Entrevista a la profesora Gloria Varela Puente

Dra. Gloria VarelaEntrevista ofrecida en el marco de La Jornada  en Homenaje al Trabajdor de la Salud 2002
27/Noviembre-3/Diciembre del 2002

¿Quién es?

Gloria Varela Puente, médico. Procedo de un pueblecito de la entonces provincia de Oriente. Allí hice mis primeros estudios en la escuela pública, con excelentes maestros, que me enseñaron la historia patriótica de nuestros predecesores, desde Céspedes, Maceo, Máximo Gómez; conocimos de nuestras guerras liberadoras, comprendimos que éramos cubanos y también la significación de la palabra Patria.

Profesora Gloria Varela

Un día nuestro maestro de sexto grado, Francisco Ulloa, nos leyó un texto sobre Martí que contenía aquella famosa frase: "conozco el monstruo porque he vivido en sus entrañas" y nos explicó algo de su significado. Desde entonces fui antiyanqui. En el Instituto de Santiago de Cuba continué el bachillerato donde todos los alumnos eran antibatistianos. En 1942 empiezo la carrera de medicina en la única universidad que teníamos, la de La Habana.

¿Por qué médico?

Había leído mucho, gustaba de la biografía de los grandes hombres; El Quijote, Freud, Bolívar, Lincoln. Estudié medicina porque me interesaba la psiquiatría, sin embargo, al pasar por cada asignatura olvidé la psiquiatría.
Aunque me gradué en 1949, desde 1947 trabajaba en los hospitales como alumna externa por concurso: Calixto García, Nuestra Señora de las Mercedes. Luego, nuevamente, en el Calixto García, dos años de médico interno por concurso: 1949-1951, en una sala de adultos.
En 1952 comencé a trabajar en el Hospital de Infancia de La Habana (hoy hospital Pedro Borrás) con un nombramiento de jornalero hasta 1959. Durante los siete años que duraba la carrera de medicina, asistí además a todos los conciertos de la Filarmónica, a todas las exposiciones de pintura y escultura, a casi todas las obras de teatro, ballet y ópera que en aquellos años eran frecuentes en La Habana, así como a otras actividades culturales.

¿Por qué profesor?

Con el triunfo de la revolución impregnada por el fervor revolucionario, los discursos de Fidel, los del Ché, los trabajos voluntarios, nos dedicamos más al estudio y a los diferentes cambios y leyes de la revolución.
En los años 1959 - 60 y 61 se produce el éxodo de los profesores de Medicina y con ellos miles de médicos partieron fuera del país.
En 1961 vino un compañero a hablarme de la necesidad de profesores y médicos. Yo no tenía ni la vocación ni la capacidad para ser profesora; no recuerdo sus argumentos para convencerme pero sí mi deseo de contribuir y ayudar en cualquier tarea y acepté desde ese momento.
A partir de entonces fui nombrada profesora, pasando por los diferentes estadios: Auxiliar, Titular, y actualmente Consultante.
De mis alumnos siempre he recibido respeto, admiración, afecto, compañerismo, motivación y alegría cuando curamos y aliviamos a nuestros niños.
De las autoridades universitarias y del ministerio recibí estímulos de todo tipo: medallas, diplomas, cartas, etc.
Durante este tiempo hice dos misiones una en Argelia (1964-1965) y otra a Mozambique (agosto del 78 a diciembre del 80) que reafirmaron mis sentimientos de compañerismo y solidaridad internacionalista.

¿Por qué es del grupo de los que se quedaron?

Porque tengo el convencimiento de que es el único sistema en que un individuo puede desarrollar toda su inteligencia, su capacidad intelectual y física; porque es más justo y porque cualquiera que sea su origen le confiere algo que se llama dignidad.

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