miércoles, 8 de mayo de 2024

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prevención del maltrato infantil



CÓDIGO DE HONOR DEL MÉDICO DE LA FAMILIA

Los médicos y enfermeras que trabajan en el modelo de atención a 120 familias deben observar estrictamente los principios de la ética médica vigente en nuestro país para todo el personal de salud.

Las particularidades que caracterizan su trabajo, que se desarrolla fundamentalmente en el terreno, necesaria y convenientemente deben promover amistad, confianza y respeto entre el médico y la población por cuya salud debe velar. Esto a la vez determina que los principios de la ética médica tengan que ser cuidadosamente observados y algunos ampliados.

Su función esencial, ser guardián de la salud, implica que debe estar en estrecho contacto con las familias que atiende, visitar sus hogares, familiarizarse con sus hábitos de vida, higiene, cultura y todos los aspectos que directa o indirectamente influyen en la salud.

Es su primer deber detectar lo que en la vida diaria puede incidir negativamente en la salud, y con paciencia, sencillez y perseverancia, esforzarse por producir los cambios necesarios, tendientes a alcanzar un modo de vida más sano.

Debe ser un observador perspicaz y aprender a escuchar atentamente y sin prisa todo lo que le refieren, mostrando un gran interés por las preocupaciones o interrogantes que le planteen, las que deben tener una respuesta adecuada.

Debe lograr que sus respuestas sean comprendidas, por lo que su lenguaje debe ser claro y las explicaciones, aunque deben estar fundamentadas científicamente, tienen que estar despojadas de palabras técnicas y utilizar ejemplos y expresiones, que sin caer en la vulgaridad, sean adecuadas y asequibles al nivel cultural de las personas a las que se dirigen.

El médico, al visitar los hogares, independientemente de la familiaridad con que se le reciba y trate, debe en sus expresiones y conducta personal comportarse con gran respeto hacia la familia y cada uno de sus miembros. El grado de confianza en él depositado, no debe ser defraudado por acción alguna que hiera el pudor o la sensibilidad de la familia, o sea contraria a la moral y principios de nuestra sociedad.

Las observaciones que realice y las consultas o confidencias que se le hagan serán objeto de estricta reserva, y se utilizarán sólo para alcanzar el propósito de promover una mejor salud, tanto del colectivo como de los individuos que lo conforman.

Especial atención y cuidado debe prestarse al desarrollo de los niños desde su más temprana edad, a los problemas de los adolescentes y de las personas ancianas, grupos todos que tienen particularidades biológicas y sociales que los hacen especialmente vulnerables.

El interrogatorio y el examen físico tanto en el hogar como en la consulta, se harán siempre de forma meticulosa e impecable técnicamente, en condiciones de privacidad adecuadas, cuidando de respetar al pudor y sin lesionar la sensibilidad del paciente.

Siempre que el paciente deberá realizarse un procedimiento médico diagnostico o terapéutico en el policlínico o en el hospital se procederá de la siguiente manera:

Hacer la coordinación con el médico o personal responsabilizado con la realización del procedimiento, fijando día y hora en que éste debe hacerse.

Explicar cuidadosamente al paciente la necesidad del procedimiento y si este es el caso, las reacciones biológicas o riesgos que el mismo implica. Responder, cómo se señaló anteriormente, todas las preguntas que se formulen.

Siempre que se considere necesario y sea posible, estar al lado del paciente en el momento de realizarse el procedimiento y tratar de inculcarle tranquilidad y confianza. Si se trata de un interconsulta, se obtendrá del especialista interconsultante toda la información que se requiera para asegurar la calidad del seguimiento médico ulterior.

Explicar al paciente, de forma comprensible, los resultados obtenidos y el significado diagnóstico, pronóstico y terapéutico de los mismos. Cuando se estime que los resultados total o parcialmente no deben ser del conocimiento del paciente, se seleccionará un familiar para hacerle la información completa, aclarando en la medida de las posibilidades todas las dudas que al respecto se planteen.

Todo paciente asistido en el hogar o en la consulta que se piense debe ser seguido médicamente, se visitará o citará a la consulta cuantas veces se crea conveniente, sin esperar por su llamada. Si es necesario deben hacerse las coordinaciones pertinentes que posibiliten una interconsulta o remisión, justamente en el momento oportuno.

Cuando una de las personas que corresponde atender, ingrese en el hospital, se visitará con frecuencia y coordinadamente con el médico de asistencia se precisará lo que se le puede y debe explicar del diagnóstico, pronóstico, evolución y tratamiento. Se tendrá conocimiento de toda la historia hospitalaria para que con posterioridad al alta se pueda seguir adecuadamente al paciente en la consulta.

Los pacientes con enfermedades malignas, incurables o pacientes agonizantes deben visitarse con frecuencia, tanto en el hospital como en el hogar, y a ellos y a sus familiares apoyarlos en todo lo que sea posible.

Por ningún motivo o circunstancia se dejará de escuchar, atender o examinar médicamente a aquel que lo solicite. Si se trata de un paciente que no está comprendido en las 120 familias asignadas, se atenderá con la misma solicitud y calidad que si le correspondiera y posteriormente se le informará donde debe ser regularmente atendido.

Si es un paciente con una urgencia médica o quirúrgica, para cuya atención no se cuenta con los recursos necesarios, se acompañará al enfermo al centro asistencial más cercano donde pueda ser atendido adecuadamente.

Todo certificado de salud, dieta u otra documentación que se firme y pueda ser utilizado para eximir del cumplimiento de una obligación, tiene que estar sustentado sobre un criterio estrictamente médico, sin que medie ningún elemento basado en nexos familiares, de amistad o de cualquier otro tipo ajenos a la profesión médica.

Al ofrecer información a los organismos del gobierno o de masas sobre el estado de salud de la población que se atiende, no se divulgarán aspectos que sean parte de la vida privada de los pacientes o de personas con ellos relacionados.

Cuidará su aspecto personal, tanto en lo físico como en el vestir, evitando todo tipo de extravagancias.

Debe convenir en necesidad el estudio diario de manera que se mantenga actualizado permanentemente.

Se esforzará porque su trabajo tenga una alta calidad técnica y sea a la vez realizado con sencillez, afabilidad y dedicación, lo que le ganará el afecto y reconocimiento de la población que atiende.

Por su trascendencia, esta idea de nuestro Comandante en Jefe, basada en la mejor tradición del trabajo médico y en un infinito amor por el hombre, dará a la práctica de la Medicina una nueva dimensión más universal y humana. El contribuir al éxito de la misma es a la vez que un alto honor, un sagrado compromiso.

Enero de 1984.

Tomado de : "Carpeta Metodológica de Atención Primaria de Salud y Medicina Familiar, VII Reunión Metodológica del MINSAP", pp. 8, 9.

Obtenido de Centro para el Desarrollo de Ciencias Sociales y Humanísticas en Cuba (CENDECSA)Centro para el Desarrollo de Ciencias Sociales y Humanísticas en Cuba (CENDECSA)

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