Desde 1995, a raíz de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer realizada por la Organización de Naciones Unidas en Beijing, y como resultado de las propuestas de la Federación Internacional de Productores Agrícolas, la Red de Asociaciones de Mujeres Campesinas Africanas y la Fundación de la Cumbre Mundial de Mujeres, se celebra esta fecha en el mundo entero. Nuestro país felicita a quienes luchan por imponerse en un oficio, donde la fuerza del hombre no estaría completa sin la paciencia y la entrega de la mujer. Las mujeres rurales se reconocen por la diversidad de labores que realizan por el bienestar de sus familias y comunidades: como madres de familia, comerciantes, campesinas y agricultoras en la producción de alimentos. Las estadísticas actuales indican que la mayoría de las personas pobres del mundo son mujeres, y ellas tienen la abrumadora responsabilidad de alimentar a hombres, niños hambrientos, y a sí mismas, por lo que realizan disímiles trabajos, en ocasiones muy duros y son las últimas que tienen acceso a los recursos, a la capacitación y a los préstamos financieros. En algunos países de Africa el 60 por ciento de las familias están a cargo de las mujeres.
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