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Los primeros días de agosto aportan gran beneficio a los niños del mundo: desde el año 1990 fue establecida la celebración de la Semana Mundial de la Lactancia Materna.
Esta jornada se celebra del 1 al 7 de agosto en la mayoría de los países, aunque en algunos otros tiene lugar durante el mes de octubre, y su objetivo es apoyar los esfuerzos para alcanzar las metas propuestas en la Declaración Innocenti.
Esta Declaración fue elaborada y aprobada por 120 países en la reunión conjunta OMS/UNICEF de planificadores de política sobre “La lactancia materna en el decenio de 1990: una iniciativa a escala mundial”, copatrocinada por la Agencia de los Estados Unidos para el desarrollo Internacional (AID) y el Organismo Sueco de Desarrollo Internacional (OSDI), y celebrada desde del 30 de julio al 1ro de agosto de 1990, en el Ospedale degli Innocenti, en Florencia (Italia). Su interés principal era la protección, el fomento y el apoyo a la lactancia materna.
Cada año la promoción se orienta sobre un tema diferente que se presenta a través de diferentes lemas. Así, en el año 1992 se lanzó la Iniciativa hospitales amigos de los niños, y en 1993 Iniciativa lugares amigos de las madres y los niños, donde se proponían distintas exigencias que los establecimientos de salud que comprendían desde la capacitación de todo el personal en este tema, la colocación del niño al pecho dentro de la primera hora de vida, evitar el uso de biberones y chupetes y no dar a los recién nacidos ningún líquido o alimento que no sea la leche materna, hasta enseñar a las madres la técnica de extracción manual y fomentar la alimentación a libre demanda.
Al año siguiente el lema se dirigió a Lactancia materna, fortaleciendo a la mujer y en el posterior, Lactancia materna, haciendo el código funcional, de manera que este Código de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna se convirtiese en un instrumento de protección de los derechos de las madres, los niños y las familias, frente a la invasión de propagandas de fórmulas y otros productos.
Ya en 1996, 1997 y 1998 se realzaba el papel de la lactancia materna como Una responsabilidad comunitaria, Un recurso natural y como La mejor inversión. Las características de este “líquido maravilloso” se promovían, al alertar de su beneficio a las comunidades, explicar que es el recurso más natural que una madre puede ofrecer a su hijo, y que el amamantamiento requiere realmente muy poca inversión a la vez que ofrece una inmensa recompensa para las familias, comunidades, instituciones de salud y gobiernos.
La OMS asegura que con la cultura de la lactancia materna se podrían evitar alrededor de un millón y medio de muertes infantiles cada año y que la salud y el desarrollo de varios millones de niños podría mejorar en forma considerable. De ahí en que en 1999 el lema para la Semana Mundial fuera Lactancia materna, educación para la vida.
Ya en el año 2000, el lema fue: La lactancia materna: tu derecho, para que el mundo tomara conciencia de este derecho inalienable. Se propagandizó lo establecido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 1997, sobre que los gobiernos deben dar permisos remunerados de maternidad de hasta por lo menos seis meses después del parto para facilitar la lactancia en forma exclusiva y sin restricciones; así como asegurar horarios flexibles para las madres que vuelven al trabajo. Esto incluye los períodos diarios y pagados para amamantar —independientemente del tipo de trabajo que se tenga— y adecuar lugares especiales para ello.
Con el nuevo siglo, la Semana Mundial trató sobre La era de la información, para dar conocimiento a las mujeres y en el 2002 el lema fue Madres saludables, bebés saludables. ¿Qué significado tenían estas palabras? Pretendían poner de manifiesto los beneficios del amamantamiento. Porque una mujer que lacte tendrá menos riesgo de padecer hemorragia posparto, cáncer de mama y de ovario, de osteoporosis; y además, pierde gradualmente el peso acumulado durante el embarazo.
Por su parte, un bebé amamantado está más protegido contra diarreas, otitis, infecciones respiratorias, alergias, meningitis, enfermedad atópica, eccema, asma, diabetes, infecciones urinarias, linfoma, Crohn, maloclusión dentaria y obesidad, entre otras enfermedades.
Nuestro país reforzó su compromiso de velar por la salud materno infantil, junto a otras medidas, a través de la instrumentación de las Semanas de la Lactancia Materna.
A finales del 2002, unos 15 000 centros asistenciales de 136 países ostentaban la condición de Hospitales Amigos del Niño y de la Madre, y en Cuba las 54 instituciones donde se brinda el servicio de gíneco-obstetricia y los 230 hogares maternos de todo el país habían obtenido tal declaración. La iniciativa se extendió hasta los consultorios del médico y la enfermera de la familia, donde ya se aplican todos los lineamientos orientados para una lactancia feliz.
El lema aprobado para el 2003 fue Lactancia materna en un mundo globalizado, por la paz y la justicia. Se argumentaba que: primero, amamantar es un acto de paz y de justicia; es la forma natural, universal y pacífica de nutrir a nuestros niños y niñas. Y se analizaba que en un mundo arruinado por la injusticia, la violencia y la guerra, la lactancia materna puede ser un centinela de la paz —paz interior, paz con otras personas y paz con el entorno. Segundo: este lema era una oportunidad para considerar tanto los obstáculos como los beneficios de la globalización para la promoción de la lactancia materna como símbolo de paz y de justicia.
En 2004 el Lema Internacional dado por WABA fue Lactancia materna exclusiva: satisfacción, seguridad y sonrisas.
Se enfatizaba en la lactancia materna exclusiva y sus cualidades: SEGURA, porque contiene factores que protegen, previenen y combaten infecciones, entre ellas la diarrea y neumonía y reducen el riesgo de alergias, particularmente el asma; SENSATA, porque contiene los nutrientes necesarios, en las cantidades adecuadas y de calidad sin igual; SOSTENIBLE, porque contribuye a la seguridad alimentaria de la familia. Para que la lactancia materna esté disponible solo se necesita una madre o nodriza y estas pueden producir buena leche con una alimentación muy sencilla; y SATISFACTORIA porque cuando se amamanta se crean lazos especiales de apego entre la madre y su bebé: ambos sonríen a la vida.
En Cuba, la consigna de siempre es: todo por la salud de madres y bebés. Los principios de la DECLARACIÓN DE INNOCENTI, aprobada hace ya catorce años, se han cumplido en la Patria.
Fuente: Salud Para La Vida ( Infomed )
Por: Carmen R. Alfonso
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