Muchos de los fármacos utilizados en el dolor de cuello (como analgésicos o relajantes musculares) no han demostrado su eficacia en estudios científicos serios. Según una revisión, sólo un anestésico local y un corticoide funcionan en las cervicalgias.

"En la práctica clínica, con frecuencia se utilizan fármacos pese a que los datos sobre su beneficio son limitados y tienen efectos secundarios", lamentan los investigadores, pertenecientes al Cervical Overview Group, un grupo internacional de expertos de diversas disciplinas dedicados a evaluar los tratamientos conservadores para las cervicalgias.

Estos especialistas han revisado 32 investigaciones acerca de los posibles tratamientos para el dolor de cuello mecánico, es decir, los problemas relacionados con las estructuras del cuello, como los músculos, ligamentos, vértebras... "En general, la evaluación sistemática de los medicamentos e inyecciones para la cervicalgia produjo resultados decepcionantes", lamentan en su artículo, publicado en el último número de la revista The Journal of
Rheumatology. Una versión previa de este estudio ya fue publicada por la Cochrane Library.

Fármacos populares, pero sin efecto confirmado

Pese a que es muy frecuente que en estos trastornos se prescriban relajantes musculares y analgésicos (antiinflamatorios o paracetamol), lo cierto es que no existen evidencias de que ninguno de estos fármacos sean eficaces.

De hecho, algunos de ellos, como el diazepam (de nombre comercial Valium), no ha demostrado eficacia en ninguno de ensayos realizados al respecto. Y es que los resultados sobre los psicotrópicos (relajantes musculares como el mencionado) resultaron muy heterogéneos y los autores instan a realizar más investigaciones. Por ejemplo, tetrazepam (el popular Myolastan) demostró que
podía aliviar estos dolores, pero tan sólo en una veintena de pacientes, así que los autores creen que "se desconoce si es realmente efectivo".

En cuanto a los analgésicos, "de modo sorprendente, no se encontró evidencia acerca del paracetamol y los datos referentes a los fármacos antiinflamatorios fueron fundamentalmente negativos", señala el estudio, financiado por los Institutos Nacionales de la Salud (EEUU).

Lidocaína y corticoides

Sólo dos tratamientos han confirmado en estudios rigurosos que resultan eficaces en estos trastornos: un anestésico local y un corticoide.

La inyección intramuscular de lidocaína (un anestésico local) demostró en dos ensayos clínicos que podía mejorar el dolor crónico de cuello, incluso a los tres meses del tratamiento. En el caso del síndrome del latigazo agudo (una lesión de los tejidos blandos del cuello por una sacudida de la cabeza), administrar el glucocorticoide metilprednisolona por vía intravenosa en las primeras ocho horas de la lesión también aliviaba el problema. De todos modos, los autores matizan: "Resulta incierto si todos los corticoides o anestésicos locales son igualmente eficaces".

Las inyecciones epidurales de estos dos fármacos también resultaban eficaces en los casos de dolor de cuello crónico con irradiación (es decir, en los que existe afectación de las raíces nerviosas), aunque en este caso los autores matizan que se trata de una evidencia limitada y piden que se investigue más el tema.

Asimismo, los autores llaman la atención sobre la escasez de investigaciones sobre los problemas de cuello, a diferencia de lo que sucede con el dolor de espalda. Existen infinidad de inevstigaciones sobre los tratamientos de la lumbalgia, tanto farmacológicos como de otras terapias, como fisioterapia o masajes.

"¿Es posible que los médicos asuman que la medicación e inyecciones
utilizadas para el dolor lumbar pueden adoptarse directamente para la cervicalgia? Si este fuera el caso, no existe ninguna investigación que demuestre que las diferentes áreas de la columna responden de igual manera a los tratamientos", comentan.

27 de mayo 2006
Fuente:El mundo, Esp.