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autor: Osa, José A. de la, 23 de marzo del 2000, periódico Granma, página 2.

Son más de 700 los niños con diagnóstico de enfermedades oncohematológicas, benignas y malignas, que se han realizado siete trasplantes de médula ósea y 150 operaciones ortopédicas. 

También 18 intervenciones de cirugía cardiovascular, casi todas por malformaciones congénitas, dos trasplantes renales, y se han atendido alrededor de un centenar de pacientes con enfermedades neurológicas.  La asistencia incluye atención estomatológica,  psicológica y de rehabilitación, de acuerdo con el Programa Integral de Salud diseñado por especialistas cubanos para la atención de los niños de Chernobil. 

Varios cientos de menores, y también adultos acompañantes, se han beneficiado de los tratamientos de vitiligo, alopecia y psoriasis que se brindan en Tarará con la asesoría del Centro de Histoterapia Placentaria de Ciudad de La Habana.  En el balneario ucraniano de Eupatoria, médicos cubanos brindan asesoría para la atención "en casa" de estos niños. 

La Organización Mundial de la Salud ha hecho público reconocimiento a los esfuerzos de Cuba "para enfrentar junto a otros pueblos del mundo la cruda realidad de las catástrofes a las que la humanidad periódicamente se ve sometida". 

Con motivo de este décimo aniversario, se celebrará en Tarará una jornada científica y se desarrollará un programa de actividades recreativas y culturales que se extenderá hasta el día 29 Más de 15 000 testigos de la solidaridad. 

En un ya lejano 29 de marzo de 1990, descendían la escalerilla de un avión Il-62 en el aeropuerto internacional José Martí de La Habana, 139 niños de la ciudad ucraniana de Chernobil -a unos 20 kilómetros de la central de energía nuclear que sufrió daños en uno de sus reactores- para recibir atención médica en nuestro país. 

Una frase pronunciada por una madre ucraniana, dirigiéndose a Fidel que acudió a darles la bienvenida, dejaría sus huellas indelebles como homenaje a la proverbial solidaridad de la Revolución cubana: "¡Un país tan pequeño y con un corazón tan grande!", dijo. 

Transcurridos 10 años, 15 868 niños procedentes de Ucrania, Bielorrusia y Rusia han recibido atención en la Ciudad de los Pioneros José Martí, convertida entonces en un gigantesco centro asistencial, sustentado en más de 15 instituciones médicas de alto nivel científico. En un primer período después del accidente, viajaban anualmente alrededor de 1 700 pacientes; en los últimos años estas cifras oscilan en unos 250, fundamentalmente ucranianos. 

Un somero balance hasta hoy de la atención brindada, revela.