ReencuentroSábado, 21 de mayo de 2005
Si tuviera que escoger tres palabras para calificar el reencuentro de este miércoles diría: afectivo, sincero, esperanzador.
Así observé el acto con los jubilados del Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas, con motivo del aniversario 40 de su creación.
A la convocatoria, prevista en la sede de Infomed, asistieron las personas que ya no vemos cotidianamente, pero a las cuales seguimos queriendo como también ellos nos quieren a nosotros.
Otra vez tuvimos la oportunidad (la meritoria oportunidad) de saber cómo están y que ellos sepan cómo vamos nosotros...
De que conozcan que podemos y debemos apoyarlos en lo que necesiten; que una frase de aliento, que una muestra de cariño, y que un sabio consejo siempre serán bien recibidos por nosotros.
Ahora, los que ya no están en el duro bregar de todos los días, reciben un diploma de reconocimiento por parte de algunos de nuestros directivos.
El hombre de la sonrisa eterna, Pedro Urra, resalta la presencia de ellos en el acto; Oramas, fraterno y solidario como siempre, los convoca a que expresen lo que deseen y Bárbara Lazo rememora sus inicios, los buenos resultados de décadas anteriores y los que hoy muestra nuestra institución.
Bárbara integra (me imagino que muy a gusto por cierto) la "legión" de los más antiguos que también, merecidamente, fueron homenajeados.
Son 13 los colegas que ya suman tres décadas o más dedicadas a la información en el área de las ciencias médicas. Ellos, igualmente, recibieron sus diplomas y desde luego el cariño, el respeto y la consideración de sus compañeros.
Alguien pide que hable uno de los "veteranos," los que están próximo a jubilarse. Lo hace Edgardo, como de costumbre, listo a participar, a colaborar...
No pienso jubilarme por ahora, asegura, a pesar de que eso es lo que desea Josefina Molina; (al igual que él, ella ejerció la profesión de traducción)...
Añade la ayuda que recibió en sus primeros años en el centro, lo cual quedó reflejado en la sección de entrevistas del web dedicado al aniversario 40. Es algo, precisa, que no olvidaré nunca.
Después de Edgardo Fundora, Tony López Espinosa, otro de los antiguos, pide insistentemente que se pronuncie Cary, la pagadora, como todos la conocemos...
A la solicitud de Tony se suman otras voces del auditorio, ya en un entorno marcado visiblemente por la alegría, la satisfacción y un genuino entusiasmo...
Es la Cary de siempre: la del comentario atinado, la de la bondad distinguida; ayer en el edificio Soto, hoy en el círculo de abuelos La Mariposa.
Daisy del Valle también se dirige a los presentes. He dedicado toda mi vida, dice, a la esfera de la información. Allí aprendí muchas cosas que apliqué durante mis años de trabajo.
Aún no pierdo el vínculo con el centro (es una frase muy conocida, que nos llega fácilmente) y colaboro en diversos objetivos de trabajo.
En sus palabras percibo la experiencia de alguien que bien sabe lo que dice. Es una suerte, es mucho más que eso, poder contar con ella, tener sus conocimientos a la mano.
También son un acierto estos encuentros, para decirlo mejor, este reencuentro.
Se trata de un espacio renovador en afecto y en esperanzas; sí, porque son "cargas" positivas que ya tuvimos y hoy podemos tener; sí, porque fueron puertas que se abrieron entonces y hoy están abiertas nuevamente...
Sí, definitivamente es un acierto, y justamente ahora puedo aplaudir fuertemente en honor a los gestores de esta idea, (aquí, María Julia García ocupa un primer plano) de esta valiosa y oportuna idea.
Salvar en InfomeDenlaceS
RSS Artículo
