Sobre lo nuevo, lo cierto y lo bueno en ciencia, comunicación y asistencia médica.
Lo nuevo. Los periodistas y comunicadores vibran con la novedad, tienen una inclinación genuina por lo nuevo. Pero esta querencia suele ser su perdición, al menos en la información médica, pues lo nuevo es habitualmente lo más incierto. En cambio, los científicos recelan de la novedad, pues saben que la verdad no suele encontrarse en los primeros trabajos; aunque, cuando ofician de comunicadores para dar bombo y visibilidad a sus investigaciones más novedosas, tienden a minusvalorar las limitaciones de estos estudios. Si el conocimiento científico es aproximado y provisional, el más nuevo lo es doblemente.
Lo nuevo tiene un aroma de falsedad más intenso, que se torna apestoso cuando los resultados novedosos están viciados de conflictos de intereses y defectos metodológicos.
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