Para una adecuada comunicación
Hay dos consejos que debemos tener en cuenta a la hora de comunicarnos:
El primero se refiere a que abandonemos, en caso de haberla adquirido, la desagradable costumbre de no mirar directamente hacia el rostro del interlocutor cuando conversemos. Se ve a algunos con la cabeza baja, o dirigiendo la vista hacia arriba; los hay que hasta cierran los ojos mientras hablan.
La segunda recomendación es la de no interrumpir a quien está en el uso de la palabra. Un dicho de nuestras abuelas: «Si un caballo relincha, los demás se callan? y son caballos». Tomemos al pie de la letra la lección de los equinos, y esperemos pacientemente nuestro turno en la conversación.
Algo que hemos observado mucho en los últimos tiempos es que personas que llegan tarde a una reunión, pretendiendo ser muy educados y sin pedir permiso a nadie, dicen un buenos días o buenas tardes para que todos le oigan, distrayendo así la atención de lo que se está dilucidando en la asamblea, y esto, recuerden, es de mala educación. Lo adecuado es, en un momento determinado solicitar la palabra y excusarse por haber llegado tarde.
Los buenos modales siempre están de moda.
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