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Medicina de Rehabilitación en Cuba


El 5% de las lesiones medulares se deben a zambullidas imprudentes

 

ClavadistaEstas lesiones se podrían evitar si los bañistas tuvieran en cuenta una serie de normas de sentido común como sumergirse lentamente y con precaución cuando se trata de un paraje desconocido.

Durante el año 2004, el centro sanitario toledano especializado en la rehabilitación integral de personas con lesión medular atendió nueve casos de pacientes que ingresaron tras una mala zambullida, según informó en nota de prensa la Junta de Castilla La Mancha.

El perfil de los pacientes que sufren este tipo de lesiones es el de una persona joven -entre el 80 y el 90 por ciento de los lesionados medulares por zambullida tienen edades comprendidas entre los 15 y 25 años--, en su mayoría varones -4 de cada 5-, que presentan una luxación o fractura a nivel de las vértebras del cuello, lo que provoca una lesión alta o tetraplejia.

Del análisis de estas cifras se deduce que algunos bañistas no tienen conciencia del peligro que puede suponer sumergirse en el agua de forma inadecuada. En este sentido, los profesionales de los Servicios de Rehabilitación y Medicina Interna del Hospital Nacional de Parapléjicos recuerdan un año más que siguiendo unas normas de sentido común y con una mayor concienciación de los peligros que suponen las zambullidas se podrían evitar estos accidentes.

Según estos profesionales, es una imprudencia y una temeridad tirarse de cabeza en un paraje desconocido, en lugar de sumergirse lentamente y con precaución. Es importante conocer la profundidad de una piscina, un río o el mar sobre todo en relación con la altura desde la que uno se sumerge.

Además, si el agua está turbia y no hay visibilidad conviene inspeccionar previamente la zona para comprobar su profundidad y que no haya elementos sumergidos como rocas, árboles u otros objetos contra los que se pueda impactar. En lugares naturales como ríos, lagos, mar o embalses los niveles del agua pueden variar de un día para otro por las mareas, aperturas o cierres de compuertas, por lo que es prudente comprobar siempre la profundidad.

Por otra parte, el bañista ha de sumergirse con los brazos situados en prolongación del cuerpo, protegiendo el cuello y la cabeza. Asimismo, es aconsejable no saltar de cabeza desde demasiada altura ya que una mala técnica de entrada puede causar lesiones tan sólo golpeándonos con el agua. También se debe comprobar que la profundidad es suficiente cuando nos lancemos de cabeza contra las olas.

En caso de que se produjera un accidente, y ante la necesidad de recogida y manipulación de la víctima, es muy importante inmovilizar el cuello, evitar movimientos de la columna y avisar a un profesional para que realice el traslado y nunca efectuarla en un vehículo utilitario.

03 julio 2005

Fuente: azprensa.com

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