Esta nueva táctica empleada por las compañías para captar fumadores está levantando numerosas protestas en Estados Unidos. La introducción en el mercado de cigarrillos con sabores y cigarrillos sin tabaco no ha sido bien recibida por las organizaciones que luchan contra el tabaquismo y por los legisladores norteamericanos, que se plantean su prohibición.

KOOL y Camel son dos de las marcas que están comercializando este tipo de productos que, según sus críticos, van dirigidas a niños y jóvenes. Tabaco con sabor a piña, a coco, a cítricos, empaquetado en llamativas cajetillas con nombres como Kauai Kolada o Caribean Chill y anunciado a ritmo de hip-hop para seducir a los más jóvenes. Así lo denuncian organizaciones como la Tobacco Free Kids (Niños libres de tabaco).

Difícil de legislar

Un acuerdo legal firmado en 1998 entre el gobierno de EEUU y las empresas tabacaleras prohíbe a éstas llevar a cabo "cualquier acción en la publicidad, promoción o marketing del tabaco que, directa o indirectamente, esté encaminada a atraer a los jóvenes". El problema está en decidir cuándo una campaña publicitaria va dirigida a los niños.

A la luz de estos resultados, el Congreso de EEUU está estudiando la posibilidad de prohibir la venta de este tipo de cigarrillos en los estados de Nueva York, Minnesota, Virginia Oeste, Connecticut, Illinois, Carolina del Norte y Texas, donde actualmente se comercializan.

Primeras campañas

Joe Cool, un camello ‘enrollado’ que anunciaba cigarrillos Camel, es uno de los primeros ejemplos, y probablemente el más conocido y criticado, de publicidad dirigida a jóvenes fumadores. Desde que en 1992 R.J. Reynolds -empresa dueña de la marca Camel- lanzara esta campaña publicitaria, se viene librando una lucha por acabar con este tipo de anuncios.

Compañías como Reynolds American Inc. (compañía madre de R.J. Reynolds) han dejado de anunciar tabaco con sabores frutales o dulces y otras, como Altria, no sólo no fabrican los controvertidos cigarrillos, sino que están a favor de su prohibición. Pero en general, se oponen a esta medida porque creen que afectará también al tabaco convencional.

25 julio 2005.

Fuente: azprensa.