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Un espacio para el sida
Publicación mensual V. 2. N.12 Dic 2008
Breve historia de una campaña contra el SIDA.
Si bien hace apenas 20 años poco se conocía del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), en estos primeros años del tercer milenio somos conscientes que el virus que lo produce ha infectado a más de 60 millones de personas en el planeta y causará más de 20 millones de huérfanos para el año 2010.
El Día Mundial de Lucha contra el Sida es el único día internacional de acción coordinada contra la propagación del SIDA. Se realiza anualmente el 1 de diciembre con el propósito de fortalecer el esfuerzo mundial para hacer frente al desafío que representa la pandemia del SIDA y que continúa propagándose en todas la regiones del mundo. Y llevar un lazo rojo ya es un símbolo universal de compromiso.
El primer Día Mundial de Lucha contra el Sida, se celebró en 1988. Fue propuesto por la Organización Mundial de la Salud, en la Cumbre Mundial de Ministros de la Salud sobre Programas de Prevención del SIDA, que se celebró en Londres en enero de ese año y fue elegido debido a que el primer caso fue diagnosticado en este día en 1981. En esa ocasión se centraron las actividades en la lucha mundial contra la enfermedad, impulsando a gobiernos, comunidades, otros sectores de la sociedad y personas a hablar sobre la enfermedad.
Entre las metas de esta conmemoración se encuentran: el apoyo intersectorial con actividades que refuercen el programa nacional; reconocer que la información, educación y comunicación es un arma eficaz para la prevención; y orientar y sensibilizar a decidores comunitarios, padres, maestros, artistas, personal de salud, para que se sumen de manera sistemática a la promoción y la prevención.
LEMAS PARA UNA CAMPAÑA.
Diversos han sido los lemas que se enarbolan anualmente en este Día, para enfatizar un aspecto de interés. El primero de ellos, en 1988, llevaba implícito el objetivo primario: Únete al esfuerzo mundial contra el SIDA. Al año siguiente, la exhortación fue hacia la masa juvenil: Los jóvenes: Nuestra vida, nuestro mundo. Cuidémonos los unos a los otros.
En 1990 la prioridad fue el sexo femenino, pues con el lema Las mujeres y el SIDA se sensibilizaban a proteger a esa parte importante de la población, tan vulnerable por sus aspectos biológicos, sociales y psicológicos. Vinieron en 1991, 1992 y 1993 lemas precisos y convincentes: Compartir el reto, El SIDA, un compromiso de la comunidad; y Tiempo de acción...
Ya en 1994, se trató de convencer a los familiares de su relevante papel en cuanto a educación y apoyo, y decía Familia y SIDA. Al año siguiente, las metas fueron más audaces y se habló de esta masa de personas que viven con el VIH, seropositivos y enfermos, con apoyo a sus derechos: Compartiendo derechos, compartiendo responsabilidades.
El lema Unidos por la esperanza. Los niños, los jóvenes y el SIDA cobró gran impulso en 1996, al alertar a la población juvenil sobre su vulnerabilidad. Ya en 1997, ante las cifras de huérfanos víctimas de esta fatal enfermedad, fue escogido Los niños en un mundo de SIDA.
La experiencia fue dando frutos y por ello se recurrió a promotores pares (de similar conducta) para comunicarse con grupos vulnerables de riesgo. Y decía el lema de 1998: La fuerza del cambio, con los jóvenes en campaña contra el SIDA. Y más adelante la exhortación fue ¡Escucha, aprende y vive! que promueve nuevas acciones educativas.
Un giro de vital importancia se suscitó en el año 2000 con Los hombres marcan la diferencia, donde se hacía explícito el papel del sexo masculino en la transmisión del VIH, y en muchos casos se remarcaba la vulnerabilidad de los hombres que tienen sexo con otros hombres. A partir del nuevo siglo, los lemas han sido muy concretos. En el año 2001, decía: A mí me importa... ¿y a ti? en busca de una percepción de riesgo entre las generaciones más jóvenes; y en el 2002 y 2003 el tema se ha centrado en la Discriminación y estigma, y el lema ¡Vive y deja vivir!
Explican los científicos que ambos factores asociados al VIH y el SIDA son grandes obstáculos para la prevención de nuevas infecciones, el suministro de asistencia, apoyo y tratamiento adecuados. Durante el 2006 al 2008 el lema de ONUSIDA expresa la necesidad de resaltar de liderazgo de los miembros de las comunidades, instituciones y organizaciones bajo el lema: Liderazgo: Detén el sida. Mantén la promesa. Este lema incluye la labor que realiza el voluntariado dentro y fuera de los programas nacionales.
En Cuba, donde su incidencia es de algo más de cinco mil infectados por VIH en cifra acumulada desde 1986 hasta mediados de noviembre del 2003 y su tasa, de 0,05% en relación con la población sexualmente activa —de las más bajas del mundo—, en el 2003 se presentó paralelamente el lema Con amor de Buena Fe, ayúdale a vivir.
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