InfomedPoliclínico Docente Mario Muñoz MonroyPoliclínico Docente Mario Muñoz MonroyPoliclínico Docente Mario Muñoz MonroyPoliclínico DocentePoliclínico Docente Mario Muñoz MonroyPoliclínico Docente Mario Muñoz MonroyPoliclínico Docente Mario Muñoz MonroyPoliclínico Docente Mario Muñoz MonroyPoliclínico Docente Mario Muñoz MonroyPoliclínico Docente Mario Muñoz Monroy
sábado, 4 de mayo de 2024

 Página Inicial
Policlínico Docente Dr. Mario Muñoz Monroy



Actitud ante las cefaleas

Situaciones posibles

Cuando una persona tiene cefaleas suele actuar de alguna de estas dos maneras: se preocupa, piensa que tiene una enfermedad cerebral grave y quiere acudir rápidamente a un médico; o bien intenta controlar ella misma el problema tomándose un analgésico y piensa que es algo con lo que tiene que aprender a vivir y sufrir. Ninguno de los dos extremos es el mejor.

Signos de alarma

Existen ciertos signos de alarma que deben llevar a buscar ayuda especializada rápidamente, ya que indican que puede existir un problema grave. Por otro lado, las cefaleas, cuando representan una enfermedad crónica que interfiere con la vida de la persona, necesitan en algún momento una consulta médica.

El especialista puede explicar los mecanismos, los factores y las causas que producen las cefaleas y, con un mejor conocimiento de éstos, elaborar un plan conjunto, que puede incluir tanto la toma de fármacos más específicos para cada tipo de cefalea, como el cambio en el estilo de vida y el control de ciertos factores psicológicos.

La sensación de dolor

La cefalea, como los dolores en general, plantea un problema en cuanto al valor o significado que el enfermo le concede puesto que la sensación de dolor es un fenómeno subjetivo y, por lo tanto, variable. No existen sistemas objetivos que permitan determinar con exactitud la intensidad del dolor, como pueden medirse la tensión arterial o la temperatura. Por esto, cuando se evalúa el dolor es necesario analizarlo según las respuestas o comportamientos que dicho dolor produce en el individuo.

Respuestas ante el dolor

En general se aceptan tres tipos de respuestas primarias ante el dolor: las respuesta verbal, motora y la fisiológica o autonómica que se analizan seguidamente.

Respuesta verbal

La respuesta verbal es la que se emite a través del lenguaje y aporta una valoración subjetiva del dolor, detallando sus variadas características: intensidad del dolor (mucho, poco), tipo (penetrante, focal, pulsátil, generalizado), frecuencia (diario, ocasional).

Respuesta motora

La segunda respuesta es motora y, en general, se expresa por una serie de movimientos que dependen del estímulo doloroso. Ejemplos claros son el reflejo de retirada tras las quemaduras o pinchazos o la contractura de los músculos de la pared abdominal de las apendicitis.

Respuesta fisiológica o autonómica

El tercer tipo de respuesta es la fisiológica o autonómica como la dilatación pupilar, los cambios de la coloración de la piel o de la expresión facial y, en los dolores crónicos, la pesadumbre, la ansiedad o la agitación psicológica o motora.

Condicionamiento de las respuestas

En la valoración del grado de incapacidad que produce el dolor deben integrarse los tres tipos de respuesta.

Frecuentemente, estas respuestas están condicionadas por factores personales o culturales y, por tanto, sólo son un reflejo aproximado del dolor en términos absolutos.

Estas respuestas primarias al dolor se ven moduladas, a su vez, por una serie de condicionamientos secundarios que pueden incrementar la incapacidad que produce el dolor, como es el caso de las personas que obtienen un beneficio utilizándolo para obtener bajas laborales, la separación de un trabajo no gratificante o la cancelación de conflictos interpersonales. Con frecuencia, este tipo de comportamientos, asociados a una rentabilización, perpetúan la intensidad y persistencia del dolor.

Por otro lado, las acciones que mitigan el dolor se reconocen como positivas y tienen tendencia a repetirse.

Estos datos son importantes a la hora de plantear un tratamiento integrado de cualquier tipo de dolor en general y de las cefaleas en particular, pues permiten la utilización de técnicas psicológicas como complemento a los tratamientos farmacológicos.

¿Qué se debe hacer ante una cefalea?

En los siguientes apartados se van a explicar las distintas conductas que se deben adoptar ante las cefaleas.

En primer lugar se va a hablar de los signos de alarma que deben conducir a buscar ayuda inmediata. A continuación, se explicarán los distintos tratamientos farmacológicos que actualmente existen, dándose algunos consejos sobre su utilización. Por último, se hablará sobre hábitos saludables de vida que son útiles en toda cefalea para controlar su frecuencia e intensidad.

Las cefaleas más habituales, las migrañas y las cefaleas tensionales, son un problema crónico que reflejan una alteración en el equilibrio interno, y aún no se conoce el modo de curarlas, sólo de tratar algunos de los síntomas, por lo que las personas que las padecen deben aprender a controlar y a conocer cómo manejarlas. Por ello se ha dado especial importancia a los consejos generales.

¿Qué síntomas son alarmantes?

El problema principal en el estudio clínico de las cefaleas es detectar aquéllas que se asocian a una enfermedad cerebral orgánica importante (tumores, meningitis, hemorragias intracraneales, etcétera), que, afortunadamente, son de baja frecuencia (de 5 a 15 casos por cada mil pacientes que consultan por una cefalea).

Por tanto, ¿qué factores pueden plantear la sospecha de que un dolor de cabeza traduce una situación de riesgo y precisa una consulta médica?

Aparición de un dolor de cabeza desconocido

Los síntomas expuestos en el cuadro que aparece a continuación deben ser motivo de una consulta médica. El más sensible es la aparición de un dolor de cabeza no conocido. Cualquier dolor de cabeza que no ha sido experimentado previamente debe observarse con cuidado. Así, un paciente deberá consultar por un dolor de nueva aparición, de localización nucal y de escasa intensidad inicial, pero que no cede a lo largo de varias semanas, incrementándose en intensidad con el paso del tiempo.

Por el contrario, un enfermo con migrañas unilaterales frecuentes, que presente síntomas tales como lagrimeo, fotofobia, náuseas y vómitos, que duran menos de dos días, cediendo espontáneamente o tras tomar un analgésico, no debe preocuparse si reaparece un nuevo episodio de características similares.

Síntomas que precisan una consulta médica

§          Cefalea de nueva aparición

§          Cefalea de inicio brusco (sentida como una explosión en el cráneo)

§          Cefalea que aumenta de intensidad con el paso del tiempo(medido en semanas)

§          Cefalea que se acompaña de algún otro síntoma neurológico (por ejemplo, pérdida de fuerza en una extremidad, visión doble, cambio en el comportamiento, convulsiones, etcétera)

El diagnóstico

En general, cuando una cefalea motiva una consulta, la exploración neurológica rigurosa es la prueba inicial de más valor diagnóstico. En la actualidad se acepta que una migraña o cefalea tensional, en la que no han cambiado sus características habituales y sin que hayan aparecido síntomas o signos neurológicos focales que indique la posibilidad de una lesión cerebral, no
precisa evaluaciones neurorradiológicas. Habitualmente, en este grupo de pacientes los hallazgos patológicos en la TAC o en la Resonancia Magnética son muy raros y, si aparecen, suelen ser incidentales sin relación con la cefalea objeto de estudio.

Causas específicas

Por otro lado, existen casos en los que se debe sospechar una causa específica del dolor de cabeza.

Tumores cerebrales

Aunque ciertas cefaleas se asocian a tumores cerebrales, estudios recientes muestran que sólo el 10% de los tumores se presenta únicamente en forma de cefalea. La mayor parte, además del dolor de cabeza expresa otros síntomas o signos más específicos, por ejemplo cambios de comportamiento, parálisis de un lado del cuerpo, hormigueos constantes en un lado del cuerpo o visión doble, que indican la existencia de una lesión cerebral focal.

La cefalea de los tumores no suele ser tan intensa como las cefaleas tensionales, aunque suelen ser constantes, manteniéndose por la noche y llegando a impedir el sueño. Algunos pacientes la describen como una cefalea generalmente bilateral, fronto-occipital, de curso progresivo, más intensa por la mañana y asociada a vómitos con escasas náuseas.

Enfermedades vasculares cerebrales

Las enfermedades vasculares cerebrales también pueden producir dolor de cabeza. Sin embargo, es excepcional que cursen únicamente con dolores de cabeza. Las hemorragias intracraneales son las que, con más frecuencia, se asocian a cefaleas.

La rotura de una arteria o vena en el espacio meníngeo produce una hemorragia denominada subaracnoidea que, típicamente, produce un dolor de cabeza generalizado, de instauración brusca, explosiva, en ocasiones acompañado de rigidez de nuca y, en las formas más severas, de disminución rápida del nivel de conciencia. En estos casos es preciso acudir urgentemente a un médico.

Algunas cefaleas benignas, como las que pueden ocurrir durante el coito o las asociadas al ejercicio físico, pueden presentarse de modo similar y sólo la realización de un escáner cerebral y una punción lumbar, puede excluir una hemorragia subaracnoidea.

Las hemorragias intracerebrales, que afectan al propio tejido cerebral y no a las meninges, cursan con dolor de cabeza en más de la mitad de los casos y, habitualmente, se asocian a síntomas y signos neurológicos focales, como pérdida de fuerza en las extremidades de un lado del cuerpo (hemiparesia), dificultades en emisión o comprensión del lenguaje (afasia), trastornos sensitivos o alteraciones del equilibrio corporal, que se instauran de forma súbita dominando el cuadro clínico.

¿Cómo debe tratarse una cefalea primaria?

Una vez establecido el diagnóstico de cefalea primaria, es decir, cefalea no asociada a una lesión intracraneal, es preciso identificar los subtipos que se han comentado en capítulos previos, antes de administrar una terapia adecuada. De entre todas las variedades de dolores de cabeza, las migrañas o las cefaleas tensionales necesitan enfoques terapéuticos distintos.

Imprimir Artículo
: Editora Principal. Profesora Auxiliar, Msc. Atención Primaria de Salud | Policlínico Docente “Dr. Mario Muñoz Monroy” - MINSAP | Calle 5taC, e/ 492 y 494 Habana del Este, Ciudad de La Habana, 19120, Cuba. | Telefs: (537) 7967053 y (537) 7967550, Horario de atención: 8:30 a.m. a 4:30 p.m., de Lunes a Viernes