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Autores: Belén Z. Iglesias Ramírez, Eduardo Pomares Bory  e Irene Rodríguez Pérez.

20 de febrero del 2008

La denominada sociedad de la información y el conocimiento que caracteriza el presente siglo, se enmarca dentro del acelerado avance en el proceso producción, cambio y difusión de información y conocimientos que identifica nuestra época, que si bien ha marcado una nueva etapa en la civilización, continúa utilizando el indicador de progreso que se utilizó en el estadio precedente de la sociedad industrial. Este tránsito en el contexto socio-histórico exige de una nueva tendencia del pensamiento que rompa con los esquemas impuestos. El desarrollo social tiene que estar precedido por nuevas ideas, derivadas de una educación integral que capacite para la reflexión sobre la compleja realidad en que vivimos.

La educación, en su calidad de subsistema social, constituye un factor estratégico fundamental que debe ser tomado en cuenta para proyectar acciones encaminadas al desarrollo humano y sostenible. La pertinencia, al manifestar coherencia entre acción y demanda, resulta un parámetro básico a tomarse en cuenta en la valoración de las políticas educativas. Las nuevas formas de producción, difusión y utilización del conocimiento exigen de reformas educativas en momentos en que el desarrollo social exige de una educación humanista y democrática con alcance para todos sin distinción de ubicación geográfica o de edad.

Se necesita que el conocimiento científico y su producto, la tecnología,  sean comprendidos en la justa medida de lo que significan desde el punto de vista de sus implicaciones en relación con el desarrollo social (Morell Alonso D., 2007)[1]. La gestión de conocimientos se perfila como forma de dirigir este proceso, para lo cual resulta esencial la aplicación de las Tecnologías de la Informática y las Comunicaciones (Fainholc, B., 2006)[2].

Las Instituciones de Educación Superior cubanas requieren de transformaciones profundas en la forma de concebir la organización, ejecución y evaluación de sus acciones con el fin de conseguir una intervención educativa pertinente. Las universidades están obligadas a la utilización de las Tecnologías de la Informática y las Comunicaciones (TIC) para la instrumentación de sociedades de aprendizaje, con las cuales se contribuya a ampliar el acceso al aprendizaje permanente, a través de la creación de contextos de interacción para la solución de problemas.

Esto responde a la necesidad de una nueva visión de la academia, enmarcada dentro de las nuevas tendencias de producción y distribución del conocimiento, elemento clave para el desarrollo social. En nuestro país se ha tomado muy en cuenta la importancia actual de las TIC como medio que ofrece la posibilidad de ampliar el acceso a la educación (Valdés, M. R., 1999[3]; Márquez, G. N., 1999[4]).

Actualmente se lleva a cabo en Cuba una verdadera revolución dentro de la educación. Dentro de esta perspectiva de transformaciones, Soliz, G. Y., 2004[5] ha destacado la vinculación estudio-trabajo como recurso para ampliar las posibilidades de acceso a los estudios universitarios, hecho a partir del que se ha concebido el proceso de universalización de la enseñanza.

Mayo, P. I. (s/f)[6] reconoce dos antecedentes fundamentales a este fenómeno: 

§         La necesidad de aplicar a la educación una concepción estratégica dentro de las acciones enfocadas a promover el desarrollo social en el contexto histórico vigente.

§         Las experiencias acumuladas de la puesta en práctica de proyectos orientados a dar solución a los problemas que han venido afectando esta esfera de la vida social.

La Educación Médica en Cuba no es ajena a la problemática planteada, lo que explica el proceso de perfeccionamiento de Planes y Programas de Estudio que se ha venido llevando a cabo desde las décadas finales del siglo pasado.

 Como punto de referencia para argumentar los cambios introducidos en la Educación Médica cubana, se debe destacar la existencia de una crisis en el campo de las Ciencias Médicas, dada a partir de la contradicción existente entre el notable desarrollo científico-técnico que se ha alcanzado en esta rama del saber y la imposibilidad de resolverse la problemática objetiva que, en materia de salud, se presenta a escala mundial (Araujo, R. G., 2000)[7].

Desde esta perspectiva, a partir del año 1985 el Plan de Estudios de la Carrera de Medicina ha venido tributando a la formación de un profesional de perfil amplio, tomándose en cuenta su preparación como individuo capaz  de especializarse sobre la base de su auto-preparación permanente. Como derivación de este enfoque educativo, se ha venido trabajando de manera sistemática en el perfeccionamiento de la metodología de la enseñanza-aprendizaje de las diferentes disciplinas que conforman el plan de estudios de la carrera.

El proceso de perfeccionamiento metodológico referido con anterioridad se hace patente en la Disciplina Histología, tributaria de la formación científica básica de los estudiantes de medicina. Los trabajos más significativos en este sentido lo constituyen los aportes hechos por Rodríguez, G. E. y col. (1989)[8] quienes, al aplicar los principios de la teoría de la formación por etapas de las acciones mentales, a la enseñanza-aprendizaje de la disciplina, permitieron superar la tendencia pedagógica tradicionalista que imperaba hasta esos momentos. Ya a finales de la década de los ´90, con un nuevo programa para la disciplina, se formalizan estas ideas, destacándose además el trabajo independiente durante la auto-preparación como método principal para el aprendizaje.

Las tecnologías de la información y las comunicación (TIC), en especial Internet y su amplio número de aplicaciones, han  cambiado de forma drástica los procesos de aprendizaje. Hasta la fecha, ninguna innovación había ejercido un impacto tan grande sobre la educación en general, y en particular, en la educación superior. Las  universidades tradicionales estaban limitadas en lo que se refiere al espacio, ya que se ubicaban en una zona específica, dentro de un país y ciudad. Y por otra parte, la edad de los estudiantes, ya que la misma oscilaba entre 18 y 28 años.  Estas limitaciones no eran las más importantes: lo fundamental era que la gigantesca masa de conocimiento creada y transmitida anualmente por las universidades era recogida sólo por un puñado de estudiantes locales, provenientes de la misma ciudad, región o país. (Langlua, 2003)

El desarrollo de las TIC ha hecho posible que el futuro de las universidades se subordine a su capacidad de adaptarse a la Sociedad de la Información y del Conocimiento (SIC) y además para satisfacer las exigentes necesidades del universo profesional, que se halla geográficamente disperso y que incluye una amplia gama de edades. Por estas razones, tanto las autoridades universitarias como los docentes, investigadores y los mismos estudiantes necesitan usar las tecnologías de la SIC. Las TIC son consideradas por numerosas instituciones de educación superior como imprescindibles para alcanzar a una población estudiantil más amplia, dispersa y variada, reduciendo a la par los costos de la infraestructura física.

El diseño de las disciplinas para el Policlínico Universitario (PU) requirió de la elaboración de gran cantidad de material en formato electrónico, para adecuarlas a las exigencias didácticas de las nuevas condiciones de aprendizaje y de los nuevos escenarios docentes, realizándose para esos fines videoconferencias, clases taller interactivas y un gran numero de imágenes microscópicas que posteriormente se utilizaron en la elaboración de los Laminarios Virtuales de las 3 asignaturas que conforman la disciplina, que prepararon las condiciones para la implementación de una página web de Histología. [9],

La Red Telemática de la Salud (INFOMED) se integra dentro de las proyecciones estratégicas planteadas por la Asociación Latinoamericana de Escuelas de Salud Pública y por el grupo de trabajo del Campus Virtual en Salud Pública, constituyendo una innovación tecnológica en educación que está ayudando a desarrollar la dimensión social del aprendizaje en red, al propiciar la auto-preparación en servicio, a manera de alternativa para impulsar la educación continua, en condiciones de asincronía de espacio y tiempo[10], y dando lugar además, a la presencia de las especialidades, con sus particularidades, desde el punto de vista de la ciencia, de las disciplinas académicas y de la investigación científica.

En este contexto, surge la página web de Histología, enmarcada en las condiciones  de la Universidad del Siglo XXI, que demanda proyectar el trabajo dentro de un mundo en constante interacción, a través de las posibilidades de actualización y colaboración que ofrecen las tecnologías de la Informática y las Comunicaciones. Esta página responde a la necesidad de contar con un medio que permita tener acceso a la información relativa a cómo se plantea el desarrollo del proceso de formación de los profesionales de la Salud en Cuba desde la Disciplina Histología, así como a las experiencias de otros países que puedan contribuir a su perfeccionamiento.

Para el diseño de la página se ha tomado en cuenta la información relativa a las tres vertientes en que se programa la actividad de la Educación Superior: docencia, investigación y extensión. Los temas que se tratan en la página,  reflejan aspectos de interés para la docencia de pregrado y de postgrado; la  investigaciones que en este siglo se realizan en Histología en el ámbito mundial y en nuestro país, así como aspectos extracurriculares de cultura general y de interés para cualquiera que visite el sitio, ya que la Universidad tiene la misión de educar al Hombre no solo en las materias propias de la especialidad, sino también en proporcionarle una educación integral que lo prepare para su vida profesional futura.

Bibliografía:

[1] Morell Alonso D.). Formación del profesorado de Ciencias Agronómicas de la universidad cubana de Ciego de Avila en Educación Ciencias-Tecnología-Sociedad. Tesis Doctoral. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Granada. 2007. Disponible en: http://hera.ugr.es/tesisugr/16574126.pdf. (Consultado el 10 de febrero del 2008).

[2] Fainholc, B. Rasgos de las universidades y  de las organizaciones de educación superior para una sociedad del conocimiento. Revista de  Universidad y Sociedad del Conocimiento. 3(1), 2006. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/780/78030104.pdf. (Consultado el 15 de febrero del 2008).

[3] Valdés, M. R. (1999): Conferencia dicatada por el Comandante de la Revolución en el marco del II Taller Internacional Electrónica/99, durante el evento METANICA/99. Palacio de las Convenciones. GIGA. La Revista Cubana de Computación. No. 5. Pág. 4-9.

[4] Márquez, G. N. (1999): Multimedia Educativa. . GIGA. La Revista Cubana de Computación. No. 4. Pág. 4-5.

[5] Soliz, G. Y. (2004): Propuesta didáctica para el desarrollo de estrategias de aprendizaje con el apoyo de las Tecnologías de la Informática y las Comunicaciones. Tesis de Doctorado. En Antología. Metodología de la Investigación Educativa para tutores de tesis.  CREA/CUJAE. ISBN 959-261-213-7.

[6] Mayo, P. I. (s/f): Cambio educativo en Cuba. Antecedentes y contextos. Disponible en: http:www.paulofreire.org./Biblioteca/Cuba.htm (Consultado el 22 de Marzo del 2007)

[7] Araujo, R. G. (2000): La medicina actual y las organizaciones en salud. Tendencias y contradicciones. En: Lecturas de Filosofía, Salud y Sociedad. Ed. Ciencias Médicas. La Habana. Cuba. Pág. 296-309.

[8] Rodríguez, G. E. Rivera, M. N., Valenti, P. J. y Aneyros-Ribas, A. (1989): La fundamentación y aplicación de la teoría de la formación por etapas de las acciones mentales en la asignatura Histología I. Departamento de Impresiones del Instituto Superior de Ciencias Médicas – Camagüey.

[9] Iglesias Ramírez, B, Rodríguez Pérez, I, Pomares Bory, E, Valenti Pérez, J y Dovale Borjas, A. La enseñanza de la Histología en el Policlínico universitario con el uso de las TICs. VIII Congreso virtual de Anatomía Patológica. Octubre del 2006 

[10]Vidal Ledo, Ma. Y Jardines Méndez, J. B. Campus virtual. Educ. Med. Sup. 20(2), 2006. (on-line). Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/ems/vol20_2_06/ems11206.htm (Consultado el 7 de Febrero del 2008)