martes, 16 de abril de 2024
 
 
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Titulares

Adolescente mujer

Adolescente mujer

JOSÉ A. DE LA OSA

Toda una vida dedicada al estudio y atención de niños y adolescentes, la Consulta Médica de esta semana no podría tener una ponente mejor: la profesora titular y consultante de la Universidad Médica de La Habana, Doctora en Ciencias Elsa Gutiérrez Baró, especialista de segundo grado en Psiquiatría Infanto-Juvenil, quien dirige la Clínica del Adolescente, situada en la barriada capitalina de Miramar, desde su fundación en 1975.

Dra. Elsa Gutiérrez BaróProfesora Elsa Gutiérrez Baró. 

En la pubertad, que da inicio a la adolescencia, dice introduciendo el tema la científica cubana, se producen rápidos cambios biológicos y psicológicos: ocurre el conocido estirón puberal, aparecen los caracteres sexuales secundarios, la menarquia (primera menstruación), la capacidad reproductora y hasta el sudor cambia el olor. Esto se debe al aumento de las hormonas circulantes y es lógico que también haya importantes cambios psicológicos que explican muchas de las características de estos años.

-¿Por qué las angustias, Profesora, que pueden convertirse incluso en un verdadero jeroglífico para las adolescentes?

-No siempre hay angustias. La adolescencia es una etapa normal de la vida, no es una enfermedad, ni mucho menos es una desgracia. Muchas adolescentes alcanzan la juventud sin importantes problemas; otras, sin embargo, enfrentan dificultades, incluso problemas serios, pero realmente son una minoría.

-¿A qué edades como promedio comienzan a ocurrir estos cambios y cuánto duran como promedio?

-La pubertad, cuando las niñas tienen una buena nutrición y salud, aparece en edades tempranas. Tenemos muchachas que a los 10-11 años están menstruando, y son niñas que aparentan tener mucha más edad, ¡pero aún son niñas!, y, emocionalmente, son inmaduras.

-¿En el orden estrictamente psicológico, emocional, existen diferencias en las transformaciones que se originan en esta etapa de la vida entre el sexo femenino y el masculino?

-Por supuesto que hay diferencias, y no solo entre los sexos, sino que se evidencian también entre las y los muchachos del mismo sexo, porque los grupos no son homogéneos. No debemos olvidar que la personalidad es irrepetible.

-¿Hay lo que podríamos llamar un denominador común de preocupaciones en las adolescentes? ¿Qué anhelan principalmente?

-Anhelan ser adultas, ser grandes. Es frecuente que las preocupaciones estén relacionadas con la independencia, las relaciones con el sexo opuesto, con su esquema corporal, con el fin de los estudios medios, con el amor, aunque no mucho con el futuro.

-¿Es "síntoma" de esta etapa criticar con fuerza conductas de los padres, subrayando incluso sus fallos, a veces en verdaderos accesos de rebeldía?

-Es cierto que las y los adolescentes ven muy viejos a sus padres. Los devalúan porque es una forma de romper los estrechos lazos de las etapas anteriores y alcanzar más independencia. Pero ello no significa de ninguna manera que los dejen de querer.

-Ahora bien, ¿esa actitud puede denotar también falta de comunicación padres-hija adolescente?

-No hay duda de que las relaciones entre padres e hija adolescente son en gran medida una continuación de las etapas anteriores. Si la comunicación fue amorosa, sincera y respetuosa, no deben suceder rupturas dolorosas ni incomprensiones insalvables.

-¿Qué conducta sugiere deben seguir los padres con sus amistades en general, y muy en particular con los varones?

-Es necesario conocer a los amigos y amigas de la hija. Hay que abrir las puertas de la casa, sin prejuicios ni temores. Es la única forma de conocer quiénes son estos amigos y cuáles son sus intereses.

-¿Cuándo ciertamente estarían en capacidad para establecer su primera relación sexual?

-No es tarea de la adolescencia temprana (antes de los 15 años) iniciar una vida sexual activa. El apuro, en este sentido, puede traer problemas. Ahora, hay algo fundamental: las relaciones sexuales no deben ser nunca un punto de partida para conocerse, sino una consecuencia de haberse conocido. Por ello, la educación desde etapas anteriores es esencial. La educación no solo es conocer los nombres científicos de los órganos sexuales, sino mucho más: es la educación de las emociones, sentimientos y autocuidado. Con frecuencia he analizado con los adolescentes el error de la llamada "descarga" (relaciones sexuales sin apenas conocerse).

-¿Y para un embarazo?

-Las muchachas, aunque sean púberes, tengan menstruación y capacidad reproductora, su organismo no tiene las condiciones biológicas necesarias para procrear.

-¿Cómo legarles (transmitirles) un sistema de valores y criterios que les sirvan de guía?

-Creo que hay que ser ejemplo. Padres y familia, maestros y sociedad en general deben educar con mayúscula. Establecer límites y responsabilidades desde temprano. Amar a las niñas y a los niños para enseñarles la importancia del amor y de la familia. Respetarlos para que aprendan a respetar.

Obtenido de http://www.granma.cubaweb.cu/salud/consultas/a/index.html


 
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