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Una lesión aparentemente inocua, si la miramos desde el punto de vista de sus complicaciones o del cuadro clínico , además de aparatosa, es el “Codo tironeado, codo de niñera, codo de tracción o pronaciones dolorosas".
Este que si bien en muchas ocasiones se produce para librar al niño de un peligro, en muchas otras se produce cuando otros lo tiran de la mano violentamente, pues el niño rehúsa a caminar o se deja caer por alguna razón. Hemos observado en varios casos que asisten al cuerpo de guardia, que los acompañantes, no saben que sucedió, muy pocos dicen la realidad de haberlos traccionado por el brazo, pero muchos otros lo niegan.
Ocurre en niños de edad de 2 a 3 años, y su mecanismo de producción como hemos mencionado, el adulto lo tracciona por el brazo estando este en la posición de extensión y en pronación. Fisiopatogénicamente, la cúpula radial es más corta a estas edades y al traccionarlo, actúa como un mecanismo de pistón dentro de la articulación del codo, subluxándose y produciendo el siguiente cuadro clínico, otros plantean que ocurre un pellizcamiento del ligamento orbicular sobre la cabeza del radio.
El niño acude al cuerpo de guardia rehusando usar su brazo, con el codo en flexión, unido al tórax, y la supinación se hace muy dolorosa, llora intensamente. El dolor lo refiere a la muñeca o al hombro y a los de poca experiencia los hace pensar en diagnósticos raros. A la palpación el dolor se encuentra en la cúpula radial.
El tratamiento es tan sencillo como que su reducción se hace sin anestesia, flexionando el codo a 90 grados y haciendo la supinación, se palpa un chasquido a ese nivel (cabeza del radio). El niño a los pocos minutos ya puede mover el brazo pero en otras ocasiones se hace necesario poner un vendaje de Velpeau o un cabestrillo por una semana. Esta lesión puede recidivar si se vuelve a realizar la maniobra de tracción, pero al crecer el niño, no se deja caer y no se puede traccionar por el brazo, además de que la cabeza del radio crece y no puede actuar con el mecanismo de pistón antes mencionado.
Esta lesión precedida de un acto violento no ha sido descrita en otros textos como signo de maltrato infantil pero creemos que debe ser tenida en cuenta haciendo un interrogatorio eficaz y tratando de establecer el diagnóstico del tema que nos ocupa. |
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