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La artrosis afecta a 7 millones de españoles

La obesidad y la falta de ejercicio perjudican la enfermedad.

La artrosis es la enfermedad articular más frecuente en nuestro país; se sabe que afecta a cerca de siete millones de españoles. Consiste en un "desgaste" del cartílago articular que puede ser progresivo. La enfermedad puede afectar a cualquier articulación, pero las más frecuentes son las de las manos, la rodillas, las caderas y la columna vertebral. Contrariamente a lo que muchas personas piensan, la artrosis no es una enfermedad exclusiva de la vejez; cualquiera puede padecerla. La artrosis aumenta su frecuencia con la edad, y es más común en la mujer y en personas genéticamente predispuestas, pero -aunque muchos de estos factores no se pueden modificar- evitar su aparición y progresión es posible.

Clínicamente se caracteriza por dolor articular, rigidez, limitación de la función, crepitación y derrame ocasional, con grados variables de inflamación local, sin repercusión sistémica, señala el doctor Pere Benito-Ruiz, jefe del Servicio de Reumatología del Hospital del Mar, de Barcelona. Según este especialista, que ha participado en el XXXII Congreso de la Sociedad Española de Reumatología, que se está celebrando en Valencia, más del 70% de los mayores de 50 años tienen signos radiológicos de artrosis, siendo las localizaciones más frecuentes la cervical, la lumbar y las interfalángicas distales de las manos.

Según el doctor Pere Benito, “las articulaciones no siempre se degeneran con la edad”. Aunque hoy día se desconoce el mecanismo exacto por el que se inicia toda la cadena de acontecimientos que conducen a la artrosis, -además del sexo, más frecuente en mujeres, y la edad- se sabe que hay unos factores de riesgo que favorecen su aparición y empeoran el pronóstico, como son todos los problemas que afectan al cartílago articular, los microtraumatismos repetidos y la sobrecarga que se produce en determinadas actividades laborales o deportivas, o como consecuencia de la obesidad. Este factor, la obesidad, no sólo favorece la aparición de artrosis, sino que empeora su pronóstico.

Datos del estudio Artrocad, realizado el pasado año por la Sociedad Española de Reumatología (SER) y la Sociedad Española de Medicina Rural y Generalista (Semergen), muestran que un 75% de los pacientes con artrosis no hace ningún tipo de ejercicio para mejorar los síntomas de la enfermedad, y cerca del 50% presenta obesidad.

Afecta a muchos durante muchos años

La artrosis suele aparecer en la década de los 50 y aumenta rápidamente con la edad, es más frecuente en las mujeres, afecta sobre todo a las manos, rodillas, caderas y columna, tiene un curso muy variable pero a menudo progresivo, y con frecuencia produce dolor y discapacidad. Aunque es una enfermedad con baja mortalidad, su alta prevalencia y perdurabilidad (afecta a muchos, durante muchos años), hacen que su carga social sea enorme.

Cómo se produce la artrosis

Una articulación normal consiste en la unión de dos extremos de hueso, cada uno recubierto de cartílago, un tejido firme, pero elástico, para permitir que el contacto entre los dos huesos sea suave y absorba los golpes que sufre la articulación sin que afecte los huesos. En el espacio entre los dos cartílagos hay un líquido viscoso (líquido sinovial), encargado de lubrificar la articulación y alimentar el cartílago.

La articulación se mantiene en su sitio gracias a ligamentos, tendones y músculos que impiden la separación de los dos extremos óseos y permiten el movimiento sólo en las direcciones correctas. Hasta aquí una articulación normal, pero cuando hay una alteración en el cartílago, se hace más blando, pierde su elasticidad, se desgasta y puede llegar a desaparecer; entonces los extremos de los huesos contactan directamente.

Cuando el cartílago se va perdiendo, el hueso reacciona y crece por los lados, deformando la articulación (nódulos de Heberden, de Bouchard en las manos). La membrana sinovial se engrosa y produce un líquido sinovial menos viscoso y más abundante que lubrifica menos. También intenta eliminar los fragmentos de cartílago que se han soltado y que flotan libres en la cavidad entre las articulaciones. Estos fragmentos originan una inflamación de la membrana y la producción de sustancias que, al pasar a la cavidad articular, aceleran la destrucción del cartílago.

Los primeros cambios se producen sin que el paciente note ningún síntoma, ya que el cartílago no tiene capacidad para producir dolor. En esta fase el cartílago todavía puede recuperarse y la enfermedad es potencialmente reversible. Cuando el cartílago desaparece totalmente, la enfermedad es muy severa y el proceso es ya irreversible.

Los más afectados

En los pequeños empresarios del comercio, turismo, hostelería y en los trabajadores del servicio doméstico, la causa más frecuente de incapacidad laboral temporal es la artrosis periférica, que afecta a las manos, rodilla y cadera, y el trastorno funcional de la rodilla.

La actividad física deportiva y/o laboral pueden conducir a lesiones focales y podría aumentar la artrosis como ocurre con los deportistas de alta competición, tal es el caso de los bailarines. También se ha relacionado el desarrollo de artrosis con ciertas profesiones que requieren una función continuada, y durante largos períodos de tiempo, de algunas regiones anatómicas, como es la artrosis lumbar y de rodillas en mineros; la artrosis de codo y muñeca en los trabajadores de martillo neumático, o la artrosis de cadera en los agricultores.

Tratamientos

Sigue sin aparecer el marcador o la técnica de imagen que determine, con precisión, el grado de predisposición del sujeto a padecer artrosis o de evaluar la efectividad del tratamiento condroprotector.

El tratamiento de la artrosis debe ser individualizado, señalan los especialistas, y ajustarse a la articulación afectada. Los objetivos del tratamiento son controlar la sintomatología, es decir el dolor, mantener la funcionalidad de la articulación, y reducir al máximo la progresión de la enfermedad.

Medidas no farmacológicas, como rehabilitación, reducir la carga que soportan las articulaciones, incluida la obesidad, o ejercicios para fortalecer la musculatura... mejoran los síntomas de la enfermedad.

Analgésicos y antiinflamatorios son los fármacos más consumidos por estos pacientes. Los fármacos modificadores de síntomas de acción lenta, SYSADOA (Symptomatic Slow Acting Drugs in Osteo-arthritis), se caracterizan porque su efecto se inicia después de 2-3 semanas de tratamiento, y persiste de 2 a 6 meses después de cesar su administración (efecto remanente). Forman parte de este grupo terapéutico el ácido hialurónico, el condroitin sulfato, la diacereína y el sulfato de glucosamina. Todos ellos cuentan con suficiente evidencia científica que demuestra su eficacia para controlar el dolor de la artrosis, principalmente en la artrosis de rodilla.
25/05/2006 16:02:11
 

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: Editor Principal, Especialista de II Grado en Reumatología, Profesor auxiliar e Investigador agregado | Facultad de medicina “Dr. Miguel Enríquez”, Laboratorio central de líquido cefalorraquídeo (LABCEL), MINSAP | Ramón Pinto #202. 10 de Octubre, La Habana, 19700, Cuba | Teléfs.: (537) 6902087 Horario de atención: lunes a viernes, de 8:30 a.m. a 5:00 p.m.


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