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Larga Retención de Embarazo ExtrauterinoEl tiempo de la retención de una gestación extrauterina a veces es notable, y no es raro que varios embarazos sucedan con éxito durante la retención. The Ephemerides contiene ejemplos de embarazo extrauterino que permaneció en el abdomen cuarenta y seis años; Hannæus mencionó un caso de diez años en que la madre estuvo embarazada en el intermedio; Primperosius habla de un caso similar; de Blegny, uno de veinticinco años en el abdomen; Birch, un caso de dieciocho años en el abdomen, la mujer pario otro niño durante este tiempo y Bayle, uno de veintiséis años. En una mujer de cuarenta y seis años, en que los dolores de parto ocurrieron sin la expulsión del feto. La gestación ocurrió dos veces después, cada una seguido por el nacimiento de un niño vivo. La mujer vivió hasta los noventa y cuatro años, y se convenció que el feto todavía estaba en el abdomen, se realizó un examen después de la muerte apreciándose un quiste grande que contenía un feto osificado en el lado izquierdo de la cavidad. En 1716 una mujer de Joigny cuando tenía treinta años de edad y cuatro años de casada, quedo embarazada, y tres meses mas tarde sintió movimientos del feto y se encontró leche en sus pechos. Al noveno mes presentó dolores, pero el feto no salió; los dolores cesaron, pero se repitieran por un mes, todavía con un resultado negativo. Ella comenzó a presentar una condición enfermiza y permaneció así durante dieciocho meses, cuando los dolores volvieron de nuevo, pero pronto cesaron. La menstruación cesó y la leche en sus pechos permaneció durante treinta años. Murió a los sesenta y un años de neumonía, y en el examen después de la muerte se encontró un tumor ocupando parte de las regiones hipogástricas y umbilicales. Pesó ocho libras y consistió en un feto masculino a término completo, con seis dientes; no tenía ningún olor y su bolsa no contenía ningún líquido. Los huesos parecían bien desarrollados; la piel era gruesa, callosa, y amarillenta; el corion, amnios, y placenta y el cordón estaban secos. Walther menciona el caso de un infante que permaneció casi petrificado en la barriga de su madre durante veintitrés años. No pudo encontrarse ningún rastro de la placenta, cordón, o membranas.
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