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A través de este acceso la máquina de diálisis filtra la sangre y la devuelve limpia. Pero esta puerta de acceso, fabricada de un material plástico, no siempre funciona bien; tiende a obstruirse y a infectarse.

Para resolver el problema, una empresa de biotecnología de Estados Unidos ha desarrollado en el laboratorio un catéter completamente biológico, a partir de las células madre obtenidas de las venas de los pacientes.

El nuevo catéter, en realidad, es un nuevo vaso sanguíneo que no causa ningún rechazo en los pacientes. Y lo más importante, funciona. «Este ensayo es la primera demostración de que los vasos fabricados en el laboratorio son capaces de soportar la presión arterial», explicó a ABC, Todd McAllister, autor principal del estudio.

Los resultados se publican en la revista médica «The Lancet». Los catéter biológicos implantados se mantenían intactos un mes después de su colocación, sin causar problemas. Estos resultados demuestran que el tejido humano vivo ofrece mayor resistencia que los materiales sintéticos empleados hasta la fecha.

Este tipo de vasos están pensados para personas en diálisis, pacientes que necesiten un «bypass» o puente en el corazón, en niños que necesiten una cirugía cardiaca y para diabéticos con problemas de circulación en los que la amputación es una amenaza real.

No es un tratamiento sencillo ni económico «pero acaba con un problema que intenta ser resuelto desde hace más de 25 años», apunta McAllister. A largo plazo, el coste del tratamiento sí podría compensar.

Los catéter utilizados en las personas en diálisis superan los 10.000 dólares y los pacientes necesitan, al menos, una revisión al año. «Si se eliminan las consultas, las complicaciones y el catéter, el coste final se reduce».