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martes, 16 de abril de 2024

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Policlínico Docente Dr. Mario Muñoz Monroy



Dieta y cancer.

        En los últimos años, los investigadores han intensificado sus estudios acerca del papel que juega la dieta, tanto en la prevención como en el tratamiento del cáncer. La importancia de esta investigación fue el resultado de un informe de la Sociedad Americana Contra el Cáncer.

Según estimaciones del GLOBOCAN 2000, cada año se producen en el mundo más de 10 millones de casos nuevos de cáncer. Por órganos, y considerando ambos sexos, el cáncer de pulmón es el de mayor incidencia, seguido del de mama, colon-recto y estómago.

El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo, estimándose que en el año 2000 un 12 % de las muertes han sido debidas al cáncer. El incremento estimado de las muertes por cáncer en los últimos 10 años, ha sido de un 15% en países desarrollados y de un 30% en países en vías de desarrollo.

Estimación y distribución en porcentaje de la incidencia de los principales cánceres para el año 2000

  • Cáncer de Pulmón 12,3 %
  • Cáncer de Mama 10,4 %
  • Cáncer de Colon-recto 9,4 %
  • Cáncer de Estómago 8,7 %
  • Cáncer de Hígado 5,6 %
  • Cáncer de Próstata 5,4 %

Estilos de vida y otros factores relacionados con el riesgo de padecer cáncer según localización tumoral

Localización neoplásica
Incrementa el riesgo
Disminuye el riesgo
Pulmón
Tabaco
Ocupación
Actividad física
Mama
Menarquia precoz Menopausia tardíaPrimer embarazo a edad avanzadaAlturaObesidad (después de la menopausia)
Actividad física
Colo-rectal
Pólipos adenomatosos Enfermedad inflamatoria intestinalObesidad (en el varón)
Actividad física
Estómago
Infección por Helicobacter pylory
Cérvix uterino
Papilomavirus humano Tabaco
Endometrio
Exposición a estrógenos Obesidad
Ovario
Uso prolongado de anticonceptivos orales
Vejiga
Tabaco Ocupación Esquistosomiasis
Esófago
Tabaco Enfermedad de Barrett
Hígado
Infección por hepatitis B y C
Páncreas
Tabaco

Se estima que el 95% de los cánceres más comunes están causados por factores ambientales y, de ellos, más de la tercera parte están ligados a factores dietéticos como causa principal.

¿Puede prevenirse el cáncer a través de cambios en la dieta?

Se estima que entre un 30 a 40% de casos de cáncer pueden prevenirse a través de cambios en la dieta, incluyendo algunos de los cánceres más comunes en el mundo occidental.

El interés en la nutrición y su relación con el cáncer tiene su origen en estudios hechos en los años 60, en los que se relacionaron una dieta rica en fibra con un riesgo reducido de cáncer de colon. Desde entonces, nuevos estudios consideran que la fibra juega un papel menor en la prevención del cáncer. Sin embargo, aún se recomienda una dieta alta en fibra para facilitar las funciones del colon.

Descubrimientos preliminares indican que

  • Una dieta rica en grasas y alta en calorías, puede incrementar el riesgo de cáncer de seno, colon, próstata y útero
  • El consumo excesivo de alcohol aumenta el riesgo de cáncer de hígado, esófago, cuello y boca
  • Una ingestión elevada de alimentos ahumados, salados y en escabeche aumenta el riesgo de cáncer de estómago y esófago
  • Residuos de pesticidas y otros contaminantes ambientales, pueden producir cáncer
  • Algunos nutrientes como selenio y vitaminas A, C y E, pueden proteger contra ciertos cánceres Un aporte energético elevado se considera un factor potencialmente inductor de cáncer. De hecho, la obesidad correlaciona positivamente con el cáncer de endometrio, el de vías biliares y el de mama en la postmenopausia.

Recomendaciones dietéticas
para la prevención del Cáncer

Peso

Evitar el sobrepeso, manteniéndose en un rango del IMC de 20-25 Kg./m2.

Mantener o incrementar la actividad física. · Es recomendable el ejercicio físico con una frecuencia de 3 veces por semana.

Calorías y Grasas

Calorías: En animales de laboratorio, una restricción drástica en el consumo de calorías reduce dramáticamente el riesgo de cáncer, pero una restricción moderada, no.

Se sabe muy poco sobre el efecto que pudiera tener las restricción calórica en humanos.

Grasa en la dieta: Al estudiar la información de varios países, se observa una relación entre el cáncer de ovario y la grasa que se consume en la dieta. Según investigaciones preliminares, el consumo de grasa saturada, colesterol (como el del huevo) y grasas animales se relaciona con el riesgo de padecer cáncer de ovario.

Estudios preliminares sugieren que determinado consumo de grasa en la dieta se relaciona con el riesgo de padecer cáncer uterino. Parte del riesgo excesivo parece ser resultado del incremento en el peso corporal provocado por una dieta rica en grasas.

Grasas poliinsaturadas: En una investigación en animales, el consumo de ácidos grasos poliinsaturados aumentó el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer.

Sin embargo, en humanos, la mayoría de los estudios, aunque no todos, no pudieron encontrar una relación entre el consumo de grasa poliinsaturada y el riesgo de padecer cáncer.

Carnes y Embutidos

Limitar el consumo de carnes rojas y embutidos.

Disminuir ingesta de alimentos curados, ahumados o en salazón.

Algunas recomendaciones establecen que no deberían proporcionar más del 10% del aporte calórico total. Consumir carnes blancas y pescado como alternativas.

La carne (modo de cocinarla) y el cáncer infantil:

En una investigación, el consumo elevado de hot dogs se asoció con un incremento de casi mil por ciento en el riesgo de padecer leucemia infantil.

En otro estudio, el consumo materno de hot dogs y el consumo infantil de hamburguesas o hot dogs al menos una vez por semana se relacionó el doble de riesgo de padecer diversos cánceres en la infancia.

Una revisión de nueve estudios encontró una asociación entre el consumo de carne curada en mujeres embarazadas y el riesgo de que sus hijos presentaran cáncer cerebral. Estas relaciones no son prueba de que consumir hot dogs o hamburguesas provoque cáncer en los niños, y las pruebas de que la carne curada provoque cáncer en los menores no son concluyentes.

Pescado

Se ha informado que quienes consumen pescado tienen un riesgo menor de contraer cáncer de boca, garganta, estómago, colon, recto, páncreas, pulmones, mamario y próstata.

Grasas y Azúcares

No hay recomendaciones específicas sobre el consumo de grasas dada la carencia de evidencias concluyentes, aunque parece sensato limitar su aporte en la dieta, especialmente las de origen animal.

Los farináceos (arroz, pasta, pan), preferentemente integrales, y las legumbres deben recomendarse como principal fuente de energía.

Limitar el consumo de azúcares refinados.

Azúcar: Un estudio preliminar informó de una relación entre el incremento en el consumo de azúcar o de alimentos que la contienen y un mayor riesgo de cáncer de la vesícula.

Sal: En una investigación preliminar, un incremento en el consumo de sal se asocia con un aumento en el riesgo de padecer cáncer de estómago. También se han observado relaciones entre las conservas en salmuera y el riesgo de sufrir de cáncer en la cabeza y cuello.

Suplementos Vitamínicos

No hay evidencia concluyente para recomendar su uso.

Las megadosis de vitaminas y minerales no están carentes de riesgo.

Es preferible el consumo de vitaminas y minerales a través de los alimentos.

Se recomienda el consumo de frutas y vegetales a diario.

Alcohol

No se recomienda su consumo.

De tomarse, debería limitarse a no más de 2 bebidas al día en hombres y 1 en la mujer.

El consumo de alcohol aumenta significativamente el riesgo de contraer cáncer de boca (bucal/bucofaríngeo), cáncer de garganta (esofágico) y del órgano productor de la voz (laríngeo), en particular si además la persona fuma. Quienes dejan de beber se encuentran en un riesgo mucho menor que quienes no lo han dejado. También se ha informado de una estrecha relación entre el consumo de alcohol y el cáncer de hígado.

Café

Se ha encontrado una relación entre un consumo elevado de café y el riesgo de padecer cáncer de páncreas.

Sin embargo, las personas que beben sólo una o dos tazas de café diarias tienen, en promedio, un riesgo más bajo de padecer cáncer de páncreas que quienes nunca toman café. Algunos estudios publicados han encontrado que quienes beben café tienen un riesgo más alto de padecer cáncer de vejiga; sin embargo, otras investigaciones los contradicen. En un estudio, sólo se encontró esta relación en el café con cafeína.

Fibra

Aumentar su consumo a través del consumo de una amplia variedad de alimentos de origen vegetal.

Los cereales enteros (como el centeno, el arroz integral y el trigo entero) contienen grandes cantidades de fibra insoluble, el tipo que algunos científicos consideran que protege contra diversos tipos de cáncer. En un análisis de los datos de varios estudios, se encontró que las personas que consumen cantidades relativamente altas de cereales enteros se encuentran en menos riesgo de padecer linfomas y cáncer de páncreas, estómago, colon, recto, mamario, útero, boca, garganta, hígado y tiroides.

Vegetarianismo

La mayoría de los estudios, aunque no todos, han encontrado que los vegetarianos tienen un menor riesgo de desarrollar cáncer que quienes comen carne.

Los vegetarianos también parecen tener una función inmunológica más fuerte, lo que posiblemente explica por qué pueden estar parcialmente protegidos contra el cáncer.

Frutas y Verduras

La creencia generalizada es que el consumo de frutas y verduras disminuye el riesgo de padecer los tipos más comunes de cáncer. Muchos médicos recomiendan que las personas consuman varias porciones de frutas y verduras al día.

La cantidad óptima se desconoce.

La mayor parte de los médicos recomienda que no se utilicen suplementos como sustitutos de los alimentos favorables. Algunas investigaciones, en particular concentradas en e beta caroteno sintético, no apoyan la idea de que tomar suplementos tenga el mismo efecto protector contra el cáncer que el consumo de frutas y verduras.

Los tomates

Contienen licopeno, un antioxidante con una estructura similar al beta caroteno. Una revisión de las investigaciones publicadas encontró que consumir más tomates o tener niveles más elevados de licopeno en sangre se asoció con una protección contra el cáncer en 57 de 72 estudios.

La evidencia del efecto protector del consumo de tomate fue mayor en el caso del cáncer de próstata, de pulmón y de estómago, pero también parece tener cierto efecto protector contra el cáncer de páncreas, colon, recto, esófago, boca, mamario y cuello uterino.

Vegetales crucíferos

La col, la col de Bruselas y la coliflor pertenecen a la familia de vegetales Brassica, también conocidos como "crucíferas".

En pruebas de laboratorio y estudios en animales, estos alimentos se han asociado con una actividad anticancerígena , debido posiblemente a varias sustancias que se encuentran en ellos, como por ejemplo, indol-3-carbinol, ácido glucárico (D-glucarato de calcio) y sulforafano.

En estudios preliminares en humanos, se informó que aquellos que consumieron este tipo de vegetales tuvieron un riesgo menor que el promedio de padecer cáncer de vejiga.

Flavonoides

Las cebollas y manzanas contienen grandes cantidades de un flavonoide llamado quercetina.

El consumo de flavonoides en general, y de la quercetina que contienen los alimentos en particular, se ha asociado con una protección contra el cáncer en algunos estudios preliminares, aunque no en todos.

Fuente: http://www.alimentacion-sana.com.ar/

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