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prevención del maltrato infantil



En Chile los niños también pueden negarse a recibir un tratamiento médico

HannaÉtica
 
El caso de la británica Hannah Jones, la niña de 13 años que rechazó un trasplante, habría tenido un curso y un desenlace similares de haber ocurrido en el país. (Fuente: El Mercurio)
Miércoles 19 de Noviembre de 2008, 09:36

Hannah Jones se hizo conocida hace una semana, cuando la prensa británica anunció que con sólo 13 años ganó legalmente el derecho a rechazar el trasplante de corazón, que potencialmente podría prolongar su vida.

¿Qué hubiera ocurrido en Chile si un niño de esa edad hubiera tomado la misma decisión?, ¿lo habrían escuchado sus médicos o los jueces a cargo de dar un veredicto?

Probablemente, a juicio de expertos en el tema, el caso habría tenido un curso y un desenlace bastante similares a los que ha vivido la niña inglesa.

Desde la medicina

"El que un paciente rechace un tratamiento es algo que la sociedad reconoce y que incluso se establece en el proyecto de ley de derechos y deberes del paciente", dice el doctor Juan Pablo Beca, director del Centro de Bioética de la Facultad de Medicina de la Clínica Alemana-Universidad del Desarrollo.

Sin embargo, hay al menos dos variables a considerar. Una es el beneficio que realmente podría otorgar al paciente la terapia que se ofrece.

"Si los padres o el niño se oponen a un tratamiento rutinario y sencillo que está claramente probado que es beneficioso, el médico puede recurrir a un juez para revertir su decisión. Pero en un caso como éste, el trasplante de corazón tiene una mortalidad alta y es riesgoso para una niña que tuvo leucemia", explica el doctor Patricio Ventura Juncá, pediatra y miembro del Centro de Bioética de la UC.

El segundo aspecto a considerar es que el paciente "debe tener capacidad de comprender toda la información y alternativas disponibles, estar consciente y lúcido para analizar su situación, además de haber tomado libremente la decisión", agrega el doctor Beca. Para establecerlo se recurre a entrevistas personales, se pueden realizar tests y pedir la opinión de expertos.

En el caso de un niño con la madurez y nivel de argumentación de Hannah, este requisito también estaría salvado, pese a que sólo tiene 13 años.

"Para casos que involucran a adolescentes se acude a la doctrina del menor maduro, según la cual aun cuando no tenga la edad legal en que se le reconoce capacidad de decisión, si tiene condiciones particulares de madurez se le reconoce su capacidad para tomar decisiones".

A la justicia

El doctor Marcelo Osorio, presidente del comité de Bioética de la Sociedad Chilena de Pediatría, señala que un caso como éste siempre se llevaría a un comité de ética, el que entrega una recomendación, pero no obliga a seguirla. Y agrega que "si los padres y el niño están de acuerdo, no hay mucho que discutir. No se trata de hacer eutanasia, sino de dejar que la enfermedad siga su curso normal".

Si la institución de salud considera que la decisión del niño y sus padres es equivocada, puede recurrir a la justicia. Fue lo que hizo el hospital de Hereford, donde se atendía Hannah. Pero, hechos todos los análisis, la justicia decidió a favor de la niña.

Según Gloria Negroni, jueza del Tercer Tribunal de Familia de Santiago, si en Chile un caso similar llega a estas instancias, el juez debería analizar todos los elementos en juego y tomar una decisión de acuerdo a lo que mejor respeta los derechos de ese niño.

"Esto tiene que ver con cómo entendemos a los niños y adolescentes, si los vemos como sujetos plenos de derechos o como objetos de protección", precisa la jueza.

Entre las legislaciones que se considerarían están el Código Penal y la Convención de los Derechos del Niño, que Chile firmó en 1989 y que establece que el niño tiene derecho a expresar su opinión y ser escuchado.

Según Negroni, a veces la opinión de los niños se omite, pensando en un bien superior, como cuidar sus vidas. Pero, advierte, "¿cómo respetamos, garantizando que los niños puedan acceder a todos sus derechos?".

Gina Rainieri, abogada y académica del Departamento de Bioética de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, dice que si bien "el criterio de nuestros tribunales es estimar que la vida biológica tiene más valor que el proyecto de vida o las creencias personales del paciente", también se deben considerar otros antecedentes. "Hay que ver si en términos de riesgo y beneficio, el tratamiento que se ofrece se justifica. En un caso como éste, estamos frente a una terapia en que no necesariamente está acreditada la utilidad", concluye.
 
Obtenido de Sociedad Chilena de Pediatría


También ver:

El accionar bioético en el maltrato infantil
Ver además:

Parents perspective on symptoms, quality of life, characteristics of death and end-of-life decisions for children dying from cancer (Abstract) English

Cancer-related symptoms most concerning to parents during the last week and last day of their childs life (Abstract) English
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