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sábado, 4 de mayo de 2024

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Policlínico Docente Dr. Mario Muñoz Monroy



Cefaleas en la infancia

Sintómas y características

El dolor de cabeza es frecuente durante la infancia y adolescencia, constituyendo un motivo importante de consulta médica e, incluso, ingreso hospitalario ya que ha sido considerado como un síntoma inicial de una enfermedad intracraneal. Alrededor del 40% de los niños menores de 7 años y del 75% de los menores de 15, han padecido cefalea en algún momento lo que suele generar gran ansiedad en la familia, lo que, a su vez, repercute de forma importante en la vivencia personal del dolor por parte del niño.

Identificación del tipo de cefalea

La identificación del tipo de cefalea es de gran importancia para su tratamiento ulterior. El análisis detallado de los datos que pueden condicionar el dolor como: factores desencadenantes, frecuencia de los dolores, distribución horaria, localización, irradiación, síntomas asociados y otros, no siempre resulta sencillo en los niños, ya que la información obtenida es poco específica. En ellos es fundamental un hábil y minucioso interrogatorio.

En los diversos estudios realizados con los niños, la migraña destaca como la cefalea mas común (entre el 50 y el 75% de todas las cefaleas en este grupo de edad). En la infancia, la migraña presenta una distribución similar entre sexos, aumentando progresivamente en las niñas durante la pubertad. A partir de los 14 años la prevalencia es claramente superior en el sexo femenino. La existencia de antecedentes familiares es algo mayor cuando la migraña aparece en la edad infantil que cuando lo hace en la edad adulta. Al contrario que en los adultos, el dolor suele localizarse en la región frontal, es frecuentemente bilateral y adquiere un carácter pulsátil en un 60% de los casos. Es muy frecuente que se asocie a náuseas, vómitos, fotofobia, palidez, mareo y dolor abdominal.

Factores influyentes

Como ocurre en los adultos, ciertos factores como la ansiedad, los disgustos, el miedo al fracaso, el ejercicio, los esfuerzos físicos y la fatiga, así como ciertos alimentos (chocolate, plátanos, queso...), las alergias, la mestruación, la televisión o los exámenes, han sido implicados como factores precipitantes de migrañas en la infancia. La frecuencia de los episodios de jaquecas varía de dos a tres a la semana, a uno cada varios meses. Los episodios suelen aparecer por la tarde o por la noche y su duración (generalmente entre una y cinco horas) habitualmente es menor que en los adultos.

Además de las jaquecas, las cefaleas asociadas a factores psicosomáticos son también frecuentes en la infancia, constituyendo alrededor del 20% del total. Dado que la cefalea es uno de los principales síntomas de somatización de los estados de ansiedad y depresión, es de especial relevancia indagar sobre las situaciones de estrés en el ambiente familiar, escolar o social, dado que el reconocimiento de éstas puede ayudar a un manejo más adecuado de la cefalea por parte del médico y los familiares.

Cuando un niño se queja de dolor de cabeza es importante sentarse con él e intentar averiguar cuáles son las características y los hechos que rodean al episodio. Las cefaleas las pueden describir de muy distintas maneras “como una bomba que me estalla en la cabeza”, “como elefantes que están dándome patadas en la cabeza”, “como un cinturón atado alrededor de la cabeza”, este tipo de descripciones habitualmente indican una migraña. Si existe algún familiar cercano que las padezca, el diagnóstico es bastante seguro. Para el manejo de las migrañas en la infancia es importante averiguar qué condiciones o factores desencadenan estos episodios, ya que la modificación de los mismos es el tratamiento más importante.

Preguntas útiles

Algunas preguntas útiles para los niños son: “¿ha pasado algo hoy que te haya hecho ponerte triste o te haya enfadado?, ¿te has peleado con alguno de tus amigos?, ¿te ha regañado algún profesor o te han suspendido algún examen?, ¿aparecen los dolores de cabeza los días que no tomas el desayuno?, ¿tienes más dolores de cabeza en las épocas de exámenes?” Problemas como éstos, frecuentes en la infancia, son factores desencadenantes de migraña en los niños predispuestos. Cuando los dolores son frecuentes y el manejo de estos problemas no soluciona las cefaleas, se debe acudir a un médico que indique los analgésicos más convenientes. Habitualmente, una Aspirina® o paracetamol se suele emplear sin problemas a estas edades. Al igual que en los adultos, existen varios tratamientos profilácticos si las cefaleas son muy frecuentes.

Otro tipo menos frecuente (alrededor del 10%) de cefaleas es el que se asocia a traumatismos craneales, aunque es raro que aparezcan como consecuencia de traumatismos vanales. También deben tenerse en cuenta los dolores de cabeza en relación con procesos infecciosos de vías respiratorias, diarreas u otitis, comunes en la infancia.

Cefaleas relacionadas con otros trastornos

Contrariamente a la idea casi generalizada, son raras las cefaleas que se producen en relación con trastornos visuales (miopía, astigmatismo), así como las asociadas a alteraciones de senos paranasales como la sinusitis.

Los dolores de cabeza que aparecen como consecuencia de enfermedades cerebrales (tumores, meningitis, encefalitis, etcétera) son muy poco frecuentes comparándolos con la alta incidencia de cefaleas en la infancia. Cuando existe patología intracraneal, es muy raro que se exprese inicialmente como cefalea aislada sin asociarse a otros síntomas o signos indicadores de afectación del sistema nervioso (pérdida de fuerza, alteración del equilibrio, cambios de comportamiento...).

En conjunto, la cefalea en la infancia es un síntoma frecuente, benigno en la gran mayoría de casos y con pronóstico favorable, por lo que la tranquilidad de los familiares y del niño son elementos fundamentales para su buena evolución.

Al igual que en los adultos, todo dolor de cabeza persistente, severo, que continue durante la noche, se acompañe de fiebre, náuseas, vómitos y confusión o adormecimiento, debe ser evaluado lo antes posible por un médico.

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