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Biblioteca Médica Nacional
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Mensajes de Amigas 19 septiembre 2007R Notó mi miedo a las computados, nunca había trabajado con esa tecnología, me dijo: Al principio de mi estancia en la BMN la veía muy recta, eso si, siempre trabajando como una hormiguita, con pasos cortos pero muy ligeros, pero al decursar del tiempo comencé a verla no solo como la jefa a la cual respetaba y admiraba mucho, sino a la amiga que siempre te aconsejaba ante un problema de una manera práctica y sin muchas complicaciones. Nunca se quejaba de nada y le gustaba hablar poco de sus problemas, por eso me sentía honrada en ocasiones cuando me hablaba de un problema familiar en particular, nos veía también como sus “compañeras” así acostumbraba a saludar “que tal mis compañeras”, decía también: muchachitas… Nos quería mucho, estoy segura, aunque nunca tuvo la oportunidad de decirlo como nosotros también a ella, pero no por eso dejaba pasar por alto lo mal hecho. No le gustaban las indisciplinas y lo decía sin rodeos, algunos hasta se molestaban con ella, eso no le preocupaba, sabia que al final la entenderían. A veces me comentaba que no era fácil lidiar con tanta gente joven, por eso trataba siempre de entendernos a la gran mayoría sin perder sus valores y principios. Para mi la idea del retiro me aterraba cuando lo comentaba, siempre le decía: si tu estas joven ¿Qué va hacer en la casa? Se sonreía siempre. Me aterraba porque sabía todos los conocimientos que se llevaría, toda la ayuda que para nosotros significaba…¿a quién tendríamos para que nos defendiera? Nunca imaginé que se fuera de esta forma, sin que nos diera tiempo decirle todo lo que la queríamos, la falta que nos hará a la generación de bibliotecarios que dejó y a las futuras. Nos queda su eterno recuerdo, su andar ligero su media sonrisa, su ética, su profesionalismo y sus conocimientos para que lo apliquemos aquí, donde fue su segunda casa. Ese es nuestro mejor homenaje. De: Lisbet Cruz. BMN
Todavía no me acostumbro a la idea que no voy a volver a encontrarme físicamente con Xiomara. Ella fue una persona tan humilde que llenaba de luz a todo quien se le acercaba. Hacia Xiomara siempre profesé una especie de respeto muy especial y una admiración profunda que siempre removió lo mejor de mis reflexiones. Ella sintetizó siempre lo mejor de todo lo que ha sido históricamente el Centro y la fidelidad infinita a la obra común. Para mí siempre va a estar presente y ahora mismo que trato de compartir estos sentimientos tengo muy cerca su rostro de cubana buena y su sonrisa discreta pero hermosa. A Xiomara siempre la voy a recordar para ser mejor persona. Me emociona su recuerdo y me emociona el poder recordarla así, cercana, cotidiana, querible. __________________________
7 agosto 2007 Triste noticia, la del fallecimiento de Xiomara. Que nos lego?, su cabalidad, su entereza cuando se entero de su enfermadad, su dignidad como ser humano, su intransigencia no solo con los demas comenzaba con ella y su familia concuerdo con Valia cuando habla del modelo que son sus hijos y familia en correccion y educacion.A todas nos enseno a trabajar, nos instruyo, nos alento cuando habia algun desanimo, alguna preocupacion, cuando con la inmadurez tipica de la edad las cosas no nos salian, nunca se presto a un golpe bajo para con nadie, ella fue de las que siempre estuvo ahi, incluso con su silencio.Tenemos la afliccion de haber perdido a un ser querido e insustituible, la tristeza nos embarga y el dolor es comun.Ojala que desde donde este le de la fuerza suficiente a su familia para asumir su perdidaQue descanse en paz!!!!! Muy conmovedor, muy lindo, no te imaginas la tristeza que había en este centro ayer se siente un vació que ella nunca se lo imaginó que era grande entre los grandes solo nos queda seguir su ejemplo. Bueno, si algo todas tenemos en común,es que no sabiamos cuanto queriamos a Xiomara y además que su fallecimiento ,fuera tan terrible para nosotras. También a mi me enseñó muchas cosas, sobre todo, siempre me preguntaba por mi familia y a todo le encontraba una solucion. No pude despedirme de Xiomara y conservo su imagen como hoy la conservo, eso me produjo malestar, quería estar con todas ustedes y con ella, igual que cuando estabamos en el "Soto" en el departamento de bibliografía. Apreciaba a Xiomara de que manera pero increiblemente no sabía hasta que punto me era tan especial. No sé si por su humildad, pero con una dignidad a prueba de balas. No sólo aprendimos de Xiomara como bibliotecaria, que además fue la primera persona que me entrenó y me enseñó (a mi y a todas las generaciones de antes y después) sino que nos dejó su entereza, su control emocional sin ser para nada insensible, todo lo contrario. Era la persona que todos los dias en este año de enfermedad de mi no dejaba un sólo día de preguntarme por ella y de como iba la cosa, así de sencillo, su valentia ante la muerte que ella sabía que era eminente y próxima. Pero además el ejemplo como madre, supo criar a sus hijos con ternura pero a su vez con exigencia. Los crió para estos tiempos, "cuando hay hay" y "cuando no hay tan felices como siempre" sin traumas. Sólo pido fuerzas a sus hijos y esposo para resistir el golpe y su ausencia. Besos. La noticia del fallecimiento de Xiomara, me llegó el domingo en la noche, me causó un dolor profundo y quise ir a decirle el último a Dios, pero me fue imposible. |
Lic.
María del Carmen
González:
Licenciada en Información Científico Técnica y Bibliotecología
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