tipo normativo y metodológico en el control de la Salud de los Trabajadores y de la Higiene general a nivel del puesto de trabajo.

En la medida en que los años transcurren, la situación económica del país cambia, se produce la nacionalización de las industrias, las grandes extensiones de tierra pasan a manos del Estado y se crea la necesidad de los servicios de enfermería en las fábricas, los que desarrollan las primeras labores de prevención con programas educativos de promoción de Salud y prevención, tales como citología vaginal a la mujer trabajadora, la vacunación, y otras atenciones.

 

1962: El Ministerio de Trabajo crea la Dirección de Protección del Trabajo, encargada de las funciones normativas metodológicas y de control de la seguridad industrial y a partir de esa fecha se comienza a legislar para darle fuerza de ley y obligatoriedad para todos los ciudadanos del país tanto a personas naturales, como jurídicas.

 

1963: Se dicta la Ley de Seguridad Social, ampliándose la cobertura de todos los Trabajadores cubanos, incluyéndose por primera vez a los 250 000 trabajadores agrícolas, antiguamente desprotegidos totalmente. De esta forma, el Estado se hace responsable de la seguridad social del país y las distintas funciones de gestión son distribuidas a los organismos del Estado, correspondiéndole al Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social (sustituyó al Ministerio de Trabajo) el otorgar las prestaciones económicas y al Ministerio de Salud Pública la atención médica preventiva, curativa y de rehabilitación de los Trabajadores en los casos de enfermedad o accidente.

 

1964: Por decreto del Consejo de Ministros, se dictan las “Bases Generales para la Organización de la Protección e Higiene”, que contribuyen a delinear la política del país para la protección de la Salud de los Trabajadores.

 

1965: Se introduce una nueva concepción en el funcionamiento de estas unidades y se “integran” los aspectos preventivos y curativos, brindándose atención no sólo al individuo, sino también al medio ambiente que lo rodea y se denominan “policlínicos integrales”.

 

Inicios de la década del 70
Se da un salto cualitativo en la atención a la Salud de la población en general y al trabajador en particular, al crearse los “policlínicos laborales”, en los que trabajaban médicos, enfermeras, ingenieros y otros profesionales ya dedicados exclusivamente y con cierta especialización (que se logra plenamente en etapas posteriores) a la atención integral de los trabajadores ubicados en el área de acción de este centro y ayudó en forma significativa a conformar toda una concepción, una política y una visión de la atención a la Salud del Trabajador. En estos centros, las actividades curativas alcanzan un mayor nivel científico, las preventivas un mayor alcance y las de promoción de hábitos y estilos de vida más Saludables, alcanzan un nivel más alto, logrando influir de forma decisiva en la formación de nuevos conceptos sobre la Salud, la Seguridad y el Ambiente de trabajo de los trabajadores.

 

Mediados de la década del 80
Se produce otro gran momento en la atención a la Salud de los Trabajadores, al comenzar el programa del médico de la familia se ubica un médico y una enfermera en los centros de trabajo, dándose así las condiciones para lograr una adecuada estratificación de los riesgos por puestos de trabajo, se logra la dispensarización de cada trabajador según la enfermedad o secuela que pueda tener, esta pareja de profesionales es la encargada de mantener y mejorar el estado de Salud integral de los trabajadores en su medio laboral, ellos realizan todas las actividades curativas, preventivas, de promoción y de rehabilitación de sus pacientes.

 

Capacitación en Salud de los Trabajadores
De forma paralela a todos los cambios que se producen a lo largo y ancho del país, se impone la necesidad de dedicar esfuerzos significativos en dictar las normas y las condiciones que deben reunir los centros de trabajo para garantizar la Salud del Trabajador, de esta forma se pone en vigor mediante una Resolución Ministerial el “Reglamento de Higiene del Trabajo”, el cual contiene las normas para el control de: la temperatura, la ventilación, el ruido, las vibraciones, la iluminación y otros aspectos que deben cumplir los centros de trabajo para preservar la Salud de los Trabajadores.

 

Primeros años de la década del 60
Se envían al antiguo campo socialista los primeros médicos y otros profesionales (Psicólogos, Ingenieros y Licenciados en: Química, Física, Biología etc.) a prepararse en Salud Ocupacional, los primeros profesionales formados en Higiene Ocupacional, Química Sanitaria y Medicina del Trabajo se forman en Alemania, Bulgaria, Checoslovaquia, Rumania y la desaparecida URSS.

 

1967: Se pone en práctica el “Reglamento de Plaguicidas”, que estableció las normas para la importación, transporte, almacenamiento y utilización de estos agroquímicos, se comienzan a formar los Inspectores Sanitarios Estatales, que con una duración inicial de tres años a partir de egresados de 10º grado que se graduaban como “Técnicos de Higiene”, con una formación en higiene comunal, de los alimentos, escolar y del trabajo, estos técnicos se encargaban, y aún lo hacen, de realizar las inspecciones integrales a cada centro de trabajo, haciendo cumplir las normas vigentes en el país y se comienza a enviar a Bulgaria y Rumania a un grupo de estos técnicos y son egresados ya como “Técnicos Especializados en Higiene Ocupacional”.

 

1970: La Central de Trabajadores de Cuba (CTC) comienza la formación de sus propios inspectores, los que, sin abandonar sus obligaciones, en tiempo extra realizan funciones como inspectores de las condiciones laborales.

 

1975: El país enfrenta esta formación de postgrado con sus propios recursos humanos para “Técnicos en Higiene del Trabajo” y luego para profesionales donde surgen los primeros especialistas médicos en “Medicina del Trabajo” ambos egresaban después de tres años de estudio. A partir del año 1980, el plan de estudio se modificó y se redujo a una duración de dos años

 

1977: Mediante Resolución Ministerial 216 del Consejo de Ministros se crea la unidad de más alto nivel científico y técnico de la especialidad en Cuba: el Instituto de “Medicina del Trabajo” que nace con la finalidad de realizar actividades de Investigación, Docencia, Normalización, Asistencia Médica y otros Servicios Científico Técnicos en el campo de la protección de la Salud de los Trabajadores. Es designado por nuestro Ministerio de Salud para fundar el Instituto de Medicina del Trabajo, siendo su primer director, el hoy considerado padre de la Medicina del Trabajo en Cuba, el distinguido Profesor e Investigador Titular; consultante de la Escuela Nacional de Salud Pública el DrC Antonio Granda Ibarra, Doctor en Medicina, Especialista de 2º grado en Medicina del Trabajo y Doctor en Ciencias Médicas.

El Instituto fue creado en ese momento con disímiles especialistas mínimos, médicos y no médicos, trazándose como meta desde los primeros momentos la Capacitación, Formación y Superación de los Recursos Humanos del país en esta área del saber, siempre ha estado presente en la enseñanza de pregrado con mayor o menor fuerza, realmente esta especialización del conocimiento tanto médico, como no médico se adquiere en la formación de postgrado y la Maestría en Salud de los Trabajadores es un ejemplo fehaciente de este planteamiento, es precisamente en el Instituto y con su Claustro Docente donde se forman los primeros especialistas en Medicina del Trabajo y donde se especializan los técnicos a los que hicimos anterior referencia.

Con el surgimiento del programa del médico de la familia a mediados de la década de 1980, se les comienza a impartir elementos de Salud Ocupacional en las carreras de Medicina, Estomatología y Enfermería durante el pregrado en los tres primeros años de la carrera, y durante los tres años que dura su formación como especialistas.

Con el desarrollo impetuoso de los Programas de Salud y al cubrir el universo de los centros de trabajo y estudios con médicos de familia, se hizo evidente que ya no era necesario seguir el ritmo de formación de especialistas en Medicina del Trabajo, y se hace un cambio sustancial en los programas de postgrado al insertar esta especialidad dentro del marco de formación del especialista en Higiene y Epidemiología. Este profesional, con una formación más integral y con una duración de tres años, es preparado para aplicar el método epidemiológico no sólo a los problemas de la comunidad, sino también del centro de trabajo y estudio, y asesorar a los médicos de familia en su labor.

 

Desde 1983 hasta 1991
Se inicia la Maestría en “Salud Ocupacional” sólo para profesionales extranjeros de habla hispana egresando a 59 maestrantes de 12 paises.

Diez años después se amplía para especialistas en Medicina General Integral (MGI) como Curso de postgrado, con una duración de 18 meses, egresando con un perfil de salida para el desempeño profesional, aunque se planteaba en el programa que se debían preparar los egresados para la investigación y la docencia, estos perfiles no se cumplían, ya que con el decursar de los años se hacia evidente la necesidad de una formación académica de postgrado para el desempeño, por no haberse formado durante ese tiempo más especialistas en “Medicina del Trabajo”.

 

Desde 1991 hasta la actualidad
Se incluyen a los maestrantes nacionales, desde el curso 1991-1992 hasta el curso 1994-1995, los nacionales graduados, concluyeron sus estudios con la presentación de un Proyecto, sin otorgársele el Título de Master en “Salud Ocupacional” a pesar de que a los extranjeros si se les otorgaba con iguales estudios, los nacionales graduados como Master en “Salud Ocupacional” corresponden a las ediciones realizadas a partir del curso 1995-1996 en que la Maestría implanta un nuevo programa que se llama a tono con el desarrollo general, ampliado y actualizado como Maestría en “Salud de los Trabajadores” arrojando el siguiente resultado cuantitativo de egresados de Maestría en Cuba entre 1991-2006 en la que han egresado 121 master en Salud de los Trabajadores:

La Maestría convocó a los nacionales graduados desde el curso 1991-1992 hasta el curso 1994-1995 a obtener el título de Maestría en “Salud de los Trabajadores” con lo cual se saldó una deuda histórica con aquellos que fueron pioneros en los estudios de nuestra Maestría y no se les había concedido el título correspondiente.

El “Instituto de Medicina del Trabajo” cambió su nombre por el actual de “Instituto Nacional de Salud de los Trabajadores” hace siete años, participa actualmente en la elevación del nivel científico técnico de los profesionales del país mediante actividades docentes de Entrenamientos, Adiestramientos, Cursos, Diplomados y la Maestría en “Salud de los Trabajadores” sobre todos los elementos del área de la protección e higiene del trabajo, del ambiente laboral para desempeñar sus labores y de la Salud de los Trabajadores.

A nivel del país existe una red de atención a los diferentes programas de la Higiene y Epidemiología; dentro de ellos el “Programa de Atención a la Salud de los Trabajadores” el cual unifica metodológicamente las acciones para la prevención y promoción de la Salud de los Trabajadores.

Papel preponderante juega el Instituto en la conformación de dicho Programa junto a esta red, existen laboratorios de Química Sanitaria, consultas de Enfermedades Ocupacionales para evaluarlas, la invalides por Seguridad Social y Peritaje Médico, redondean la atención al trabajador en Cuba.

El desarrollo de esta área del conocimiento esta encaminada a lograr una mayor y mejor vinculación a la Atención Primaria de Salud y al médico de la familia, al fortalecimiento de los Grupos Básicos de Trabajo, y lograr una mayor participación de los propios trabajadores y directivos en la solución de los problemas del medio ambiente inmediato al puesto de trabajo, al entorno laboral y a los problemas de Salud y Seguridad que los afecte.

 

Metas de la Salud Ocupacional para el futuro

ü     Lograr una mejoría significativa de los ambientes laborales en todo el país, disminuyendo la morbi mortalidad y los efectos negativos asociados al trabajo

ü     Alargar en lo posible, a partir de las capacidades biológicas y funcionales, la vida útil del trabajador

ü     Enfrentar el reto que significan las enfermedades no transmisibles y los accidentes, en el cuadro general de morbi mortalidad del trabajador, y lograr impactos significativos en él

ü     Lograr la excelencia en el desempeño de la profesión de profesionales y técnicos que se desarrollan en la especialidad en función de las necesidades y condiciones del país

ü     Fortalecer los vínculos de la especialidad con todo el Sistema Nacional de Salud

ü     Desarrollar los vínculos con organismos internacionales, instituciones homólogas y países del área de Latinoamérica y de todo el mundo

ü     Lograr adecuar nuestro accionar a las cambiantes situaciones que la realidad económica mundial impone a nuestros países, preservando los logros alcanzados en el cuidado de la Salud de los Trabajadores, armonizando el desarrollo económico, el cuidado del medio ambiente y la salud

ü     Lograr que cada día más nuestras investigaciones den respuesta a problemas concretos de la realidad laboral y de la salud de los trabajadores

ü     Contribuir al desarrollo económico del país

ü     Perfeccionar los Recursos Humanos mediante actividades docentes de Entrenamientos, Adiestramientos, Cursos, Diplomados y la Maestría en “Salud de los Trabajadores” sobre los elementos del área de la protección e higiene del trabajo, del ambiente laboral para desempeñar sus labores y de la Salud de los Trabajadores

Todas estas transformaciones serán logradas por indudables avances en el orden investigativo, científico, técnico y pedagógico de los técnicos y profesionales de la Salud, la Seguridad y el medio ambiente laboral en que se desempeñan nuestros trabajadores logrando capacitar, formar y superar profesionales más competentes, que afronten con verdadera preparación investigativa, científico-técnica y docente, el nuevo reto que el desarrollo del país pone en sus manos y exige ellos.

Actualizado: jueves, 06 de enero de 2011

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: Editor Principal, Licenciado en Matemática y en Construcción de Maquinaria | - Instituto Nacional de Salud de los Trabajadores - MINSAP | Calzada de Bejucal km 7 1/2. Arroyo Naranjo, Ciudad de La Habana, 10900, Cuba | Teléfs: (537) 6438343 y (537) 6438341 , Horario de atención: 8:00 AM a 4:30 PM, de Lunes a Viernes


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