La dieta mediterránea puede alargar la vida y resultar más beneficiosa para los enfermos de Alzheimer que una dieta rica en grasas saturadas y carnes, según se desprende de los resultados de una investigación llevada a cabo por expertos de la Universidad de Columbia (Nueva York) y que aparece publicada en el próximo número de la revista de la Academia Americana de Neurología.
Dicho estudio analizó a 192 enfermos con Alzheimer de Nueva York durante cuatro años y medio, aunque durante este periodo 85 de ellos murieron. Los investigadores descubrieron que los que llevaban una dieta más parecida a la mediterránea sufrían un índice de mortalidad un 76 por ciento menor que los que llevaban una alimentación más rica en grasas saturadas y carnes.
"Cuanto más se parece a la dieta mediterránea la que siguen los pacientes, más se reduce la mortandad", según explicó el doctor del Centro Médico de la Universidad de Columbia y autor del estudio, Nikos Scarmeas. De hecho, los pacientes con Alzheimer con una dieta parecida a la mediterránea vivían una media de 1,3 años más que los que no la seguían, mientras que los que la seguían de manera exacta "llegaban a vivir cuatro años más", afirmó Scameas.
Un estudio anterior del equipo de Scameas demostró que los individuos que llevan una vida sana y siguen la dieta mediterránea, además de vivir más que quienes siguen una dieta rica en grasas saturadas y carnes y pobre en vegetales y frutas, tienen un nivel de riesgo menor de desarrollar Alzheimer.
"Los beneficios de la dieta mediterránea siguen saliendo a la luz", explicó Scarmeas. No obstante, hay que investigar más para determinar "en qué más ayuda este tipo de dieta, y comprobar cómo los enfermos con Alzheimer que la siguen tienen un nivel de deterioro cognitivo menor, y una mejor calidad de vida", apuntó el investigador.
La dieta mediterránea consiste en la ingestión una cantidad mayor de vegetales, legumbres, cereales, pescado y menor de grasas saturadas, harinas, carnes alcohol y aves de corral.
El estudio estuvo amparado por el Instituto Nacional del Envejecimiento, el Instituto de Investigación del Alzheimer y la Universidad de Columbia.
10 de septiembre 2007
Fuente:azprensa