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martes, 23 de abril de 2024

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¿Las Grasas Vegetales Existen?.

     
¿Las Grasas Vegetales Existen?
Te sorprendería saber que la mayoría de las grasas que consumes son vegetales. De hecho, el 55% de la grasa que comemos viene de grasas y aceites del mundo vegetal.

Estas grasas, como su nombre lo dice, proviene del reino vegetal. Se puede extraer de diversas partes de una planta como sus hojas, frutos, tallos, semillas y flores. Esta grasa es insaturada, es decir, que tiene menos átomos de hidrógeno que la grasa saturada. Y a su vez se divide en:

  • Grasas monoinsaturadas. A éstas les falta un átomo de hidrogeno y en su lugar tiene uno de carbono. Ayudan a bajar el colesterol malo en la sangre. El máximo representante d este tipo de grasa es el famoso aceita de oliva virgen.
  • Grasas poliinsaturadas. A éstas les faltan varios átomos de hidrógeno, y más bien tiene varios de carbono. Ayudan a prevenir enfermedades del corazón. Se encuentran en el aceite de maíz, de semilla de girasol, de soja, entre otros.

No obstante, no hay que confundirse por el nombre “vegetal”. Si bien puedes encontrar una variedad de aceites que efectivamente son de origen vegetal como el aceite de coco, palma, palmito y de otras frutas tropicales que tienen un alto contenido de grasas saturadas, y son incluso más de cuidado que algunas grasas animales.

¿Los aceites y grasas vegetales son saludables?

Tendemos a asociar la palabra vegetal con un producto saludable, así, cuando encontramos en la leyenda de un alimento envasado “elaborado con grasas vegetales” debemos comprender que se trata de una definición muy amplia que engloba también a aquellos productos como el aceite de palma, cacahuete o de coco cuyo contenido en ácidos grasos saturados es bastante elevado.

Como sabemos, son los productos animales (las grasas) los que contienen comúnmente ácidos grasos saturados, éstos son utilizados por nuestro organismo para la producción energética. Dependiendo del tipo de ácido graso, existen mayores posibilidades de que nos causen problemas de salud, especialmente cardiovasculares, ya que se depositan en nuestros órganos y arterias bloqueando el paso de la sangre.

La industria utiliza especialmente estos componentes por su resistencia a la ranciedad y a su comportamiento en las distintas elaboraciones, es decir, mantienen mucho mejor la integridad que los aceites de oliva convencionales. También hay que añadir que este tipo de grasas y aceites vegetales potencian el sabor de los alimentos haciéndolos más sabrosos y provocándonos saciedad, además son más baratos. Estos son motivos de peso para que la industria alimentaria los utilice en los diversos productos y alimentos preparados que elaboran.

Para que estés bien

Si lo que deseas es bajar la cantidad de grasa en tu alimentación, debes comenzar por dejar los productos fritos como: las donas, las papas y toda la comida chatarra en general.

Verifica la grasa vegetal agregada en los alimentos procesados que consumas.

Las grasas son unas sustancias nutritivas esenciales para el organismo, su función es almacenar energía que permita al individuo desarrollar actividades físicas o mentales y además son una fuente de calor.
Las grasas además de hacer las comidas más apetitosas, son necesarias para garantizar la aportación de ácidos grasos esenciales, sin los cuales tendríamos grandes alteraciones, y son vehículos de vitaminas que solo se disuelven en grasas como la A, D, E, F y K.

Los ácidos grasos se dividen según su grado de saturación. La alimentación rica en grasas saturadas tiende a incrementar los niveles de colesterol en sangre.
La dieta de los países mediterráneos se considera la más idónea para la salud, por su escaso consumo de grasas animales, y la costumbre generalizada de consumir aceite de oliva virgen.

Las grasas vegetales también tienen la función de ingredientes y condimentos porque aportan a los guisos grasa, aroma, sabor y untuosidad. Además de integrar los restantes elementos como carnes, legumbres, pescados y verduras, para dar lugar a diferentes tipos de elaboraciones culinarias como adobos, guisos, fritos, y otros.
Es necesario distinguir entre aceite oliva virgen y aceite de oliva refinado o mezcla:
El aceite de oliva virgen es el zumo de la aceituna, fruto del olivo, sin ningún tratamiento y conservando todas sus cualidades.

El resto de aceites de oliva proceden de aceites no comestibles, que se someten a un proceso de refinado, que en esencia consiste en una serie de procesos para eliminar su acidez, olor y color, y luego mediante mezcla con esencias y otros aceites vírgenes poderlos vender en el mercado como aceite comestible.

Por consiguiente y dada la escasa diferencia por litro en el precio, es recomendable el uso de aceite de oliva virgen, independientemente de la marca y del grado de acidez (según gustos) que no debe superar el 1 %. Ya conserva intacto su contenido vitamínico y antioxidante.

Dato Importante:

Muchos productos procesados de gran consumo como las patatas fritas, aperitivos, bollería, etc. llevan un gran contenido de grasa. En el caso de las patatas fritas hasta un tercio es grasa. Nos lo podíamos imaginar, pero esto no es lo peor. Peor es que en su etiquetado no se advierte el tipo de grasa vegetal que lleva. Y es bien sabido que, desde el punto de vista de la salud, no es lo mismo un tipo de grasa vegetal que otro. Vegetal es el aceite de oliva, pero vegetal también es el aceite de coco o palma. El primero cardiosaludable y los segundos son grasas saturadas que aumentan los niveles de colesterol LDL (malo) en sangre.

Estimaciones médicas señalan que del total del consumo de grasas de la mayoría de las personas, un 20% son los llamados ácidos grasos trans, los cuales son producidos artificialmente por el calentamiento de aceites vegetales a altas temperaturas, y tienen efectos negativos en la salud.
Una reducción del consumo de grasas trans del 2% al 4 % del total de calorías, evitaría cerca hasta 225 mil ataques cardiacos en América Latina.

Fuente:  Alimentación Sana - http://www.alimentacion-sana.com.ar 
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