Cuanto mayor sea la reducción del deseo de fumar que provoque el primer cigarrillo del día, más difícil será para una persona intentar abandonar el hábito, demostró un estudio reciente.
Entre los fumadores que participaron en un ensayo clínico sobre el fármaco bupropion, un antidepresivo también usado en dosis más bajas para intentar dejar el cigarrillo, quienes más satisficieron sus ganas de fumar tras el primer cigarrillo del día tuvieron las mayores dificultades para dejar el hábito.
Este fue el descubrimiento del equipo del doctor Benjamin A. Toll, de la Escuela de Medicina de la Yale University en New Haven, Connecticut.
Toll dijo a Reuters Health que, por el momento, los resultados no pueden ser aplicados para ayudar a los fumadores a dejar el cigarrillo.
"En teoría, un objetivo a largo plazo sería usar esto como una especie de examen para saber quién tendrá más dificultades para dejar y quizás necesite más medicación, una dosis más fuerte y más apoyo psicológico", dijo el autor en una entrevista.
Por ahora, sin embargo, "no estamos ni cerca de usar este tipo de relación para el tratamiento", agregó Toll, que publicó los resultados del estudio en la revista médica Drug and Alcohol Dependence.
El equipo reclutó a 207 fumadores para un estudio sobre el proceso de dejar de fumar.
Durante la primera semana que tomaron bupropion, los participantes podían seguir fumando y los investigadores midieron el nivel de ansiedad, síntomas de abstinencia y el estado de ánimo antes y después del primer cigarrillo del día.
Los fumadores que más redujeron su ansiedad después del primer cigarrillo, demostraron una tendencia mayor a sufrir una recaída luego de seis semanas bajo tratamiento con bupropion, al igual que tres meses después de haber terminado la terapia con el medicamento.
Es posible, sugirió Toll, que estos fumadores fueran más dependientes de la nicotina.
Los autores concluyeron que la reducción de la ansiedad después del primer cigarrillo del día podía ser usada como un síntoma para predecir el riesgo de sufrir una recaída.
Sin embargo, el equipo añadió que deberían realizarse más estudios, con grupos de pacientes más amplios y otros medicamentos para ayudar a dejar de fumar.
16 de mayo 2007
Fuente:Drug and Alcohol Dependence