sábado, 7 de junio de 2025

 Página Inicial
Centro Provincial de Información ISCM - Camagüey



Vol .2. Núm.11 nov 2008

Inicio

 

  El secreto de vivir con diabetes


La incidencia de la diabetes en Cuba se presenta similar a la de países desarrollados, en lo que influye el aumento del sedentarismo, la obesidad, el tabaquismo y el estrés. Viven aquí unas 200 mil personas con esta afección, lo que significa alrededor de 25,3 diabéticos por cada mil habitantes.

Aunque la diabetes ha tenido un alarmante aumento entre los niños y los adolescentes a escala internacional, es una enfermedad común, que bajo control permite al paciente llevar una vida útil, igual a los demás, así como alcanzar tantas metas o aspiraciones como se proponga.

Familia y amistades, junto al afectado, han de colaborar para que los riesgos disminuyan y su calidad de vida sea la mejor.
Cada día es más importante ganar terreno a este padecimiento, por lo que son de mucha utilidad saber más de él, sus señales de aviso y formas de prevenir  complicaciones.

Breve  historia  de  la  enfermedad.

Conocida desde épocas remotas, en Egipto se describió desde hace más de 3 mil años. En la India, 400 años antes de nuestra era, ya se había notado la relación que existe entre la obesidad y la diabetes, así como su tendencia de pasar de una generación a otra. Desde  ese  mismo  período  se  reconocían  dos  formas  de  la  enfermedad:
Una asociada con adelgazamiento, decaimiento y frecuente pérdida de grandes cantidades de líquidos por la orina.

Es la conocida por diabetes tipo I o juvenil, llamada así por afectar más frecuentemente  a  personas  menores  de   30  años  de  edad.
La otra forma, caracterizada por la corpulencia, obesidad, apetito desmedido y somnolencia, la denominan diabetes tipo II o del adulto, por diagnosticarse  con  mayor  asiduidad  entre  mayores  de  30 años.

Ambos tipos se caracterizan fundamentalmente por la presencia en la sangre de un exceso de glucosa, es decir el azúcar por encima del nivel normal.

Tal situación, sin el adecuado control, resulta un daño a muchos órganos del cuerpo, en particular a los vasos sanguíneos de los ojos y los riñones, además  de  los  nervios  periféricos.

Los  adelantos  llegan  poco  a  poco Fue en 1889, cuando dos científicos alemanes probaron que la diabetes era debida a una deficiencia del páncreas. A partir de esa fecha se realizaron múltiples investigaciones para obtener la sustancia que prevenía el rápido incremento del azúcar en la sangre, seguida  de  su  pérdida  por  la orina.

Los enfermos fueron tratados con dietas muy rigurosas, con las que los adultos mayores que tenían sobrepeso mejoraban. En cambio, los niños y adultos  jóvenes  raramente  sobrevivían.

Fue en Canadá, en 1921, que dos investigadores, Banting y Best, descubrieron un extracto (insulina) que disminuía los niveles de azúcar en la sangre. Este hallazgo revolucionó el tratamiento de la diabetes, especialmente la de tipo I, que se transformó de una enfermedad fatal a una afección tratable y controlable.

Vale conocer que, en los diabéticos, el páncreas produce muy poca o ninguna insulina y como resultado la glucosa que se obtiene de los alimentos queda  circulando  en  la  sangre  sin  poder  penetrar  en las  células  para  su  uso  o  almacenamiento.

Señales  de  alerta.

Las personas afectadas comienzan a percibir manifestaciones como sed, hambre al poco tiempo de haber ingerido alimentos, deseos de orinar más cantidad de lo normal y más veces en el día, pérdida de peso sin causa aparente, y debilidad. También tienen infecciones frecuentes en la piel, sufren heridas  que  tardan  en  sanar,  notan hormigueos  y  entumecimientos  en  las  manos  y  los  pies.

Ante  estas  señales  lo  fundamental  es  acudir  a  su  médico  para confirmar  el  diagnóstico  y  poner  control  de  inmediato.

El  secreto  de  vivir  con  diabetes  en  estos  días.

La diabetes no es curable, pero tratada adecuadamente se logra mantener los niveles normales de glucosa en la sangre.  Así, una vez diagnosticada, lo más importante es trazar un plan.

Es aconsejable una alimentación sana y balanceada que incluya cereales, frutas, lácteos y proteínas, y a su vez tenga bajo contenido en grasas y sal; y realizar ejercicio físico al menos tres veces a la semana, bajo control médico.

En algunas personas, estas medidas son suficientes; en otras la enfermedad no se logra controlar y se hace necesario utilizar medicamentos.

El control correcto y mantenido de su enfermedad reduce el riesgo de afecciones que dañan la vista, los riñones y el corazón; disminuye también la posibilidad de padecer enfermedades cerebro vasculares, lesiones de los nervios y aterosclerosis acelerada.

Cumpliendo al pie de la letra su tratamiento reduce el riesgo de sufrir hipoglucemia, término por el que se conoce la disminución de la cantidad de azúcar en sangre por debajo de los niveles normales. Sus causas más frecuentes son omitir o no concluir la alimentación,  realizar una actividad física mayor de lo usual o la aplicación de una dosis mayor del medicamento que la necesaria para el control de la enfermedad.

La solución es sencilla: se trata de tomar alguna bebida dulce, chupar caramelos para que la glucosa llegue rápidamente a niveles aceptables y usted sienta  mejoría.  Si  persiste  la  molestia  es necesario  buscar  ayuda  facultativa.

Para evitarla recuerde siempre: si va a hacer algún cambio en su alimentación o en sus actividades diarias, consúltelo a su médico.

http://www.trabajadores.cu/

 

Imprimir Artículo
: Editora principal, Centro Provincial de Información de Camagüey. | Instituto Superior de Ciencias Médicas "Carlos J. Finlay" | Carretera Central s/n. Camagüey, Provincia de Camagüey, CP 70700, Cuba | Teléfs.: (53) 32-292110, Horario de atención: biblioteca sala de lectura de lunes a viernes: 8:00 a.m. a 11:00 p.m.
y punto de presencia de lunes a viernes 8:00am a 11:00 p.m.